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Mora, Thomson y el códice Chimalpahin
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osé María Luis Mora habría canjeado el valioso Códice Chimalpahin por biblias protestantes. Eso dicen notas informativas publicadas en distintos medios internacionales y nacionales. El intercambio se habría dado en 1827, cuando James Thomson, enviado a México por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE), recibió de Mora las joyas bibliográficas.

Antes de ocuparme de cómo llegaron a manos de Thomson (no Thompson o Thomsen, como han difundido en varios lugares) manuscritos del siglo XVII elaborados por dos de los historiadores de ascendencia indígena más representativos de la época virreinal: Domingo Chimalpahin y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (nota de Mónica Mateos-Vega, La Jornada, 18/9/14), proporciono algunos datos del personaje y del organismo que lo comisionó para hacer en México obra de difusión bíblica.

Lo que sigue está incluido en un libro de mi autoría: James Thomson: un escocés distribuidor de la Biblia en México, 1827-1830, Maná Museo de la Biblia, México, 2013. Thomson nació el primero de septiembre de 1788 en Creetown, suroeste de Escocia. Hasta su adolescencia fue integrante de la Iglesia presbiteriana, después cambió su militancia protestante a la Iglesia bautista. Antes de viajar por primera vez a Latinoamérica fue copastor, junto con James Haldane, en el Tabernáculo de Leith Walk, en Edimburgo.

La SBBE queda establecida en Londres el 7 de marzo de 1804, con el objetivo de difundir la Biblia en tantos idiomas como fuese posible. Para lograr esto, el organismo se vale de distribuidores itinerantes, llamados colportores, y traductores a distintas lenguas, dando prioridad a las más habladas en el mundo de entonces. En 1818, el 6 de octubre, llega James Thomson a Buenos Aires, Argentina, con la encomienda de promover la obra de la SBBE y de la Sociedad de Escuelas Lancasterianas.

En su estancia de tres años en Argentina, Thomson castellaniza su nombre inglés y usa el de Diego. Logró hacerse de amistad y recomendaciones entre libertadores sudamericanos como Bernardo O’Higgins, José de San Martín, Bernardino Rivadavia, Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar. Es considerado iniciador, o uno de ellos, de los sistemas públicos de educación en Argentina, Chile y Perú. Tras siete años de trabajo en Sudamérica, Thomson retornó a Inglaterra en 1825, donde conoció a Vicente Rocafuerte, uno de los enviados por el gobierno mexicano para negociar el reconocimiento como país independiente por parte de Inglaterra. Rocafuerte invitó a Diego Thomson para viajar a México y promover tanto a la SBBE como coadyuvar al fortalecimiento de la Sociedad de Escuelas Lancasterianas, sistema existente en México desde el 22 de agosto de 1822, cuando se abrió el primer centro escolar en lo que fue el Palacio de la Inquisición en la capital mexicana.

Diego Thomson desembarca en Veracruz el 29 de abril de 1827. El 17 del mes siguiente llega a la ciudad de México, de la que informa que el clima es excelente y todo el panorama alrededor es hermoso. Con la experiencia obtenida en sus años sudamericanos y dominio del español para comunicarse efectivamente, Thomson inicia los trabajos de distribución bíblica en la antigua Tenochtitlán y estados circundantes.

La Biblia, o porciones de ella, que distribuyó Diego Thomson fue la traducida al castellano por el sacerdote católico Felipe Scío de San Miguel. La versión propagada por Thomson no incluía los libros deuterocanónicos, llamados por algunos apócrifos. Entonces tenemos que la Biblia promovida por Thomson era de fuente católica, pero de canon protestante.

En una extensa carta, fechada en la ciudad de México el 22 de septiembre de 1827, Thomson informa que tres semanas antes había estado en San Agustín de las Cuevas, Tlalpan, pueblo a 12 millas de la capital. José María Alcántara, rector del Colegio de San Agustín, se mostró muy interesado en las actividades de la SBBE y solicitó ser inscrito como miembro del organismo. A su regreso a la ciudad de México, lo visita el sacerdote José Antonio López García de Salazar, quien también pide ser ingresado a la SBBE y comparte a Thomson que otro clérigo desea conocerlo. Se refería a José María Luis Mora.

García de Salazar acompaña a Mora y lo presenta a Thomson, quien menciona haber encontrado a Mora muy amistoso con respecto de la Sociedad Bíblica. La parte del informe que sigue es importante a la luz del recientemente recuperado Códice Chimalpahin, expuesto actualmente en el Museo Nacional de Antropología con ocasión de los 50 años del recinto: Mora regresó y entonces trajo consigo tres volúmenes de manuscritos, parte de ellos en idioma mexicano [náhuatl], y todos acerca de tema mexicano. Los entregó a la Sociedad Bíblica junto con algunos panfletos escritos por él mismo, y les serán enviados [a la oficina de la Sociedad Bíblica en Londres] cuando se presente una ocasión propicia.

Thomson hizo llegar el conocido como Códice Chimalpahin a la SBBE. Los documentos permanecieron bajo la custodia de la SBBE hasta 1982, cuando fueron trasladados a la Universidad de Cambridge. Al enterarse de que la Sociedad Bíblica londinense pretendía subastar el preciado Códice Chimalpahin, especialistas y autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia se adelantaron a la subasta y compraron en mayo pasado los documentos por 650 mil libras esterlinas (14 millones 553 mil 500 pesos).

De acuerdo con lo informado por Thomson, el doctor José María Luis Mora obsequió los históricos volúmenes a la SBBB. No los intercambió por biblias protestantes, como aducen hoy algunas fuentes periodísticas. Mora era bibliotecario del Colegio de San Ildefonso, sin duda conocía el gran valor de los libros entregados a Thomson. ¿Por qué lo hizo? ¿Acaso porque ante la caótica y conflictiva situación de la nación quiso salvaguardar las obras que narran la historia del pueblo mexica y ponerlos a resguardo fuera del país? No lo sabremos. Lo cierto es que, enhorabuena, el Códice Chimalpahin está de regreso en México tras un periplo digno de un buen documental.