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Ignoradas por el Invi, 15 familias viven en vecindad a punto de derrumbarse

Los moradores tramitaron ante el instituto la compra del predio; no han sido atendidos

Supuesto propietario intentó desalojarlos de forma violenta; son estafados por promotores

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En las imágenes, las evidentes muestras del deterioro del inmueble ubicado en la colonia Tlaxpana, en la delegación Miguel Hidalgo, la cual está a punto de caer, según Protección CivilFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 16 de noviembre de 2014, p. 35

En un inmueble en ruinas, que data del principio del siglo pasado, 15 familias viven hacinadas y en peligro ante el inminente riesgo de colapso de la construcción –ubicada en la colonia Tlaxpana, delegación Miguel Hidalgo–, según un informe de la Secretaría de Protección Civil.

Hace dos años, los moradores comenzaron los trámites correspondientes ante el Instituto de Vivienda (Invi) para solicitar la expropiación del predio, que disputaron sin éxito, por la vía legal, con quien se ostenta como propietario, que en varias ocasiones ha intentado desalojarlos de forma violenta.

Sin el respaldo de alguna agrupación, no han obtenido respuesta. Vivimos todos los días con miedo de que se nos caiga el techo encima o que vengan a sacarnos a golpes, expresó Marcela Torres, descendiente de una las familias de mayor antigüedad en la vecindad.

Sus padres, Juan Torres y Adela Lazcano, chofer mecánico y niñera, respectivamente, llegaron al inmueble, ubicado en Tonatzin 41, hace más de 70 años. Ahí nacieron sus 13 hijos; la mayor de ellos tiene 73 años.

En ese entonces, al igual que el resto de los vecinos, pagaban una modesta renta a los propietarios de la vecindad, integrada por siete casas con tapancos. Los dueños eran españoles exiliados y a su muerte se presentó una persona que dijo ser la albacea de los bienes. Nos siguió cobrando, pero dejó de darle mantenimiento al inmueble, relataron los descendientes del matrimonio Torres Lazcano.

En 2001, la construcción de un edificio en el predio contiguo aceleró el deterioro de la vecindad de techos altos, vigas de madera y muros de adobe, que comenzó a caerse a pedazos. Actualmente, las techumbres de dos viviendas se derrumbaron, por lo que las familias afectadas abandonaron el lugar.

El resto de los inquilinos decidió emprender una lucha legal para adquirir el predio, pero sin conseguirlo. Lo único que lograron fueron represalias. Además de los intentos de lanzamiento con grupos de choque, se les amedrentó al dar alojamiento en uno de los cuartos a delincuentes, que sembraron el terror en el vecindario.

Otra opción fue acudir con asociaciones promotoras de vivienda para solicitar su ayuda a fin de gestionar la expropiación del terreno, pero lejos de apoyarlos ahora se disputan el predio.

Se han aprovechado de nuestro temor e ignorancia y nada más nos han sacado dinero. Un día nos pidieron juntar 3 mil pesos para evitar el desalojo que se iba a dar en la madrugada. Esa noche no dormimos, porque ya han venido a golpearnos. Hicimos café y estuvimos en vela, pero resultó que no era cierto, comentaron.

El abuso de estas organizaciones, identificadas como Centinela y Unión Independiente de Colonos de Tlaxpana (UICA), llevó a las familias de la vecindad, integrada en su mayoría por mujeres y adultos mayores, a emprender la lucha solas, pero se han enfrentando a la indiferencia y burocracia del personal del Invi.

El trato hacia nosotros ha sido déspota, incluso, ha habido ocasiones en las que no nos han dejado entrar, refirieron. Su desesperación es tal, que hasta en una peregrinación participaron, cuenta una de las vecinas, para ver si tenemos ayuda divina.