Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 2 de agosto de 2015 Num: 1065

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Gabo y la sana malevolencia
Ricardo Bada

Leonardo Sciascia y
las novelas de la mafia

Marco Antonio Campos

Redes virtuales,
blogs y literatura

Fabrizio Lorusso

La Biblia en la
cultura occidental

Leopoldo Cervantes-Ortiz

Música latinoamericana
en las venas de Madrid

Alessandra Galimberti

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Bitácora bifronte
Ricardo Venegas
Monólogos compartidos
Francisco Torres Córdova
Mentiras Transparentes
Felipe Garrido
De Paso
Ricardo Yáñez
La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía
Cabezalcubo
Jorge Moch
Galería
Jaime Muñoz Vargas
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Luis Tovar
Twitter: @luistovars

Guanajuato 18 (I DE II)

La decimoctava edición del Festival Internacional de Cine Guanajuato, GIFF por sus siglas en inglés, tuvo lugar en San Miguel de Allende y Guanajuato ciudad entre el 22 y el 26 de julio recién pasados. El otrora festival Expresión en Corto alcanzó así su mayoría de edad luego de superar algunas vicisitudes, relacionadas primordialmente con la postura incomprensible y caprichosa de sucesivas autoridades de gobierno a niveles municipal y/o estatal, que unas veces conceden y otras veces niegan apoyos al evento, como si dichas autoridades fuesen las únicas a quienes no les ha quedado claro, casi dos décadas después, que el GIFF goza de prestigio y arraigo evidentes, tanto para los habitantes de las dos ciudades sede como para quien proviene de otros puntos del país y fuera del mismo. Para muestra, el último botón: según el actual gobernador guanajuatense, los únicos eventos “verdaderamente importantes” que tienen lugar en Guanajuato son el Festival Internacional Cervantino “y los globos aerostáticos”, y al resto que se lo coman los leones…

No es que la actitud de las autoridades políticas sea sorpresiva, pero eso no le quita lo arbitraria, lo absurda y lo irritante, sobre todo si se toma en cuenta que la cultura en general, y dentro de ella la cinematografía, es una de las pocas vías con las que se cuenta, como sociedad, para oponerle signos de humanismo a una realidad como ésta en la que ya llevamos tantos años hundidos, con una permanente lluvia de plomo sobre nuestras cabezas y un reguero de muertos y desaparecidos, de fugados e impunes, de omisiones y descomposición.

Al GIFF no le ha sentado mal el crecimiento en lo que se refiere a su composición programática, desde que incorporó las secciones oficiales en competencia de largometraje de ficción mexicano e internacional, así como largometraje documental, mismas que hace algunas ediciones se sumaron a las de cortometraje: ficción, documental, animación, experimental, internacional, mexicano y guanajuatense. Junto con algunas otras, como la presencia de un país invitado –en esta ocasión fue Turquía–, el Rally Universitario es, al cumplir su décima edición, una de las actividades más atractivas por varias causas; entre otras, el involucramiento directo de nuevas generaciones de estudiantes que son a la vez cinéfilos y potenciales cineastas, así como de la ciudad misma, cuyo reflejo cinematográfico queda plasmado en la casi decena de cortometrajes que se filman y se exhiben durante el transcurso del festival.

No es nostalgia festivalera de un consuetudinario, pero este ponepuntos tiene para sí que el alma del GIFF, con todo y la pertinencia y la calidad de sus secciones de largo, siempre ha residido y seguirá residiendo en los cortometrajes, lo cual puede comprobarse precisamente en la recepción que tienen los emanados del Rally, mismos que por cierto, en un curioso fenómeno de paralelismo involuntario, replican a escala y casi milimétricamente el estado actual de la cinematografía mexicana, en términos de conceptualización, formales y argumentales.

La parte del todo es como el todo

Tras haber sido elegidos entre 247 guiones procedentes de tres cuartas partes de la República, nueve fueron los cortometrajes realizados esta vez: Interferencia, de la Universidad Autónoma de Coahuila, que precipitado y tartamudeante cuenta la truculencia de un secuestro perpetrado por una monja; ¡Están curados!, del CCC, que narra bien un acto doble de intolerancia y prejuicio homosexual y la ulterior reivindicación de la diversidad; El método Lanner, de la Universidad del Valle de México campus Querétaro, una más bien simplona metáfora de libertad, pacotillescamente armada y actuada; Un ratito más, entonces ayer, del ITESO en Jalisco, que cuenta bien el dolor y la desolación de quien perdió a alguien a manos de la violencia ya institucionalizada; El ciclo, del Centro de Estudios Cinematográficos de Jalisco lamentable en su obviedad argumental de niño suicida porque ve a su mamá con un hombre; Dedicatoria, de la Universidad de las Américas en Puebla, bien ejecutado pero inane su historia de amores viejos que perduran; Suerte para la próxima, del Liceo de Estudios Superiores de Querétaro, chiste filmado sobre un suicida que siempre falla; Matador, de la Universidad de Guadalajara, que no parece contar absolutamente nada, y La ribera, de la Universidad Autónoma de Nayarit, merecidamente ganador, estéticamente admirable, realista y simbólico a la vez, que narra la denodada búsqueda del agua para no morir

(Continuará)