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En Londres, más límites a músicos callejeros
 
Periódico La Jornada
Miércoles 25 de marzo de 2015, p. 8

Londres.

La alcaldía de Londres divulgó el lunes un nuevo código de conducta para los músicos callejeros en la capital británica, en el que desaconseja el uso de las gaitas y las guitarras eléctricas, porque son susceptibles de molestar rápidamente.

La consigna aplicada a las gaitas, utilizadas sobre todo en la música tradicional escocesa, se extiende a amplificadores, percusiones, guitarras eléctricas y beatbox (sonidos producidos con la boca).

Los músicos que sólo saben tres canciones también son invitados a irse en cuanto las hayan cantado una vez.

Asimismo, aquellos que no pueden garantizar suficiente espacio entre ellos y el público durante periodos de afluencia podrían ser amonestados por ocupar demasiado lugar, precisa el código de conducta pactado entre la policía y los músicos, que pretende regular eventuales conflictos.

El año pasado, el alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, advirtió que la multiplicación de reglas cada vez más restrictivas en los 32 sectores de la ciudad amenazaba con privar a los londinenses de la música de calle.

Temo que algunos barrios se conviertan en zonas vedadas para los músicos, dijo al anunciar el #BackBusking, una campaña de apoyo a esos músicos.

En vez de envenenar la vida de nuestros músicos, deberíamos reconocer lo que aportan a nuestros barrios, dijo el alcalde, antes de reiterar su apoyo al estatus de Londres de capital de la música en vivo.

Los artistas callejeros están autorizados a actuar en público en Londres, pero deben obtener una autorización para tocar en el metro y en algunos barrios o lugares simbólicos.

Sin embargo, no pueden tocar en la City, el barrio financiero donde se ubica la catedral St Paul.

La página buskinlondon.com detalla dónde y qué reglas deben cumplir para tocar, y precisa también las circunstancias para que sus instrumentos les sean confiscados.

En Londres, los músicos de calle acusan a las alcaldías de conceder la mayoría de las autorizaciones a los mimos y los magos, más discretos y menos ruidosos.