De no haber disciplina y profesionalismo en la preparación de la caminata, perderemos el ciclo olímpico, advirtió Raúl González –doble medallista olímpico en la especialidad–, quien calificó sólo de buena la actuación de este deporte en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.

Fue buena, pero quedó lejos de lo que debió haber alcanzado, de la expectativa que la gente involucrada tenía, explicó el ahora entrenador de 50 kilómetros, para exponer que lo hecho estuvo bien, pero no fue nada extraordinario.

Hizo un llamado urgente a realizar ajustes, aunque todas las adecuaciones son de disciplina, “porque lo que planeamos cuando se inició este proceso, sólo nosotros –los cincuenteros– lo cumplimos y la Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte) los siguió apoyando, pese al desorden que se presentaba, por lo que no hubo calificación ni grandes resultados” en la justa regional.

Insistió en que en las otras distancias –20 kilómetros varonil y femenil– se les permitió seguir trabajando en desorden, sin planeación adecuada, de allí la urgencia de analizar detalladamente lo que sucedió en Veracruz, para evitar que se repita y eso le cueste al país el ciclo olímpico.

Se debe revisar lo que se hizo en los pasados seis meses y apretar donde se deben hacer los ajustes, porque en Centroamericanos quedó demostrado que no se está trabajando lo necesario, de manera profesional, insisto, en la obtención de los logros que necesita la caminata del país, expuso.

–Vienen los Juegos Panamericanos Toronto 2015, que seguro es el último parámetro para saber qué se puede esperar en Juegos Olímpicos.

–Es el parámetro más importante del ciclo olímpico. Que sólo podremos cumplir adecuadamente si hay trabajo, disciplina y profesionalismo, porque si lo hacemos al ahí se va, a ver qué sale, pues ya sabemos lo que sale y está muy lejos de lo que realmente se busca.

Dejó en claro que las autoridades deportivas no pueden estar consintiendo que “mamá entrene a su hijo, que a la esposa la prepare su marido, porque eso es volver a lo mismo, a lo del pasado.

Un entrenador nacional debe estar desligado en lo familiar de la gente con la que trabaja. Debe ser un profesional, porque de otra forma puede favorecer más o menos a alguien y no debe ser así; eres el entrenador de todos por igual, no más de unos que de otros, analizó el ex marchista.

Debe entenderse que no puedes ser juez y parte. No debes tener lazos de parentesco. Porque eso no es ser profesional, pero cuando todo eso se consiente, entonces se convierte en un cachondeo, y por eso los resultados no se dan, concluyó.