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La huelga, opera prima del director, abrirá hoy el ciclo, que cerrará el primero de febrero

Eisenstein, revolucionario de la narrativa fílmica, será recordado en la Cineteca

El desastre en Oaxaca y ¡Que viva México!, pruebas de la inspiración que dio este país al realizador ruso

El silente octubre y El acorazado Potemkin, parte de las 14 cintas de la retrospectiva

Foto
Fotograma de la película ¡Que viva México!
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de enero de 2015, p. 6

Luego del fin de la revolución rusa, ya con la paz establecida en el país, Vladimir Ilich Lenin dijo: El cine, de todas las artes, para nosotros es la más importante.

Para 1922 los estudios de cine de ese país ya habían abierto y el porvenir de su cinematografía se comenzaba a mostrar boyante con creadores como Lev Vladímirovich Kulechov, Dziga Vertov o Grigori Kozintezev, que voltearon su mirada a otros más jóvenes que provenían de diversas expresiones, como el teatro.

Uno de ellos era Sergei Mijailovitch Eisenstein, quien no sólo sería figura en su país, sino en todo el mundo.

Eisenstein, quien propuso una noción adelantada sobre la narrativa fílmica, será recordado a partir de hoy por la Cineteca Nacional con una retrospectiva que culminará el primero de febrero y que proyectará 14 medios y largometrajes, así como cinco cortos.

El realizador, quien hizo estudios de ingeniería, se inició como escenógrafo. Fue uno de los promotores de la revolución que transformó el montaje de cine, por la llamada edición de atracciones: método para intervenir obras clásicas con payasos, acróbatas, danzas, entre otros elementos visuales...

Al crear su primer largometraje, La huelga, aplicó la edición de atracciones, haciendo alternar la matanza de obreros de la época del zar con gráficas de animales degollados tomadas de mataderos. El ciclo empezará con esta opera prima del realizador, con fuerte reflexión sobre la lucha de clases.

El acorazado Potemkin, clásica que también se incluye, fue realizada en unas semanas en Odesa con algunos actores, la población de la ciudad y la Escuadra Roja. El héroe del filme: la masa de extras. Cuenta el levantamiento de los marineros del barco Potemkin, cansados de las vejaciones a las que eran sometidos, por sus superiores.

La multitud es individualizada por grandes planos de caras o detalles de actitudes... los modelos vivos alternan con objetos expresivos: las botas, una escalera, una reja, un sable... Y el episodio está puntuado con atracciones violentas desgarradoras: la madre que lleva el cadáver de su hijo, la carriola que baja sola por las escaleras, el ojo reventado y sangrante detrás de los anteojos de hierro. El exceso o la inhumanidad de las teorías son arrastrados por el impulso nacionalista de la revolución rusa y por la sinceridad de Einsestein, por su violencia, su piedad, su calor humano, su cólera, escribió sobre este filme el historiador de cine George Sadoul.

El filme será antecedido por el cortometraje El diario de Glumov (1923), sátira política narrada mediante pantomima circense.

Se proyectará El silente octubre (1928), que tiene como protagonista al pueblo: una recreación del final de la monarquía Romanov en 1917. También se proyectará Lo viejo y lo nuevo, reconocida por el Consejo Nacional de la Crítica de Estados Unidos como la mejor película extranjera de 1931. En Miseria y fortuna de las mujeres (producida por Suiza), enseña el tema del aborto y las virtudes de la planificación familiar, pero en 1929.

El programa incluye un breve ensayo audiovisual orquestado por Eisenstein (en su primera experiencia sonora) a través de un montaje que permite apreciar la forma en la cual el arte puede transformar la realidad que nos rodea.

La inspiración que dio México al cineasta ruso se hará presente con El desastre en Oaxaca (México, 1931), con sobrecogedoras escenas filmadas un día después del terremoto del 15 de enero de 1931, que destruyó buena parte de la ciudad de Oaxaca. Eisenstein y su equipo de producción de ¡Que viva México! (que estaban en el Istmo de Tehuantepec filmando el episodio Zandunga) arribaron al lugar y retrataron las dramáticas imágenes.

El prado de Bezhin, versión de 1967

La película El prado de Bezhin, considerada perdida tras la Segunda Guerra Mundial, se presenta en una versión restaurada de 1967.

Obvio, estará ¡Que viva México!, considerado el filme inexistente más famoso de todos los tiempos. A finales de los años 70, Mosfilm, la poderosa empresa estatal rusa, adquirió los materiales filmados por el cineasta en México entre 1930 y 1932. El cineasta Grigory Alexandrov, figura cercana al director durante su odisea mexicana, fue encomendado para editar esta versión, considerada la más cercana a las intenciones originales.

En el siglo XIII, caballeros teutones invadieron territorio ruso y fuern derrotados por el guerrero Alexander Nevsky. Eisenstein orquestó un monumental fresco que tuvo notable resonancia en el contexto de su estreno, con la Segunda Guerra Mundial ya muy cercana: Alexander Nevsky (1938), que fue su primer largometraje sonoro.

Tras el éxito internacional de Nevsky, Eisenstein recibió de Stalin la encomienda de filmar una trilogía sobre el zar Iván IV, apodado El terrible, en cuyo régimen Rusia vivió una de sus etapas más gloriosas en el siglo XVI. El programa incluye los documentales El círculo eterno: Eisenstein en México, de Alejandra Islas; Serguéi Eisenstein 1898-1948, así como Serguéi Eisenstein: Postscriptum, del director Ansis Epners.

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