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Ver día anteriorDomingo 3 de mayo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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No sólo de pan...

Ni de exposiciones universales

D

esde Londres en 1851, se han venido presentando exposiciones universales cuya mayoría ha sido en Europa, en segundo lugar en Estados Unidos y Canadá, otras en Australia e Israel y recientemente en Japón y China, siempre alrededor de temas específicos que empezaron con los hallazgos tecnológicos de la Revolución Industrial del siglo XIX para ir mostrando los del siglo XX, paralelamente al reforzamiento del neoliberalismo económico, científico, cultural e incluso emocional con ese su sentir de prepotente bienhechor de la humanidad, que en la Expo-Milán, inaugurada el primero de mayo último, se expresa en el lema Nutrir al Planeta, energía para la vida, cuando el lema podría haber sido Permitir a los pueblos producir sus alimentos, sustentabilidad para la vida en el Planeta, por ejemplo.

Pues de este modo habrían convocado a quienes no irán a la Expo-Milán por sus propios medios, propiciando el intercambio de experiencias frente al empobrecimiento de la naturaleza que rodea a tantos pueblos, las denuncias de los culpables, los conocimientos ancestrales que dieron sustentabilidad milenaria a las diferentes culturas y las diversas propuestas de recuperación y saneamiento de los suelos para la producción e intercambio justo de alimentos, proveyendo a las urbes de los mismos contra otros satisfactores de la vida contemporánea y, con todo ello, permitir que los científicos y tecnólogos del mundo escucharan y aprendieran de sus mayores históricos cómo enderezar sus rumbos para volverse auténtica y éticamente productivos y creativos en sus respectivas especialidades.

Pero el capital no se destinará a otra cosa que no sea su propio engorde a costa del empobrecimiento de la mayoría, hasta que obliguemos a cesar el teatro de sombras que oculta los negocios millonarios tras las buenas intenciones de discursos como el de la Expo-Milán, incluido el encuentro ecuménico de los representantes de varias religiones, al hacer el balance del hambre en el mundo y concluir que la desigualdad no es imbatible y el hambre no es una fatalidad.

Aunque, más acá de los escándalos de corrupción que surgieron durante la construcción de la infaestructura sobre un millón de metros cuadrados y de la expectación suscitada en al menos los 10 millones de personas que ya han adquirido una entrada para visitar la Exposición de aquí al 31 de octubre próximo, y de los millones de euros que se calcula han costado para la realización de este magno evento –al que también México contribuirá con su propio pabellón de seis pisos en cerca de 2 mil metros cuadrados que asemeja una mazorca acostada, realizada por Francisco López Guerra, donde se exhibirá arte precolombino y contemporáneo en la alimentación según dicho del curador Érick Castillo (cfr. Irene Savio/Reforma)–, sí son de atenderse las palabras del papa Francisco (cuyo país de origen está ampliamente representado): “En cierta forma, la exposición misma es parte de la paradoja de la abundancia, obedece a la cultura del derroche y no contribuye a un modelo de desarrollo equitativo y sustentable (los verdaderos protagonistas del acto deberían ser) los rostros de hombres y mujeres hambrientos que se enferman e incluso mueren debido a una dieta insuficiente y dañina” (cfr. Alejandra Ortiz Castañares para La Jornada 2/5/15), quien asimismo exhortó a un cambio de mentalidad (pues es) una ironía el mega-espectáculo global patrocinado por los corporativos, como –añadimos nosotros– Cocacola y Macdonalds, entre otros consorcios que también en México patrocinan supuestos combates contra el hambre y que, en Milán, permitirán editar un libro de recetas de cocinas del mundo, con asociaciones de chefs y bajo una perspectiva multiétnica, en versiones italiana e inglesa. ¡Ojalá sea así y la intención expresada en un comunicado de prensa de reflexionar sobre la historia del hombre y la producción de alimentos en tanto que valoración de tradiciones culturales y nuevas aplicaciones tecnológicas se cumpla! Ojalá no sea derrotada por la otra intención expresada en los mismos comunicados: promover la capacidad de innovación de empresas de múltiples sectores, ofreciendo una gran oportunidad de negocios a través del intercambio de ideas y experiencias.

Ojalá los llamados clústeres o agrupamientos de productos de diversos países, como son el cacao, el café, los mariscos y pescados, los cereales y tubérculos, ofrezcan un panorama justo de su papel en la historia de la humanidad y en el porvenir de los pueblos que los cultivan orgánicamente. Ojalá la WAA-AMIA/CONAF (Asociación Mundial de Agrónomos, por sus siglas en inglés, Chile 1994) con su propuesta de Alimentos e identidad: la granja global del futuro, sea una propuesta verdadera sobre la biodiversidad y la sustentabilidad, y no un proyecto desarrollista más en la lógica de acumulación del capital.

Y ojalá pudiera yo visitar con detalle dicha exposición a fin de poder informar en este espacio si mis dudas, temores y esperanzas están justificadas.

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