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Penultimátum

París acoge exposición sobre la mítica Cleopatra

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eina demente la llamó Horacio; Una puta, Propercio; La mujer fatal que vive en el lujo y dispone, la definió Virgilio. El mito de que sólo vivía en medio de riquezas inimaginables lo alimentó Plinio El Viejo, mientras Bocaccio se refiere a ella como la puta de los reyes de oriente y Dante de criatura lujuriosa. Pero con el paso de los siglos la figura de Cleopatra deviene mujer excepcional. Su suicidio es teatralizado y, junto al de Marco Antonio, da vida a la leyenda, a la tragedia que recreó en 1609 William Shakespeare en Antonio y Cleopatra. Obra con la que se inicia la nueva visión de la mujer que se transformaría en objeto del arte y la investigación histórica.

Y muy especialmente en Francia, luego de la campaña de Napoleón en Egipto, en 1799, y la descripción de los jeroglíficos realizada por Jean F. Champollion, en 1822, que abrieron la vía al redescubrimiento arqueológico de ese fabuloso y exótico país, de la cultura del Nilo y Alejandría. Escritores y artistas plásticos se fascinarán con su última reina por su belleza, poder de seducción y dotes como dirigente y política.

Y de eso trata una de las exposiciones más exitosas de este año en Francia. La Pinacoteca de París logró reunir en sus dos sedes las más diversas creaciones artísticas en torno al mito Cleopatra. Comenzando por quienes plasmaron en sus lienzos en los siglos XVII y XVIII su belleza y su suicidio: desde Lavina Fontana y Achille Glisanti hasta Guido Reni, Carlo Maratti, Luca Ferrari y Giovanni Francesco Guerrieri. A su vez, los pintores románticos la toman como base para describir el exotismo de oriente, el despotismo, el lujo, la intriga. Un público seducido por el espectáculo da pie también a que Cleopatra sirva para la representación teatral basada en la obra de Shakespeare (sobresaliente es la de Sarah Bernhardt en 1872), Berlioz obtenga el Premio Roma en 1829, y se elaboren calendarios y tapices con su figura y pasajes de su vida.

La ópera y el ballet también bordan en torno a Cleopatra. Comenzando por Haendel y concluyendo con la soprano Montserrat Caballé, quien encarnó en 1985 a la reina egipcia en la Ópera de Roma.

En el ballet, destacan La noche de Egipto, de Michel Fokine, y sirve para que en 1909 Serge Diaghilev y los Ballets Rusos presenten exitosamente su Cleopatra. En cuanto al cine, Theda Bara es ella en 1917 en la película de Gordon Edward. En 1963, Elizabeth Taylor y Richard Burton entran a su vez en la leyenda en la cinta de Joseph Mankiewicz.

Pintura, escultura, joyas arqueológicas de los museos italianos, música, teatro, cine, cómics, objetos diversos relacionados con la mítica figura, integran esta revaloración de Cleopatra, víctima en buena parte de la misoginia, el colonialismo romano y de la historia que escriben los vencedores.