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Lejos quedaron los actos con caos vial, porras y mantas de apoyo

Austeridad adentro y austeridad afuera marcaron el tercer Informe
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Aurelio Nuño (en primer plano), titular de la Secretaría de Educación Pública, acudió al tercer Informe de gobierno de Miguel Ángel Mancera en representación del presidente Enrique Peña NietoFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de septiembre de 2015, p. 36

Ayer fue un día atípico afuera del recinto de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. El caos característico de los informes de gobierno estuvo ausente. No se escuchó el estruendo de las matracas ni se vieron las grandes mantas de apoyo a tal o cual político.

Las porras y abucheos fueron contados. Las primeras, para el jefe de Gobierno, Miguel Angel Mancera, a quien al llegar y salir del recinto de Donceles y Allende le gritaron: ¡presidente!... ¡presidente!... ¡presidente! Los segundos, para el diputado priísta y ex delegado de Cuajimalpa Adrián Ruvalcaba: ¡ulero... ulero!

Pero los aires futuristas también se hicieron presentes dentro y fuera de la Asamblea, sobre todo cuando el secretario de Educación Pública federal, Aurelio Nuño, llegó con la representación del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al tercer Informe del jefe de Gobierno. Entró al salón de plenos prácticamente partiendo plaza y desató todo tipo de especulaciones: Que si Nuño será el próximo candidato del PRI a la Presidencia de la República, que si será el candidato priísta a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, que si será el siguiente secretario de Gobernación, se murmuraba lo mismo entre las curules que entre los pasillos del recinto legislativo.

Afuera, personal de la ALDF y del gobierno capitalino desplegó un aparatoso operativo de seguridad en torno al recinto legislativo, lo que ocasionó el cierre de numerosas calles a la circulación vehicular: Tacuba, Allende, Donceles, República de Cuba, Isabel La Católica, Callejón de 1957, entre otras, por las que sólo se permitía el acceso a los simpatizantes de algunos diputados o delegados políticos.

Quienes arribaron por Eje Central y Donceles debieron incluso pasar varios filtros: vallas metálicas, detectores de metales, más vallas.

Dos grandes pantallas instaladas afuera de la Asamblea daban cuenta de la sesión que se desarrollaba dentro. Las cientos de personas reunidas en el exterior fueron viendo cómo uno a uno subían a la tribuna los 10 diputados que pronunciaron sus discursos frente al mandatario capitalino.

Posteriormente, el mandatario entregó su tercer Informe al presidente de la mesa directiva, Armando López, y emitió un mensaje ante el pleno sobre el estado que guarda la administración pública del Distrito Federal frente a integrantes de su gabinete legal y ampliado, gobernadores, senadores, diputados federales y titulares de órganos autónomos y de gobierno.

Una vez concluida esa responsabilidad de ley, Mancera salió del recinto legislativo y desde las escalinatas de ese edificio histórico agradeció a los cientos de asistentes a su informe para después caminar sobre Isabel La Católica para abordar su vehículo.

No hubo confeti ni globos ni música... así de austero fue ese acto republicano.