Opinión
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México SA

Barones: fuga redoblada

Crece la salida de capital

El panorama se complica

M

ezcla de la creciente desconfianza y falta de credibilidad en el actual régimen, la voracidad que los caracteriza, la notoria ausencia de compromiso con el país que les ha permitido amasar fortunas de ensueño y el uso correcto de las leyes a modo que les elaboran y aprueban el gobierno y el Congreso, los dueños del dinero han abierto las puertas de par en par para apresurar la salida de sus capitales hacia lugares más seguros y rentables, como si internamente alguien les pusiera trabas para incrementar sus de por sí abundantes haberes.

Apenas el pasado jueves La Jornada (en nota de Roberto González Amador) dio cuenta de que, hasta 2012, “ciudadanos mexicanos han transferido a paraísos fiscales recursos por al menos 417 mil millones de dólares”, cuando ayer viernes se conoció información del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, la cual revela que en el transcurso del gobierno peñanietista los dueños del dinero han redoblado esfuerzos para agilizar la fuga de capitales, no obstante que en público cotidianamente se comprometen con México, no sin exigir mayores facilidades para sus negocios e inversiones.

Pero del dicho al hecho hay una abultada fuga de capitales De nueva cuenta La Jornada pone el dedo en la llaga y ayer publicó: ciudadanos mexicanos transfirieron a cuentas bancarias en Estados Unidos recursos por 73 mil 927 millones de dólares (hasta noviembre de 2014). La cantidad de depósitos enviados a aquel país creció de manera significativa en los últimos dos años, hasta alcanzar un monto comparable al saldo de la deuda externa del gobierno, revelaron datos del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos. México está a la cabeza de América Latina en cuanto a depósitos de sus ciudadanos en cuentas bancarias en Estados Unidos (Roberto González Amador).

Y detalla: “el monto de los depósitos de mexicanos en bancos estadunidenses aumentó significativamente desde el inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, en diciembre de 2012. Actualmente, ciudadanos y empresas mexicanas tienen en bancos estadunidenses 73 mil 927 millones de dólares. Esa cantidad es mayor en 35.5 por ciento a la registrada en diciembre de 2012, que fue de 54 mil 550 millones de dólares, según los datos del Fed. Así, entre diciembre de 2012 y noviembre de 2014 –último mes para el que existe información disponible– las cuentas a nombre de mexicanos en bancos del otro lado de la frontera se abultaron en 19 mil 377 millones de dólares.

En ese periodo, prácticamente por cada dólar en que aumentaron las cuentas de mexicanos en Estados Unidos llegaron a México 43 centavos de dólar por medio de las remesas que envían a sus familias los trabajadores mexicanos en aquel país (expulsados de su tierra por razones económicas). Los 19 mil 377 millones de dólares en que aumentaron las cuentas de mexicanos en Estados Unidos equivalen a 43 por ciento del ingreso de divisas por remesas, que en 2013 y 2014 sumaron 44 mil 498 millones de dólares, de acuerdo con dados del Banco de México (ídem).

El gobierno federal, cuando menos desde el sexenio de Vicente Fox, no deja de presumir las multimillonarias remesas (alrededor de 280 mil millones de dólares en la docena trágica panista y lo que va de EPN) desde los tiempos de ese que los paisanos expulsados envían desde el vecino del norte, pero no dice ni pío sobre la creciente fuga de capitales promovida y alimentada por los aliados naturales del régimen, a quienes las presuntas autoridades les han dado absolutamente todo a cambio de nada (salvo una que otra comisión, moche, casa, mordida o como quiera llamársele) y sin beneficio alguno para el país.

Como en este espacio se ha comentado, en eso de dar y tomar el tan cacareado cuan perverso modelo económico que se aplica en México se pinta solo: dan los más pobres y todo toman los más acaudalados. El sistema es sencillo: los primeros inyectan y generan cuantiosos recursos, y los segundos sencillamente se los apropian y exportan. Y en el balance, la estabilidad económica nacional se debe a los más fregados.

Mientras unos exportan capitales adentro otros se las ven negras. Como lo advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, el panorama se complica, pues el Banco de México dio a conocer las expectativas de crecimiento económico para 2015 de acuerdo con la opinión de diversos analistas, y el promedio fue de 3.29 por ciento, por abajo de 3.5 estimado por la misma encuesta en diciembre pasado. “No obstante, dichas opiniones no habían contemplado el recorte en el gasto de gobierno (anunciado por el ministro Luis Videgaray al finalizar enero pasado), por lo que las modificaciones a la baja en los estimados de crecimiento podrían ser más profundas”.

La confianza del sector empresarial continúa a la baja. En enero pasado tanto el sector de las manufacturas como el del comercio mostraron índices de confianza menores a los alcanzados durante el mismo mes del año pasado, mientras que el de la construcción se mantuvo sin cambios. Resalta el hecho de que en los tres sectores el componente que mide la percepción sobre la situación económica futura del país fue menor al observado en enero de 2014, situación que implica que las empresas podrían contemplar menores inversiones para el presente año.

Por su parte, la confianza del consumidor registró un incremento de 7.8 por ciento en términos anuales; sin embargo, al revisar las cifras desestacionalizadas, en enero se cumplen dos meses consecutivos que este indicador sufre una contracción en su desempeño. De continuar con esta tendencia, al escenario con un menor gasto de gobierno se tendría que sumar una menor inversión por parte de las empresas y un menor consumo por parte de las personas, de tal forma que el motor de crecimiento para nuestra economía recaería únicamente en el sector externo.

En enero el Índice Nacional de Precios al Consumidor se ubicó en 3.1 por ciento a tasa anualizada, aunque los alimentos registraron los mayores precios. Por ello, hay que considerar que dichos precios pueden aumentar considerablemente, pues cerca de 50 por ciento de lo que se come en este país es de importación, y el dólar se ha encarecido sensiblemente (ayer, en ventanilla, a 15.20 bilimbiques).

Las rebanadas del pastel

Que dice el director de Pemex, Emilio Lozoya, que los cambios en materia energética ya impulsan el desarrollo del país. Los primeros en aplaudir fueron Alberto Bailleres y su consejero independiente infiltrado en la ex paraestatal, Jaime Lomelín Guillén.

Twitter: @cafevega