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Memo Vázquez lamentó el resultado sin condenar al portero

Diez minutos fatídicos para Pumas y empata con Jaguares

Un error o dos, pero la misma historia, se lamentaba la afición

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Alejandro Palacios muestra su desaliento al terminar el juego contra JaguaresFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de septiembre de 2014, p. 5

La pelota traicionó a Pumas. A dos minutos de terminar el partido en el que otra vez tenían ventaja de un par de goles, ese balón le jugó una mala treta al portero Alejandro Palacios, quien no pudo quedárselo y vio con espanto cómo rebotaba contra el travesaño y picaba detrás de la línea de gol. Diez minutos fatídicos en los que la victoria se les escurrió entre los dedos y terminaron con empate 2-2 ante Jaguares en Ciudad Universitaria. Como hace dos semanas, Pumas se repite. Parece que ya no sabe ganar en casa.

Al escucharse el silbatazo del fin de juego, Alejandro Palacios no pudo evitar el peso de la culpa. El portero se llevó los enormes guantes a la cara para ocultar las lágrimas, mientras sus compañeros lo escoltaban en un gesto de solidaridad gremial. Ni el autor del gol de Jaguares al minuto 88, Julio Nava, celebró en exceso al terminar el encuentro, dijo que había pateado al arco, pero que la pelota entró por un error. Fue culpa del portero, dijo tajante.

El primer tiempo no fue nada esperanzador para ninguno de los equipos. Pumas no conseguía hilvanar toques que representaran oportunidades reales. Los visitantes aguardaban, pero con la intención de aprovechar cualquier descuido. En ese forcejeo Jaguares estuvo más cerca de asestar el primer golpe, pero la impericia dominó a sus delanteros, que mandaron muy desviados un par de balones.

Pumas estaba enredado en la media cancha. Con un par de advertencias del rival que puso en alerta al entrenador Guillermo Vázquez. A los 30 minutos Leandro Augusto, tras servir un córner, empezó a sentir molestias y fue relevado por Daniel Hachita Ludueña. El cambio fortaleció el sector, pero el equipo universitario seguía sin producir jugadas de importancia.

En ese estado ambos equipos se fueron al descanso. Al volver el juego cobró otro curso. Algo ocurrió en los vestidores que los auriazules regresaron con otra disposición y el efecto de ese intermedio fue inmediato.

Apenas regresaban al juego y Dante López se escapó con la pelota desde la media para entregarle la jugada al pie de orfebre de Hachita Ludueña. Todavía no le llegaba el balón y ya había volteado en busca del espacio adecuado en el área rival y el posible remate. Ahí la colocó con precisión asombrosa, entre dos defensas, y ahí llegó puntual Ismael Sosa para empujar por abajo y anotar el primero de Pumas.

El juego creció en ambos equipos. Los universitarios con destellos de orden y coordinación en la ofensiva. En Jaguares perdieron profundidad y Matías Vuoso aguardaba solo en la punta, sin apoyos ni compañeros que le sirvieran pelotas.

Y Pumas dio un segundo golpe. Romagnoli y Ludueña empiezan la jugada. El balón quedó a los pies de David Cabrera, quien colocó un centro digno de aplausos que remató Eduardo Herrera ante una defensa chiapaneca inoperante en ese momento.

La marca negativa de cinco meses sin ganar en Ciudad Universitaria parecía que por fin la habían cortado. Faltaban casi 10 minutos de juego cuando apareció Isaac Díaz –quien había entrado de cambio cinco minutos antes– y ante la mirada apática de todo el conjunto universitario enfiló rumbo al arco y envió un disparo furioso para acortar la distancia en el marcador.

El partido estaba en cuenta regresiva. Pumas jugaba con la tranquilidad de la victoria casi consumada, pero en una jugada gratuita repitieron la historia. Julio Nava cobró un tiro libre. Dijo que lo tiró al arco. La pelota esquivó la barrera y dio con el pecho de Alejandro Palacios. El portero hizo malabares, le rebotó al travesaño y al caer pegó en el área de gol.

Memo Vázquez lamentó lo ocurrido sin eludir lo evidente. El esfuerzo de todo un equipo se había arruinado por un par de errores muy claros. De nada sirve el esfuerzo, resumió. Luego trató de matizar y dijo que a Palacios se le han juntado las cosas, pero que sabe sobreponerse.

Darío Verón, en tanto, dijo lo que se espera en estos casos. Que Palacios era un humano y que a cualquiera podía pasarle lo mismo. Lamentó que desperdiciaran la oportunidad de ascender en la tabla. Pumas tiene 12 puntos y ocupa el puesto 10; Jaguares está en el ocho con 14 unidades.

A la salida la afición desfiló en silencio, con una mueca en la cara. La misma historia, decían, un error o dos, pero la misma historia.