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De nuestras Jornadas

Empleo: modelo fracasado

E

l capitalismo tiene en su esencia la venta de la fuerza de trabajo, se alimenta del empleo asalariado y amplía sus márgenes de ganancia al abaratarlo. Por ello es natural empujar el precio del trabajo hacia abajo y medidas como las contrataciones por horas o la subcontratación.

Y no sólo promueven a toda costa eliminar las protecciones laborales argumentando que se promoverá más crecimiento económico, y con ello los propios trabajadores serían beneficiados. En estos últimos años, las tasas de desempleo han crecido: casos de larga duración y de porcentajes que llegan a 25 por ciento de desocupación (Grecia y España).

En México, entre los años 50 y 80, el empleo creció a una tasa media de 9.7 por ciento anual, y después de los 80, ya con el neoliberalismo instalado, la tasa bajó a 2.6 al año. La diferencia la hizo un tipo de capitalismo regulado por el Estado, pues los dos supuestos del mercado como distribuidor de la riqueza, respecto de que había una armonía de fondo que traía beneficios generales a las acciones egoístas de los intercambios particulares, no existen.

Así que un modelo con mano visible ha traído menos males en cuanto al empleo de la clase trabajadora, y sus argumentos son contundentes: el nivel de empleo está determinado por el consumo agregado más inversión, con ese consumo las empresas sostienen mejor producción porque tienen expectativas de ventas, y con ello sustentan su ocupación y se complementa el círculo virtuoso.

Sin embargo, en México y Zacatecas, plaza que según la UNAM y la OIT ocupa el segundo lugar en desempleo, se prolonga el modelo fracasado. En el pasado inmediato la reforma laboral fue en contra de la protección del trabajo con la consecuencia esperada de ralentizar el propio crecimiento económico. Y los salarios en México no llegan a 35 por ciento de los dividendos generados por la economía. Esto pasa porque aunque el conjunto de la economía se ve afectado, un grupo reducido de capitalistas ven crecer sus ganancias como la espuma. Nos urge un cambio de modelo en el ámbito nacional.