Opinión
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Astillero

Chedraoui y Cepeda

Élites censuran protestas

Delegados DF, irresponsables

En Michoacán, para perder: Chon

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LLEGA LA CARAVANA POR LA PAZ A LA CIUDAD DE MÉXICO. Miembros de diversas organizaciones no gubernamentales que integran la Caravana por la Paz, la cual salió el pasado 23 de noviembre de Playa del Carmen, Quintana Roo, llegaron ayer a la ciudad de México. Hicieron una parada en la Basílica y después se trasladaron al Zócalo. Durante el trayecto a la capital del país, Juan Márquez Nieto dominó un balón de futbol por casi 2 mil kilómetrosFoto Jesús Villaseca
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omo siempre, era una fiesta del poder. Antonio ChedraouiTannous, nacido en Líbano, llegado a México gracias a los favores de César Nasta, consuegro del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz y actualmente arzobispo metropolitano de la Iglesia ortodoxa de Antioquía, celebraba uno más de sus cumpleaños rumbosos, con invitados pertenecientes a las élites empresarial, política y mediática de México.

Allí, entre flotillas automovilísticas, helicópteros, guardaespaldas y lujo extremo, estaban en Huixquilucan, estado de México, secretarios de Estado (Pedro Joaquín Coldwell, como representante presidencial, además del titular de la Sedatu), gobernadores (Eruviel Ávila, con Tlatlaya y los feminicidios como carga; Aristóteles Sandoval, con un Jalisco cada vez más violento y descompuesto; Rafael Moreno Valle, el Góber Bala, y Manuel Velasco Coello, quien un día antes había recibido abucheos al inaugurar un festival de cine en San Cristóbal de las Casas), políticos sin cargo pero acusados de gran corrupción (Arturo Montiel, por ejemplo), y un abanico en el que destacaban la secretaria general del PRI, la ex gobernadora yucateca Ivonne Ortega; el obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda; el empresario periodístico Juan Francisco Ealy Ortiz y el consejero del INE Benito Nacif (tenía un asiento principal Miguel Ángel Mancera, pero no llegó).

El festejado aprovechó para sumarse a las voces cupulares que critican a fondo las movilizaciones de protesta por el caso Iguala y que cierran filas en torno a las instituciones y a su jefe formal, Enrique Peña Nieto. Chedraoui advirtió que mover al pueblo es una jugada peligrosa. Si se mueve el pueblo, no lo podemos parar. No se deben aprovechar por intereses personales, de levantar a la sociedad; cada día cierran carreteras, hacen vandalismo. Con sus 83 años recién cumplidos, insistió en que no hay que aprovechar para hacer manifestaciones, cerrar caminos o realizar actos de vandalismo, todo se resuelve con paciencia y diálogo. Otro religioso reconocido por su predilección por el poder, ostentoso y desenfadado, el obispo emérito Cepeda, también llamó a tener confianza en el gobierno y esperar el resultado de las investigaciones aunque, sentencioso, cristianamente forense, propuso resignación pragmática, pues si ya desaparecieron, ya desaparecieron (...) si los quieren vivos, también no creo que estén vivos. Entonces, es mejor pedir por ellos y no armar luchas violentas.

Las palabras de Chedraoui y de Cepeda se insertan en una campaña de descalificación de las movilizaciones en demanda de justicia por el caso de los 43 normalistas desaparecidos. Roberto Servitje, hermano de Lorenzo, quien se asumía como una suerte de guía moral del empresariado mexicano, dijo en reunión con hombres de negocios que hay inconformidad de algunos grupos que no han podido ubicarse y aprovechan cualquier cosa, como esto de Ayotzinapa, que es muy triste porque se le ha dado una dimensión que no tiene. Y se están aprovechando. Con respeto a todos ustedes los medios, también exacerban la situación. El grupo Bimbo, del que es fundador el declarante, ha exacerbado durante décadas la mala alimentación de los mexicanos y es corresponsable del grave problema nacional de obesidad. Días atrás, Alejandro Martí, empresario y operador de una organización civil contra la delincuencia, había asegurado que en Guerrero hay una narcoguerrilla.

En el flanco electoral, los 14 jefes delegacionales de la ciudad de México que llegaron a esos sitiales a nombre del Partido de la Revolución Democrática solicitaron licencia, en un movimiento que no por anunciado deja de ser sumamente ilustrativo del desdén de las cúpulas en cuanto al cumplimiento puntual de las responsabilidades a que se obligan cuando buscan el voto y cuando juran cumplir con sus asignaciones. Trece de esos jefes delegacionales explorarán la posibilidad de buscar diputaciones locales y federales, mientras otro, el de Iztapalapa, Jesús Valencia, tratará de resolver primero las implicaciones legales que se derivan de un accidente automovilístico en el que asomaron manipulaciones para ocultar la verdadera causa fisiológica y también el uso con evidente tufo a corrupción de un vehículo que es propiedad de una empresa contratista.

Los afanes saltarines de los delegados capitalinos (14 de 16, por lo pronto) corresponden a su desempeño en términos estrictamente negativos (sólo quedaron en espera de instrucciones superiores los dos de oposición, PRI y PAN, tal vez con la intención de que con ellos se demuestre que a estos dos partidos les interesa cumplir con el electorado aunque sea en términos de temporalidad convenida). Han sido tan malas las gestiones de estos funcionarios (pero no solo de éstos, pues la industria del sol azteca ha suministrado a los habitantes del Distrito Federal elencos trianuales de personajes promotores de la corrupción, la frivolidad y la ineficacia) que ahora buscan el fuero (por si alguna acusación delictiva les fuera dedicada), la elusión de compromisos (haces tropelías y te vas) y el endoso de los malos resultados ya visibles a personajes menores que serán nombrados sustitutos.

En Michoacán, el PRI sacó de entre su desvalida carta de aspirantes al más notable en cuanto a su disponibilidad para aceptar de Los Pinos una orden de reconocerse como derrotado a la hora de las urnas. El senador José Ascensión Orihuela Bárcenas, conocido como Chon, es un político pragmático, especializado en la recolección de fondos de variado color para campañas electorales priístas y en la vinculación de voluntades del empresariado informal más influyente de la entidad con los políticos que luego ejercerán el poder benevolente. Pero difícilmente podrá ser él quien se encargue de esos hilos oscuros. Estará, en todo caso, a lo que el alto mando nacional decida. Y ese alto mando, apellidado Peña Nieto, ha dado amplias muestras de contento con el senador formalmente perredista, Silvano Aureoles, quien ya solicitó registro en el sol azteca.¡Hasta mañana!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Hernández