El editor Emilio Payán da una bocanada de aire fresco a Tiempo Extra Editores con la carpeta Bloque geológico, de Cisco Jiménez (Cuernavaca, 1969).

Producir ese material significó un reto para el artista, quien no es grabador, y para el taller de grabado fundado en 1990 y vinculado con procesos más tradicionales.

Payán afirma que el grabado puede ser una disciplina no tan atractiva para los jóvenes hoy día. Al respecto, dice a La Jornada: Es un proceso muy lento. A los jóvenes ya no les queda, están en los medios digitales completamente. Es muy difícil que se claven en el grabado, hasta los adultos. Sin embargo, el resultado es maravilloso. Además, como son originales múltiples, los puede disfrutar un mayor público.

El editor había puesto el ojo en el trabajo de Jiménez desde hace tiempo. En 2014 decidieron ponerle fecha a la colaboración, así que en enero pasado Payán pidió al artista que le hiciera una propuesta que devino tríptico, tres originales realizados con serigrafía, aguafuerte y aguatinta, cuyo título se refiere al corte geológico de la Tierra y la tecnología ya retro, con el humor que caracteriza la obra de Jiménez.

Los originales son unos bocetos con toda la frescura del trazo que el pintor y hacedor de objetos había dibujado sobre unas hojas verdes de contabilidad, de las que usaban antes. Correspondió al equipo del taller traducirlas con las técnicas que dominan y convertirlas en obra gráfica.

Único trabajo en el año

–¿Cuál fue el reto para el taller?

–Es grabado sobre placas de cobre, pero tiene un proceso gráfico que es una mezcla entre serigrafía con grabado. Lo serigráfico es la primera etapa. La obra original de Cisco se fotografió y se pasó digitalmente a la computadora; se hicieron los negativos para pasarlos a las placas. Luego se sumergieron las placas en ácido para marcar el aguafuerte y después el aguatinta.

Si el proceso serigráfico fue el reto para el taller, Payán reconoce que todo mundo lo hace. En realidad, el desafío consiste en sobrevivir.

Este es el único trabajo que ha hecho Payán en el año como editor. Hasta en épocas de guerra habrá gráfica. Vivimos en un país que está en guerra, pero siempre habrá flores y gráfica, asegura.

Cisco Jiménez explica, por su parte, que son bocetos de su obra actual, que tiene que ver con tornamesas, radiograbadoras y, al mismo tiempo, con imágenes orgánicas de reminiscencia escolar, en este caso un corte de tierra para aprender qué hay en el interior, las capas y sus características

La lógica de estos símbolos llevan una carga muy fuerte de nostalgia, porque el tornamesa y la radiograbadora ya son obsoletas. Sin embargo, forman un recuerdo colectivo, sobre todo para esta generación que ahorita tiene un promedio de 40 años.

–¿Antes había hecho grabado?

–Unas piezas en serigrafía que le va muy bien a mi obra por el tipo de grafismo que se usa en este proceso. Tenía cierto trauma hacia las técnicas más tradicionales. Fue como romper con este mito de que no se podía hacer arte contemporáneo usando esas técnicas centenarias.

Jiménez evitó trabajar de manera tradicional, es decir, grabar sobre una placa. “Quería poner en jaque al taller y decir, bueno, los artistas en la actualidad más bien necesitamos colaboraciones para no casarnos con una técnica, sino incursionar en varias.

“Por ejemplo, al mismo tiempo que realizaba el grabado en el taller, hacía en Puebla radiograbadoras en tres dimensiones en lámina de peltre, con esos colores muy particulares que da el laminado. Es una instalación de 10 que se exhibió allá y espero itinerar.”

La carpeta Bloque geológico será presentada por José Manuel Springer (autor del texto que la acompaña), Santiago Pérez Garci, Emilio Payán y Cisco Jiménez, el miércoles 29, a las 19:30 horas, en el Museo Nacional de la Estampa (Hidalgo 39, Plaza de la Santa Veracruz, Centro).