Economía
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Las reformas impulsadas por el gobierno mejorarán la economía cuando acabe el sexenio

Este año y el siguiente son difíciles; viene un periodo de ajuste, advierte Moody’s

La realidad del país es que las condiciones serán menos favorables de lo previsto, señala

 
Periódico La Jornada
Jueves 3 de septiembre de 2015, p. 29

Las condiciones para el crecimiento económico de México se volvieron menos favorables de lo originalmente considerado, en medio de un deterioro del entorno internacional, aseguró este miércoles la calificadora Moody’s Investors Service. Las reformas impulsadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto no mejorarán las tasas de avance de la actividad productiva en el país antes de 2017 y 2018, aseguró.

Este año y el que vienen son difíciles. En eso no hay incertidumbre. Viene un periodo de ajuste, consideró Mauro Leos, responsable en Moody’s de las calificaciones de deuda de los gobiernos en América Latina.

Uno de los retos que enfrenta la actual administración es lograr mayor disciplina fiscal, que reduzca el déficit fiscal –la diferencia entre ingresos y gastos del gobierno– y disminuya la deuda gubernamental, respecto del tamaño de la economía, dijo Susana Knapp, directora de Moody’s Investors Service para América Latina.

La realidad que enfrenta la economía mexicana es tal que, a corto plazo, 2015 y 2016, las condiciones en general serán menos favorables de lo originalmente considerado, apuntó Knapp, al hablar en la 16 Conferencia Anual México organizada por la firma de calificación de inversiones Moody’s.

La especialista comentó que se espera que las reformas estructurales impulsadas por el gobierno del presidente Peña Nieto eleven a entre 3 y 4 por ciento el potencial de crecimiento de la economía, aunque ello no ocurrirá antes de 2017 y 2018, cuando concluye la administración. Las condiciones que habremos de observar y que prevalecerán durante buen tiempo van a requerir ajustes en las políticas del gobierno, añadió.

En las últimas tres décadas el PIB de México creció a una tasa promedio anual de 1.9 por ciento.

Los beneficios de la reforma en cuanto a mejorar el crecimiento económico tomarán más tiempo de lo que las autoridades consideraban inicialmente, en especial la energética, dijo.

En el mismo foro, Mauro Leos, responsable en Moody’s de las calificaciones de deuda de los gobiernos en América Latina, advirtió sobre un cambio en la tendencia de endeudamiento público en México, ocurrido desde el comienzo de esta administración.

Si bien los niveles de deuda gubernamental respecto del PIB en México son menores que otras economías de la región, en los últimos tres años se ha dado un crecimiento que dejó de ser coyuntural para convertirse en tendencia, advirtió. Mejorar la perspectiva de calificación de la deuda gubernamental dependerá de que esa tendencia comience a revertirse.

La deuda del gobierno mexicano es ahora equivalente a 33 por ciento del producto interno bruto, cuando hasta hace tres años esa proporción se había mantenido en torno a 20 por ciento, dijo Mauro Leos.

Claramente hubo un cambio de tendencia. No fue un salto, sino es una tendencia. Esperamos que esa razón de deuda respecto del PIB se estabilice y eso es coincidente con el mensaje del gobierno, añadió Leos.

Sobre ese tema, Knapp dijo que el gran reto de las autoridades mexicanas es mantener la disciplina presupuestal para lograr una reducción del déficit fiscal. Esta disminución es a todas luces condición necesaria para que se observe una baja de los indicadores de deuda respecto del PIB, sostuvo.