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Andanzas

La Sílfide y la CNA

A

sistimos a una función de la Compañía Nacional de Danza (CND) del INBA, dirigida por Laura Morelos, para ver una obra del antiguo repertorio del ballet clásico, llamada La sílfide y el escocés, en el Palacio de Bellas Artes. Las funciones fueron del 16 al 21 de mayo pasados.

La Sílfide... fue creada por el ilustre maestro y coreógrafo de origen italiano Filippo Taglioni, importante creador de movimientos del código corporal balletístico, así como de la famosa faldita usada por las bailarinas (tutú), en 1832, año clave en la expansión del romanticismo en las artes y la cultura, rebosante de músicos, escritores, poetas, etcétera, de huellas imborrables.

La Sílfide aparece en la escena europea con todos los elementos estilísticos de la época interpretada por la hija del famoso coreógrafo, María Taglioni, quien por su autenticidad, estilo, y valor profundo, sobrevive al presente como una de las pocas obras inmortales del repertorio universal de todos los tiempos.

Por ello es parte del repertorio de de infinidad compañías, manteniendo siempre su encanto y valor, así como la influencia irrepetible de la personalidad de la bailarina clásica como ser sutil, delicado y con cierta languidez, sello inmortal del ballet, fortalecido por la presencia del ballet ruso de Diáguilev, luego del inmortal éxito desde su primera gira a París, en 1909.

La resurrección de La Sílfide en México, con vestuario y escenografía olvidados en el fondo de las galerías del palacio blanco durante más de 20 años, no logró hacernos admitir los chocantes colores originales (beige, cafés, amarillos), logrando la danza y la organización general de la obra un excelente resultado, así como un caluroso aplauso del público en buena cantidad.

Así, una vez rescatada del olvido, la obra se reveló como pieza importante del repertorio de la compañía al reproducir casi todas las coreografías tradicionales a su alcance, evitando tal vez los peligros de la improvisación de coreógrafos nuevos o de falta de solidez, riesgo que tarde que temprano deberá correr, so pena de quedar eternamente en el pasado, sin ninguna oportunidad de avance y conquista de nuevas expresiones creativas con el nivel técnico, bastante bueno que ya mantiene el grupo.

La compañía es ya una grata presencia en escena por su disciplina, interpretación, calidad técnica y presencia, y no dudo que aún vendrán nuevos avances y conquistas, incluido el impulso a nuevos coreógrafos que una cultura como la nuestra necesita y merece. Sin embargo, no estaría de más, introducir a los bailarines en técnicas actorales, sobre todo para las expresiones faciales y de manos que aún no se manejan suficientemente, pues están sólidamente fundadas en la pantomima, lo cual siempre es un tanto innecesario en estos tiempos. Podría enriquecerse con simples técnicas dramáticas.

La CND se ha convertido en pieza insustituible en la difusión de la danza en el país, por lo que no sería lejano que algún día enriqueciera su estructura y creatividad con una bellísima y poderosa riqueza para la danza, como la mezcla entre el ballet clásico y la danza contemporánea, muy al estilo de Jirí Kylián, el prodigioso coreógrafo del Neederland Ballet, en el que todos sus miembros provienen de la técnica clásica pero con la ductilidad extraordinaria del dominio y el talento de mezclarse con otra corriente académica, la danza contemporánea, que no haría sino enriquecer este excelente conjunto de artistas.

Buena noche en Bellas Artes. Salimos felices del teatro. Felicidades. Estamos conscientes de que habrá grandes sorpresas en cualquier momento en la CND.