Zacatecas, Zac.

El accidente ocurrido en la cabecera municipal de Mazapil el pasado 29 de julio, por el cual perecieron 29 personas, reavivó la molestia de los pobladores ante la constante violación de los reglamentos de tránsito y transporte de carga por parte de camioneros y contratistas que trabajan para la minera Peñasquito, propiedad de la canadiense Goldcorp, que cruzan indebidamente por la calle principal del municipio en lugar de usar una desviación para tránsito pesado.

La tragedia también hizo que abogados y dirigentes sociales recordaran que accionistas y directivos de Peñasquito, la principal mina de oro a cielo abierto de América Latina, ofrecieron hace ocho años construir un hospital de primer nivel en la localidad, promesa incumplida.

Muchas de las 29 víctimas fatales del accidente de Mazapil pudieron haber sobrevivido si hubieran recibido atención inmediata, aseguró Alfonso Herrera Gómez, uno de los dos abogados de los 29 ejidatarios de Cerro Gordo, quienes en 2013 ganaron un juicio a Peñasquito ante el Tribunal Superior Agrario para lograr la restitución de 599 hectáreas que la mina les arrendó con engaños en 2007, a un precio ínfimo.

Herrera Gómez reveló que a cambio de no restituir las 599 hectáreas, como ordenó el tribunal el pasado 12 de marzo, Goldcorp ofreció 35 millones de dólares a los ejidatarios. Además, la minera aceptó pagar siete millones de dólares a Alfonso Herrera y Hugo Teniente, quienes encabezaron la defensa del ejido Cerro Gordo.

A su vez, Felipe Pinedo Hernández, dirigente del Frente Popular de Lucha de Zacatecas, indicó que Peñasquito aceptó pagar a los 29 ejidatarios de Cerro Gordo una anualidad de 604 dólares por cada una de las 599 hectáreas que Goldcorp explotará durante los próximos 20 años.

Duplica ganancias

Tras el accidente, Goldcorp presumió en su informe financiero del segundo trimestre de 2015 que su producción de oro prácticamente se duplicó en las minas que opera en México.

La que le generó más dividendos fue precisamente Peñasquito, de donde obtuvo 167 mil 400 onzas de oro en el segundo trimestre de 2015, contra 88 mil 100 del mismo periodo de 2014.

Manuel Ordoñez, ex presidente del comisariado ejidal de Cerro Gordo, perdió seis familiares cercanos el 29 de julio, cuando un camión de carga sin frenos arrolló a más de 150 peregrinos. Dos sobrinos y dos nietas siguen internados. Entonces resurgió el tema del hospital de primer nivel que ofrecieron los canadienses cuando vinieron a obtener permisos y el consentimiento de los ejidatarios, entre 2006 y 2007.

Con esta tragedia queda más que clara la necesidad urgente de esa clínica. No la pidieron los ejidatarios, ellos la prometieron, pero actualmente ni siquiera tienen un terreno para construirla, aseguró Herrera Gómez, quien llamó corresponsable del incumplimiento al gobernador priísta Miguel Alejandro Alonso Reyes.

La noche del 29 de julio, en la calle 5 de Mayo de Mazapil, después del accidente “muchos niños y adultos mayores murieron por asfixia; los enterró la arena que llevaba el camión. Se hacen pendejas las autoridades estatales y municipales, porque hay un bypass, una vía de tránsito pesado, pero a fuerza pasan por el centro del poblado pipas y tráileres con gasolina, con explosivos, con cargas peligrosas. Las autoridades de tránsito les permiten el acceso por complacer a Peñasquito”, sostuvo Herrera Gómez.

Los heridos fueron trasladados a la cabecera municipal de Concepción del Oro (a 50 kilómetros de Mazapil), y cuando la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social ya no tuvo cupo, los demás heridos fueron enviados a Saltillo, Coahuila, a 150 kilómetros de Mazapil. La capital de Zacatecas está a 340 kilómetros.

Pese a la gran bonanza de la minera, no han construido el hospital. Sólo falta que quieran. Ellos pueden traer todo el equipo médico desde Canadá, libre de impuestos; ellos tienen la maquinaria y tecnología para levantar un hospital en tres meses. Pero no hay gobierno estatal ni federal que los obligue a cumplir, reprochó Herrera Gómez.