A partir de hoy, todos los días la campeona mundial supermosca Zulina Muñoz no dejará de pensar en Mariana Juárez. La llevará en la mente en cada rutina de entrenamiento con que buscará acostumbrarse al estilo de La Barbie.

Y no es que se haya convertido en una obsesión, aclaró Muñoz, sino que desde hace tiempo se fraguaba este combate entre dos de las peleadoras más reconocidas en el boxeo mexicano, que se realizará en marzo de 2015.

Zulina recuerda que insistió mucho tiempo para tener una oportunidad de disputar el cetro cuando La Barbie era la campeona, pero nunca se la concedió. Hoy los papeles están invertidos y Mariana es quien dijo en varias ocasiones que quería el cinturón de La Loba Muñoz.

Durante las negociaciones para este combate, Juárez sostuvo que su nombre por sí mismo beneficiaría a Zulina, aun cuando ésta tuviera el título.

El nombre de Mariana Juárez aún pesa en el boxeo, dijo la campeona. Me beneficiará, pero sobre todo en lo económico, porque en lo deportivo yo me he consolidado por mi cuenta.

Lo que dejó claro Zulina es que, precisamente, ella tiene el campeonato y Mariana es la retadora, por tanto estuvo obligada a pedir una oportunidad. Y eso, consideró Zulina, abona en la autoestima de cualquier boxeadora.

Mariana ha descalificado mi título, me ha llamado campeona de chocolate, recordó Zulina. Pero yo no le presto atención.

Desde aquella noche de noviembre de 2012, en la que Zulina terminó como campeona del CMB, se le ha cuestionado que no ha enfrentado rivales que le representen verdadero riesgo.

Lo acepta, pero matiza: Sí, me ha faltado una rival para callar bocas y que dejen de cuestionar si soy una verdadera campeona, pero esa no será Mariana.

Las provocaciones tampoco la tambalean, incluso piensa que le benefician, porque la pelea llama más la atención, le ponen pimienta, y eso genera más expectativa.

Fuera de golpes de declaraciones, Zulina saborea de manera anticipada ese duelo, porque considera que será un privilegio enfrentar a una de las pioneras del boxeo femenil.