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Autonomía Politécnica

No estamos jugando a las fuercitas; lamento que antes no hayan sido escuchados

Resolveremos el problema juntos, dice Osorio a estudiantes en plena calle
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El titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, acompañado del subsecretario Luis Miranda, recibió el pliego petitorio de los politécnicosFoto Pablo Ramos
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de octubre de 2014, p. 3

El retumbar del huélum politécnico en las inmediaciones de la Secretaría de Gobernación (SG) provocó un hecho sin precedentes: el responsable de la política interna del país salió de su despacho, caminó hacia el templete de los manifestantes y dialogó con estudiantes. Ahí estaba Miguel Ángel Osorio Chong, frente a la potencia de la Asamblea General Politécnica, pero les anticipó que en esta negociación no estamos de ninguna manera jugando a las fuercitas. Vamos a ver lo que se deba resolver y lo haremos junto con ustedes.

Al gesto político de Osorio Chong –realizado para que no creciera el conflicto–, los jóvenes respondieron con seguridad y respeto. El cara a cara fue en plena avenida Bucareli y, como nunca, ocurrió más allá de las vallas de seguridad que sitian la periferia del Palacio de Covián.

Una hora después de que la marcha de los politécnicos llegó hasta Gobernación, los representantes de todas las escuelas del Instituto Politécbico Nacional (IPN) subieron al templete para leer el pliego de peticiones. Se esperaba la integración de una comisión, como suele ocurrir con casi todos los grupos que llegan a Bucareli, para ingresar así a las oficinas.

Pero los jóvenes sorprendieron a propios y extraños con una demanda que más bien parecía una renuncia al diálogo: Que salga el secretario a recibir nuestro pliego petitorio. La exigencia fue secundada de varios huélum. Puño en alto “¡…a la cachi, cachi porra, pim, pom porra, pim, pom porra, Politécnico, Politécnico, gloria!” Y exhortaron a las autoridades federales a dar respuesta a más tardar el próximo viernes.

Uno de los enviados de la subsecretaría de Gobierno reportaba a su superior, por radio, en tiempo real: Que piden que baje el secretario a recibir el documento. Y los otros hombres trajeados murmuraban: Esto está muy raro, están divididos; ya estaba la mesa puesta para que entraran a las 6.

Pasaron varios minutos y Gobernación sólo recibiría a 30 estudiantes. Esto generó que los miles que aún permanecían en el lugar lanzaran un nuevo grito: Que salga Chong. Arriba del templete, los representantes remarcaban el cronograma: “Nadie va a entrar; el diálogo debe ser público y aquí en la calle. No negociaremos nada en lo oscurito. Le damos media hora para que salga. Si quiere, incluso que venga con todo su equipo de seguridad, le garantizamos respeto, ya que no hay infiltrados”.

El grito cambió: Respeto a Chong, respeto a Chong… Pero todavía no era Osorio Chong. Quien apareció fue el subsecretario Luis Enrique Miranda, brazo derecho del titular para estos menesteres. Los invitó una vez más a que una comisión entrara pero, ante la negativa, ofreció entregar el mensaje a su jefe.

Desde el despacho central Osorio Chong preguntaba a sus colaboradores: ¿Hay condiciones? ¿Quieren dialogar? Bajo. Y así, de pronto, tomó camino y avanzó casi solo hasta las vallas resguardadas por policías federales.

Ahora la sorpresa fue del otro lado. Con incredulidad, politécnicos de las primeras filas se preguntaban. ¿Neta, es?

Mientras, los encargados de la abrupta avanzada gubernamental hojeaban una gruesa carpeta blanca en la que están clasificadas las cabezas más visibles del movimiento. Éste es de la Federación, este otro es de Zacatenco, decían. “De verdad que el reglamento no trae nada extraordinario; lo que faltó en el Poli fue comunicación”.

Al verlo arriba, los politécnicos celebraron con un enjundioso aplauso su victoria. El político hidalguense, con las tablas de ex gobernador, tomó el micrófono y dijo: Reconocemos formalmente su movimiento, conocemos las causas por las que están aquí presentes, sabemos de sus inconformidades y queremos atenderlas de inmediato.

Ya con el conflicto frente a su despacho, Osorio Chong expresó: Lamento que en algún proceso no hayan sido escuchados. El caso es que llegaron hasta aquí y queremos solucionarlo.

La primera opción planteada por el funcionario era resolver en media hora las exigencias más relevantes. Los estudiantes no se confiaron de respuestas al vapor; lo invitaron a leer personalmente el documento completo. Y ahí estaba el funcionario en mangas de camisa, protagonizando la escena insólita.

Luego vino la lectura, no exenta de traspiés –pues así dice, justificaba Osorio. Tampoco pudo ocultar su asombro al verbalizar el octavo punto, referente a que se destine 2 por ciento del producto interno bruto a educación superior, ciencia y tecnología.

Los jóvenes valoraron la presencia del secretario de Estado, pero dejaron en claro que no fue la buena voluntad de las autoridades lo que dio lugar a este histórico encuentro, sino resultado de la movilización estudiantil.  

Osorio Chong aceptó dar respuesta el viernes, y alcanzó a sugerir, apenas, que el encuentro fuera a la una de la tarde, pero en una improvisada votación multitudinaria los jóvenes decidieron que les iba mejor a las tres.

Remarcaron: aceptar este encuentro no necesariamente implica que se aceptarán las respuestas. Éstas se someterán a las asambleas por escuela. Tampoco significa una tregua en la movilización, pues cada escuela decidirá si continúa en paro, dijeron.

De esa forma fue como el pliego petitorio de los politécnicos recibió la rúbrica directa del secretario, quien prometió: Vamos a encontrarle solución y salida.

(Con información de Arturo Sánchez)