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Ver día anteriorLunes 23 de febrero de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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De nuestras Jornadas

Ciudadanos acorralados

I

nmerso en un proceso electoral cuya realización resulta aún aventurado predecir, Guerrero navega como barco a la deriva. Lejos de resolverse, los problemas van en aumento. Se acumulan afectando más a los guerrerenses a grado tal que, a estas alturas, carecen no sólo de justicia, sino que han llegado a perder la tranquilidad e incluso la esperanza.

Muchos de quienes habitan gran parte del territorio viven, sin deberla, a salto de mata, cuidando ya ni siquiera su patrimonio familiar como los desplazados de sus comunidades, sino su integridad física. Por un lado, la inseguridad, la ola de violencia, levantones, cobros de piso y secuestros operados por el crimen organizado aguijo-nean sin tregua ni exclusividad a los diversos sectores; por otro –sólo por mencionar dos claves del desastre– la lucha por la desaparición de los 42 estudiantes de Ayotzinapa no da momento de respiro.

En este contexto, las declaraciones del gobernador Rogelio Ortega Martínez, lejos de generar tranquilidad, producen incertidumbre, desaliento y destanteo. Ortega Martínez apuesta a la retórica, a la inercia y al desgaste, como fórmula para solucionar los conflictos que tienen en jaque a la sociedad y que uno y otro día la convulsionan. El sábado reprobó el ataque a instalaciones militares y de gobierno de normalistas y cetegistas, además del saqueo de camiones distribuidores de productos.

Subrayó que los grupos que las provocan se están quedando aislados, cuando los hechos muestran que cada día se fortalecen. Dijo que el conflicto debe administrarse para buscar un cauce de solución a partir del diálogo, la negociación y el acuerdo, en tanto los activistas rechazan todo acto de diálogo, negociación y acuerdos. Justicia es lo que exigen. Reclaman con vida a los 42 normalistas faltantes.

Esa es la oferta del mandatario guerrerense; es ese su eje de gobierno, mientras en el ámbito federal la autoridad se sostiene imperturbable: los normalistas fueron asesinados y calcinados en Cocula. Ejército y Policía Federal nada tuvieron que ver en los hechos. Punto.