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La pareja Deva Premal y Miten se presentó ayer en el auditorio Blackberry

Nuestros mantras conectan al público con la vida, no son para entretener

Desde hace 20 años realizan giras por el mundo para promover el entendimiento por medio de esta música, comentan

El silencio puede ser un templo; es la estática de la vida

Foto
El inglés Miten, la alemana Deva y el nepalí ManoseFoto Cortesía de los artistas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de octubre de 2014, p. 8

La pareja Deva Premal y Miten interpreta música de tiempos milenarios: piezas que conectan con la vida y que también pueden ser un lenguaje medicinal.

Esas bellas canciones fueron hechas desde antes de que se implantara, de alguna manera, cualquier organización religiosa.

Se trata de los mantras que desde hace 20 años han interpretado para multitudes o para el mismo Dalai Lama. Ahora lo hicieron para un público que llegó anoche el auditorio Blackberry.

En sus conciertos no buscan el aplauso, sino una experiencia poderosa que inspire a la gente.

Nuestra música no es sólo para quien practica yoga o meditación, es para todos, para quien se dedique a cualquier oficio. El objetivo es la conexión, asegura en entrevista con La Jornada Deva, cantante y compositora alemana, que desde muy joven estudió música clásica. Creció escuchando y cantando mantras como canciones de cuna. Su madre toca viola da gamba y su padre es un artista devoto de los caminos espirituales de Oriente. Ella aprendió temprano la lengua sánscrito y la meditación.

El londinense Miten es un cantautor que ha acompañando en sus giras a músicos como Fleetwood Mac, Lou Reed y Ry Cooder. Después de leer un libro sobre Osho, dejó todo, e incluso vendió sus guitarras. Fue a India, donde conoció a Deva Premal, con quien ha dado vuelta al mundo desde hace 20 años, promoviendo el entendimiento, dicen ellos, por medio de esta música etérea.

Experiencia profunda

En sus presentaciones Deva Premal y Miten invitan a los asistentes a tener una experiencia profunda de la música sin el aplauso clásico que acompaña el final de cada canción. Eso crea un silencio profundo, una conexión entre ellos y el auditorio.

Para Miten el verdadero propósito de su música es despertar en los corazones el anhelo a lo que está omnipresente, la experiencia del silencio y de la meditación. No estamos ahí para una especie de entretenimiento. Estamos ahí para compartir una experiencia espiritual, plasma en su página de la web.

Para Deva, según cuenta a este medio, el silencio puede ser un templo. Es la estática de la vida.

Aunque cada concierto es diferente, porque la gente lleva su propia energía. El concierto es algo que creamos todos, juntos. Claro que siempre preparas algo especial.

Deva reitera: Esto no es entretenimiento. Claro que es bueno escuchar música para entretenerte, si es lo que buscas, pero ese no es nuestro propósito.

Seguro que en cualquier clase de yoga o meditación ha sonado la música de esta pareja. Se dice que es el estándar musical para la sesión de sanación del siglo XXI. Sus piezas han rebasado cualquier frontera. Para algunos ha sido magia pura.

Deva comenta: Los mantras sánscritos son de un lenguaje universal profundo, muy antiguo. Incluso, algunos existen desde antes de que se implantara, de alguna manera, cualquier organización religiosa. Por eso son tan especiales, porque hablan de la estadía de la alma en nosotros. La gente en los conciertos puede entrar en ciertas sintonías, como en la de recibir los beneficios.

Abunda: Es un lenguaje medicinal... Hemos conocido a gente a punto de suicidarse y, luego de compenetrarse con esta música, sus intenciones han cambiado. Los mantras los han conectado con la vida.

Deva Premal y Miten estarán acompañados, como en recientes tiempos, por el maestro flautista Manose, oriundo de Katmandú, Manose los acompaña en su álbum Mantras para la vida. El músico tiene un entrenamiento en música clásica de India y Ragas, pero ha abordado muchos géneros diferentes de música el sonido del bansuri, así como el jazz, la música celta y el rock.

La mente abierta es la lógica en ellos. Se ha escuchado que en algunas de sus presentaciones hasta el blues ha salido a la superficie. “El blues es un muy fuerte mantra que acerca a la espiritualidad… Todo lo que tenemos lleva una ruta secreta. Amamos lo que no es serio. Al final, la energía es fundamental, es la totalidad.”

Por ello, insiste Deva, cada concierto es diferente, porque la gente lleva su propia energía.

¿Siente una responsabilidad por trasmitir esta herencia?, se le pregunta.

“Los músicos sólo se convierten en vehículos de algo divino. No sé… Eso es algo que inspira a ser parte de ello. Pero eso sí, la música que pasa por la radio, la música comercial, no creo que tenga este proceso.”

El nuevo álbum de Deva Premal, Miten y Manose, Mantras para la vida, es parte de su inspiración en la tradición del Japa, disciplina que consiste en repetir en meditación un mantra 108 veces. En éste, el grupo invita a sus escuchas a cantar y a utilizar una de las herramientas más poderosas para sanar: la voz.

La placa contiene cantos para el fortalecimiento físico, para bendecir a los niños, para la poesía, la música y el aprendizaje, para la sincronía, para el bienestar de los animales, e incluso para el planeta Tierra, argumentan.

Miten señala: Cada disco tiene su propio espíritu. Este es de dedicación y compromiso. Queremos recordar que el compromiso con una disciplina espiritual no necesita ser solemne o difícil; quizá si deba ser honesto, pero no necesariamente solemne. Lo concebimos como una herramienta para la práctica en comunidad. Con los años, nuestra experiencia es que el canto de los mantras prospera magníficamente cuando se practica en grupo. Nuestra meta es alentar a que las comunidades de devotos y amigos se junten para cantar el álbum entero en una sola sesión.