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Informe independiente del caso Iguala
El trasiego de drogas en autobuses de transporte público, línea por indagar

En la averiguación inicial de la PGR omiten señalar uno de los camiones atacados

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Padres de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, acompañados de su abogado, Vidulfo Rosales (al centro), durante una conferencia de prensa en las instalaciones del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, en la ciudad de México, pidieron que los reciba el presidente Enrique Peña NietoFoto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de septiembre de 2015, p. 5

En el Informe Ayotzinapa que entregó ayer por la mañana el Grupo Interdisiplinario de Expertos Independientes (GIEI) al gobierno federal se expuso una línea de investigación que no ha sido explorada aún y que podría explicar la reacción extremadamente violenta y el carácter masivo de la agresión, su duración (más de tres horas) e incluso el ataque a un vehículo que no tenía nada que ver con los estudiantes, el del equipo de futbol Los Avispones.

Con evidencias obtenidas en investigaciones judiciales en Estados Unidos sobre la utilización de autobuses de transporte público para el trasiego de pasta de heroína desde Iguala al mercado estadunidense, los cinco investigadores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)expusieron la hipótesis de que la agresión contra los jóvenes que tomaron circunstancialmente los cinco camiones para una actividad social estuvo dirigida a no dejar salir los autobuses de Iguala a cualquier costo.

Para las corporaciones policiacas que participaron en el ataque habría existido una motivación con un objetivo de alto nivel que justificaba cualquier violencia, aunque fuera indiscriminada, evidente y con urgencia.

Un elemento que refuerza esta hipótesis es que en la averiguación previa inicial de la Procuraduría General de la República (PGR) se consignaron hechos contra cuatro autobuses, no cinco, como sostenía el expediente de la Procuraduría General de Justicia de Guerrero. Las evidencias que se intentaban ocultar eran las del quinto autobús de la comitiva estudiantil, uno de la empresa Estrella Roja con número 1531.

El GIEI parte de informes que prueban que hay una conexión entre el cártel Guerreros Unidos en Iguala y un jefe del grupo delictivo en Chicago, de nombre Pablo Vega (señala una declaración jurada de un agente de la agencia antidrogas estadunidense, según consta en documentos del Departamento de Justicia del país vecino). Los criminales utilizan autobuses de diversas empresas para el trasiego de heroína y cocaína. Las líneas Monarca y Vulcano son mencionadas, pero no descartan que se utilicen vehículos de otras compañías.

El GIEI adelantó una hipótesis que corresponderá a la PGR investigar: uno de los autobuses tomados por los estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa –presumiblemente el Estrella Roja– fue excluido de la investigación criminal, aunque fue atacado de igual forma como los dos camiones Estrella de Oro y los dos Costa Line.

Todos los jóvenes que viabajan en ese vehículo y los de uno de los Estrella de Oro son los que fueron llevados por las policías en patrullas y hasta la fecha están desaparecidos. Juntos suman 43.

“El negocio que se mueve en la ciudad de Iguala podría explicar la reacción extremadamente violenta y el carácter masivo del ataque, su duración en el tiempo e incluso el ataque posterior contra el equipo de futbol Los Avispones, al existir un autobús, tomado por los estudiantes, que no había sido detenido”, señala el reporte.