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Actividad del Festival de las Huastecas, en San Luis Potosí

El trompo de cuarta retrae a los días de la niñez campesina
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de noviembre de 2014, p. a10

Xilitla, San Luis Potosí.

El trompo de cuarta es un juego que une familias, comprime el tiempo en giros y retrotrae los días de infancia de viejos que azotan un trozo de madera con una cuerda de izote.

No se sabe a ciencia cierta desde cuándo se juega el trompo de cuarta, pero de vez en vez reaparece como todo lo tradicional que se da, solo.

En el decimonoveno Festival de las Huastecas, organizado por las autoridades de San Luis Potosí y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, por conducto de la Dirección General de Culturas Populares, en el Jardín Central, en lo planito, un grupo de adultos jugaba con un trompo de cedro, que gira según la práctica. Gana quien lo mantiene rolando más tiempo.

Los tromperos sudan y los mirones quisieran participar, pero son tímidos. El trompo de cuarta se juega en la Huasteca, sobre todo en Hidalgo y San Luis Potosí, donde hay madera.

Benito Flores Lara, originario de Atlapexco, Hidalgo, llegó hasta estas tierras con sus morrales llenos de trompos, grandes, como de una cuarta de mano.

Yo juego este trompo desde niño, como a los nueve años, y ya tengo 64. Los papás de allá lo jugaban, y los abuelos. Es una costumbre. Lo que le da el nombre es este palito, al que se amarra una tira de izote quemada, con la que se le pega abajo para que gire. Si se cae se pierde. Lo de cuarta es como la de los caballos, nomás que nosotros así le llamamos a una medida de una vara, a un palito. El chiste es que el trompo baile y baile. El cedro con que se hace el juguete es de la comunidad. Allá hay. La planta de izote nace allá, en el monte, y nomás vamos, la cortamos, la quemamos para que aguante.

Diversión para después del trajín

No cualquiera dura y gana, pero Benito aseguró que hay quien lo mantiene sobre su eje durante 30 minutos. Se practica más durante los días de carnaval, en febrero. Gracias a Dios, su servidor ganó el primer lugar. No sé si es mundial, pero gané.

Foto
Tromperos en el jardín central de XilitlaFoto Isaac Sánchez

Explicó que el izote se enreda en el trompo, se para en lo bajito y a darle, una y otra vez. Luego duele la cintura y el sol quema, pero es buen ejercicio. Hace dos meses fui a Pachuca a dar una exhibición. Los abuelos piden que no se pierda esta costumbre. Soy abuelo y lo enseño a mis nietos e hijos. Como dicen en la comunidad: es tradicional entre nosotros. Somos campesinos y el trompo lo jugamos luego del trajín. Por el trompo he viajado a otros municipios. Mi hermano mayor, de 70 años, lo juega todavía.

El costumbre sigue. Mientras, eso da vigencia a dichos como el de échate ese trompo a la uña, me voy a echar un trompo con ese tipo, ando como trompo chillador.

Aconseja no apostar, porque se acaba en enojo. Es mejor por salud, para demostrar que eres el mejor. Gracias a Dios, borracho no se puede jugar.

Los mirones compraron los trompos de 35 o 40 pesos. Se le acabaron. Tiene siete hijos y es campesino.

Por su parte, Lucas Jiménez Omaña, operativo del Programa de Fomento Cultural en la Huasteca, en el estado de Hidalgo, explicó que lamentablemente la práctica del trompo de cuarta se ha ido perdiendo. “No obstante, como ya lo juegan los niños, esto hace pensar que seguirá.

Otro juegos tradicional es el balero. El año que entra, el Festival de la Huasteca será en Hidalgo. Va a estar interesante. Para nosotros es sólo mostrar lo que tenemos. No todo es huapango.