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Lila Downs presentará Balas y chocolate el próximo 26 de marzo en El Plaza Condesa

Ojalá la música sea un camino de catarsis ante lo que vivimos

El eje temático de su nueva producción es la muerte

De la realidad del país le preocupa que se pueda fallecer en medio del fuego cruzado y luego ser definido como daño colateral

Afirma que como mixteca tiene una conexión muy grande con los difuntos y asegura que ahí no acaba todo

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Creo en las bondades de la tierra y en el poder de la música. Por eso compusimos varias canciones a ese misterio interminable, señaló la intérpreteFoto cortesía Sony Music
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de marzo de 2015, p. 9

Como oaxaqueña, creo que con la muerte no termina todo; me preocupa lo que pasa en mi país, donde alguien puede fallecer si le toca quedar en medio de un fuego cruzado y después ser definido como víctima del daño colateral, expresó ayer la cantante mexicana Lila Downs en entrevista con motivo de la presentación de su nuevo disco, Balas y chocolate.

Downs añadió minutos antes, en conferencia de prensa, que el primer sencillo es La patria grande, a la manera del ideal de unificación cultural e histórica del libertador José Artigas. En esta tema hace dúo con Juanes. En América Latina nos unen muchas cosas. Recientemente viajé a Guatemala y Honduras, y noté esa afinidad.

Otro dúo es con Juan Gabriel, con quien interpreta La farsante.

Lila Downs presentará Balas y chocolate el próximo 26 de marzo en El Plaza Condesa, fecha de la que ya está vendido todo el boletaje.

Paul Cohen, su compañero en la vida, compuso algunos temas con ella y fue el artífice de los arreglos.

El entorno simbólico de Downs abarca el México prehispánico, el de raíz, de Tlaxiaco, y es una reivindicación permanente de la dignidad de la mujer en general, y de las indígenas en particular. Como muestra sonora destaca su Cumbia del mole, alegre, festiva y sabrosa.

Mixteca de raíz

Hoy ve más claras las cosas que suceden en su entorno, ya que ha procesado su trabajo artístico.

El tema denominador común del cedé es el de la muerte. Hay una parte de mi cerebro que me dice que la muerte es el fin. Esto es en cuanto a la ciencia, pero como buena oaxaqueña no podría contestar así. Como mixteca, más que nada, tengo una conexión muy grande con los muertos. Mientras pronuncia esto, observa una ofrenda de muertos que se instaló como escenografía. Mientras pasa el tiempo convivo con esa parte espiritual de la vida. Cuando alguien querido está falleciendo se tiene una experiencia concreta de la muerte; es un sentimiento. Se dice que esa persona partió, pero vive en ti. Todos somos un poco nuestros muertos.

¿Morir por daño colateral es mala suerte? Si te enfermas, pues ya; hay una causa, pero si te matan por cruzarte entre disparos... es por mala suerte o porque el país está muy mal. Está terrible. Y en eso no estamos solos. Ocurre en los países con los que estamos hermanados, como Guatemala, como Honduras. Vas a esos sitios y es impresionante... igual en Argentina, aunque de otra forma.

Trabaja mucho fuera de la Antigua Antequera, como se llama a Oaxaca. No he estado mucho ahí en dos meses, pero me dicen que hay mucha huelga, mucha manifestación. Es complicado, porque hay un linchamiento mediático contra los maestros. Además, hay una parte de la sociedad oaxaqueña que está contra ellos. En los pueblos es diferente. Los oaxaqueños somos tremendos. Todo lo hacemos bolas... ¡hasta el queso!

Balas y chocolate es la síntesis de una música vanguardista y elementos simbólicos culturales, que han creado un icono de referencia. Eso es Lila hoy. Hay cosas que intuyo. Me preguntan cómo me percibo. Es muy difícil definirse a uno mismo, pues siempre estamos en cambio.

Misterio interminable

Comentó que por sus venas corre sangre indígena. “Creo en las bondades de la tierra y en el poder de la música. Por esto último compusimos varias canciones a ese misterio interminable de nuestras vidas, que es la muerte. Quisimos festejarlo como es nuestra costumbre, en México. En Oaxaca tenemos la tradición de hacer altares de diferentes formas, de platicar con los difuntos en noviembre, para venerar a nuestros ancestros y a nuestros difuntitos más recientes. Este es el disco más personal de mi vida, porque iba a perder a mi pareja, a Paul, que se encuentra allá. Se puso mal hace dos años, pero aquí está, vivito y coleando. De ahí nació la idea, la noción de componer temas sobre los muertos. Pero me dije que no podía decaer, que tenía que jalarme, ¡y vamos para adelante! Compusimos el primer tema: El son de los difuntos. Ojala la música ofrezca un camino de catarsis ante todas las cosas que vivimos, para entenderlas.”

Sobre las mujeres, comentó que durante su niñez y adolescencia experimentó la contradicción de sentirse muy abrumada por la discriminación, por la burla hacia lo indígena. Por tanto, mi destino quiso que yo naciera como cantante, hija de artistas. Tuve la oportunidad de estar rodeada de textiles indígenas, de la apreciación hacia los sitios arquelógicos de Oaxaca y de recrearme a mí misma. Siempre fui una jovencita con muchos problemas, muy enojada con mi sociedad; por eso la música que compongo carga textos de conciencia social.