Ginebra.

Francia y Grecia fueron ayer blanco de críticas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) por no actuar ante la creciente llegada de migrantes a sus territorios.

Vincent Cochetel, jefe de la división europea del Acnur, instó al gobierno francés a crear un plan de emergencia para afrontar la crisis migratoria en el puerto de Calais, donde unos 2 mil 500 africanos y asiáticos establecieron en abril un campamento. Éstos, todos los días, intentan ingresar al Eurotúnel, que comunica con Gran Bretaña por debajo del canal de la Mancha.

Cochetel dijo que el problema de la concentración de indocumentados existe en Calais desde hace 14 años, por lo que es tiempo de que Francia no se limite a medidas de poca monta.

Agregó que París debe revisar su forma de procesar peticiones de asilo político, trámite que tarda siete semanas en París, mientras en otros países de Europa se realiza en un día. Las autoridades de Francia guardaron silencio sobre las demandas del Acnur.

El campamento de Calais, conocido como La Jungla, se encuentra en las afueras de la localidad, ubicada al noroeste de Francia, y ahí los migrantes han instalado improvisadas casas de campaña, pequeños comercios y dos templos: uno cristiano y otro musulmán.

Cochetel cuestionó los métodos para impedir la movilización de los migrantes al señalar que las vallas no solucionan el problema, sólo empujan a la gente a asumir riesgos mayores.

A pesar de la ominosa presencia de agentes policiales franceses e ingleses en las dos salidas del Eurotúnel, la policía de Kent, en el sureste de Inglaterra, informó que un sudanés pudo recorrer a pie los 50 kilómetros del ducto sin ser detectado. La autoridad comenzó una investigación.

El Acnur consideró que la situación de los migrantes que llegan a Grecia es absolutamente vergozosa, y destacó que entre enero y junio llegaron unos 124 mil indocumentados. Precisó que en julio se agregaron otros 50 mil, es decir, 30 mil más que en junio. Afirmó que la mayoría de los sin papeles que llegan por la ruta mediterránea desembarcan en las islas de Lesbos, Quios, Kos, Samos y Leros.

En respuesta a las críticas del Acnur, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, dijo que la situación migratoria sobrepasa las capacidades de su administración y pidió ayuda a la Unión Europea.