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Mando único vigila el municipio desde abril, cuando la corporación local fue desarmada

Con la herida de las desapariciones aún abierta, los turistas vuelven a Coatepec

PGR investiga a policías estatales por secuestro de un taxista

Ahora no hay más seguridad, pero se puede negociar con las bandas, señala activista

Periodista local ausente desde octubre

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Elementos del mando único policiaco de Veracruz recorren el centro de CoatepecFoto Sergio Hernández Vega
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 3 de agosto de 2015, p. 29

Coatepec, Ver.

El parque Miguel Hidalgo está atiborrado de turistas, que se cruzan con policías estatales del mando único, instaurado en este municipio el pasado 24 de abril. Es el último jueves de julio, mediodía y temporada vacacional. La estadía de los visitantes se prolongará más allá de las 21 horas en algún cantabar o restaurante.

Pero no siempre fue así. Los lugareños se encerraban a las 20 horas y los turistas preferían no venir, recuerda el alcalde, Ricardo Pedro Palacios Torres.

De 2013 a principios del presente año, este municipio cafetalera ubicado a ocho kilómetros de Xalapa, la capital del estado, fue alcanzado por la delincuencia organizada, y después de haber sido catalogado como pueblo mágico en 2006, sus habitantes empezaron a llamarlo pueblo trágico.

Anaís Palacios Pérez, activista en favor de familias de los desaparecidos, ha documentado casos de 2011 a 2013 en el centro del estado. Explica que, a diferencia de los habitantes del puerto de Veracruz, Coatzacoalcos y Xalapa, los de Coatepec no denunciaban robos, extorsiones, secuestros ni desapariciones, y tampoco protestaban.

Atribuye el silencio a la percepción de que autoridades y criminales estaban vinculados. Los lugareños identificaban a los policías municipales con una banda de secuestradores muy fuerte. Quien denunciaba enfrentaba represalias. Las autoridades daban aviso a los delincuentes, agrega.

El 30 de julio Ricardo González Jácome rindió protesta como tesorero municipal. Su antecesor, Guillermo Pozos Rivera, fue encontrado asesinado a puñaladas el 25 de agosto de 2014 en los límites entre Coatepec y Jalcomulco.

Luego de este crimen, el gobierno estatal desarmó a la policía local y el 24 de abril instauró el mando único; el 24 de julio el Congreso del estado separó de la alcaldía a Roberto Pérez Moreno y designó suplente a Ricardo Pedro Palacios Torres.

Antes de que el gobierno desapareciera la policía municipal y aplicara el mando único, Coatepec vivió dos años de extorsiones, robos, asaltos y privaciones ilegales de la libertad, sostiene Palacios Pérez.

La presencia del mando único en Coatepec no significa que haya más seguridad, pero se puede negociar con los grupos criminales, decirles bájenle a la violencia y las extorsiones, concluye.

Carmen Sánchez Tlapa, de 53 años, recibe terapia en un centro de salud mental en Xalapa desde que desapareció su hijo, Hugo Murrieta Sánchez, de 23 años.

En entrevista en el kiosco del parque Miguel Hidalgo, apunta hacia una esquina colindante con el palacio municipal.

Ahí, el 16 de abril de 2013 a las 16 horas, tres camionetas con logotipos de la policía estatal le cerraron el paso al taxi 505 que conducía Hugo. Desde entonces nada se sabe de él.

Los que se llevaron a mi hijo eran policías estatales encapuchados y uniformados. Nadie pudo ver las placas de las patrullas porque les dio miedo acercarse, pero sí se percataron de que fueron agentes, acusa Carmen Sánchez, quien presentó la denuncia 288/2013 ante la agencia del Ministerio Público de Coatepec.

Con asesoría del Colectivo por la Paz en Xalapa, Carmen Sánchez logró que la Procuraduría General de la República (PGR) atrajera el caso de posible desaparición forzada.

Declaraciones de testigos y rastreo de llamadas señalan a 12 policías estatales.

No conozco a la gente de la delincuencia; jamás se han metido conmigo. Sé que han hecho y deshecho, pero en mi caso los que afectaron fueron ellos (los policías), reprocha.

En la más reciente diligencia ante la PGR, los agentes fueron llamados a declarar por la desaparición del joven. Llegaron con una coartada: estaban en el pueblo porque habían ido a recoger el cuerpo de un hombre que se había suicidado.

Sin embargo, el testimonio de uno de ellos, José Alberto Polo Ladrón de Guevara, llamó la atención de la PGR. Dijo que en esos días (cuando desapareció Hugo Murrieta) elementos de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Seguridad Pública, con base en El Lencero, estaban entrando a Coatepec, hacían desorden y luego les echan la culpa a ellos (a los agentes estatales).

Carmen recuerda que cuando desapareció su hijo escuchó de los casos de otros tres jóvenes. A ellos los encontraron al tercer o cuarto día. Los iban a tirar a carreteras lejanas, bien golpeados.

Aunque muchos casos no fueron denunciados formalmente, medios locales dieron a conocer los siguientes:

El 16 de noviembre de 2014, dos músicos que tocaron en la inauguración de un comercio de la localidad fueron asesinados. Sus cuerpos fueron arrojados en una céntrica calle de Coatepec. Los homicidas les pasaron un vehículo encima varias veces.

El 26 de octubre de ese año desapareció el periodista coatepecano Tomás David Matus, de 73 años, autor de la columna Cafetópolis, que se publicaba en el periódico El Regional. A la fecha no se sabe de él.

Dos días antes, en la comunidad de Tuzamapan, municipio de Coatepec , un joven desconocido fue encontrado muerto en cañaveral. Tenía huellas de tortura y cinta adhesiva atada al cuello.