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Rinden homenaje al pensador con una serie de mesas de diálogo en El Colegio Nacional

La filosofía como ciencia de la ciencia y la ignorancia fue el leitmotiv de Luis Villoro
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de febrero de 2015, p. 6

Con una serie de mesas de diálogo, desarrolladas en El Colegio Nacional, se rinde homenaje al filósofo Luis Villoro (1922-2014).

La primera, titulada Filosofía, se efectuó el martes y participaron Jaime Labastida, León Olivé, Ambrosio Velasco y, como moderador, Ruy Pérez Tamayo.

El tema de las siguientes tres mesas es Historia, democracia e indigenismo, este jueves y el 5 y 10 de marzo, a las 19 horas.

La finalidad es reconocer y reflexionar sobre las ideas desarrolladas por Villoro, quien, de acuerdo con los especialistas, exploró con lucidez los orígenes de la historia del país y estudió con rigor la filosofía de Occidente, al tiempo que contribuyó a establecer los vasos comunicantes entre el individuo y la comunidad, el saber y el poder, la razón y la sabiduría.

Contacto con lo inefable

Durante jornada inaugural, su hijo Juan Villoro, presidente en turno de El Colegio Nacional; José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Emilio Chuayffet, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), recordaron la trayectoria de Villoro, así como algunas de sus palabras e ideas.

Juan Villoro compartió que la preocupación central de su padre fue la filosofía como ciencia de la ciencia y la ignorancia.

Hubo momento, reconoció Villoro hijo, en que (mi padre) llegó a un punto límite, en el que parece que no alcanza la razón y parece que las palabras y las ideas no pueden definir la sensación de lo que se vive, es decir, el contacto con lo inefable.

Ello en referencia a la experiencia mística del filósofo en una mezquita azul en Estambul. Él anotó: soy musulmán, budista, cristiano y no soy de Iglesia alguna. Sólo soy uno de tantos, pero mi vanidad esta aún presente. Me miro a mí mismo y registro mis palabras, me percato de que pienso y de que iré tal vez a escribir sobre este momento. Entonces ruego, permito que se aleje mi orgullo, que se destruya mi inmensa vanidad, que se borre por fin mi egoísmo.

Así, dijo Juan Villoro, le permite al filósofo adentrarse en otra forma de la reflexión y preguntarse cómo, en el futuro, aquilatar ese momento.

Narro Robles hizo una detallada semblanza del homenajeado, de su formación y trabajos en su paso por la UNAM.

Chuayffet destacó que fue un maestro congruente, tuvo siempre un enorme compromiso con las causas indígenas, se alejó de la reflexión complaciente e hizo de la confrontación su razón de ser. Debatir es hacer honor a su espíritu.

Dijo que el nuevo modelo educativo que diseña la SEP reforzará la materia de filosofía a nivel medio superior, pues había desaparecido en los tecnológicos y hace un año la restablecimos.