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Sin mencionarlos, el Presidente critica a estados que excluyen a connacionales

Discriminación a migrantes, ‘‘éticamente reprobable’’, señala Peña en Los Ángeles
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 26 de agosto de 2014, p. 9

Los Ángeles, 25 de agosto.

En su primera visita a Estados Unidos para reunirse con mexicanos por origen o ascendencia, el presidente Enrique Peña Nieto criticó a los estados de este país en franca ‘‘involución’’ en el reconocimiento a los derechos de los migrantes.

‘‘A quienes todavía creen y apuestan por la exclusión, la discriminación o el rechazo a la diversidad, sólo tengo una cosa que decirles: el futuro, y un futuro muy próximo, demostrará su error ético; el tiempo nos habrá de dar la razón’’.

Aunque no citó a ninguno de esos estados por su nombre, miembros de su comitiva confirmaron que su expresión se refería claramente a Texas y Arizona entre otros. Así, mientras en lugares como California –dijo– se avanza para facilitar la incorporación de la población migrante, resulta ‘‘éticamente reprobable’’ la imposición en otros de medidas discriminatorias que afectan principios y valores de democracia y de respeto ‘‘a los derechos humanos e igualdad que defendemos en la región de América del Norte’’.

En el céntrico hotel Millennium Biltmore, Peña Nieto se reunió con representantes de los 12 millones de quienes aquí aseguran haber fundado el ‘‘otro México’’. Para la ocasión también invitó a 11 gobernadores cuyas entidades están entre las mayores expulsoras de migrantes: Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Oaxaca, Puebla, Nayarit, Jalisco, Durango y Guanajuato, así como Chihuahua y Baja California, colindantes con Texas y California, respectivamente.

El espacio resultó apretado y caluroso para quienes además de peticiones, historias de éxito y reconocimientos a la labor consular, traían sus porras regionales. Pero en la calle y desde antes del arribo del mandatario, algunas personas también se manifestaron con pancartas. En una de ellas había la exigencia de liberar a ‘‘Nestora Salgado y a todos los presos políticos’’.

Peña Nieto también habló abiertamente sobre el proyecto de reforma migratoria puesta a debate en Estados Unidos, para la cual el gobierno, dijo, mantiene un diálogo propositivo con la sociedad estadunidense y sus actores relevantes. Y ubicó enseguida la posición de su gobierno: ‘‘Queremos ser un factor de cohesión, no uno de división. Con pleno respeto a la soberanía de Estados Unidos, queremos contribuir y apoyar la construcción de acuerdos que permitan hacer realidad’’ aquella porque ‘‘a final de cuentas se trata de una cuestión de justicia para quienes tanto aportan al desarrollo de la sociedad norteamericana’’.

Luego de entregar sendas becas a cinco de los llamados dreamers (estudiantes de origen mexicano que buscan evitar su expulsión del país por su condición migratoria) y anunciado un programa de visitas a México e intercambio, Peña Nieto les reconoció su valentía ‘‘al hacer escuchar su voz, movilizar a sus comunidades y promover el debate migratorio (...) confiamos en que ustedes sean el símbolo de la renovada relación entre México y Estados Unidos. Con ustedes habrá más puentes y menos muros...’’

Jerry Brown, gobernador de California, y Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, tomaron al vuelo la oportunidad política de encontrarse con mexicanos. Ambos, en fechas separadas, estuvieron recientemente en México. El primero lo hizo en medio del debate energético en el Congreso, donde alertó contra las empresas petroleras privadas y pidió ponerles reglas severas de actuación, porque de lo contrario ‘‘se los comerán vivos’’.

Esta vez Brown resaltó el otorgamiento de licencias de manejo para la gente sin importar su condición migratoria y ofreció cambiar el tortuoso esquema de cruces fronterizos de Tijuana a California, para lograrlo en sólo 20 minutos. Mañana, ambos políticos volverán a encontrarse y concretarán diversos proyectos sobre comercio, turismo y universidades, entre otros.

Peña Nieto escuchó y más tarde respondió a los líderes de clubes de mexicanos Sergio Aguirre, Bricia López y Pina Hernández, sobre la forma de obtener con mayor facilidad pasaporte, matrícula consular y credencial de elector, así como mejorar la aplicación del programa de inversión de divisas 3 x 1 y los servicios de salud para migrantes.

Pina Hernández, dueña del restaurante Guelaguetza, puso en primer plano uno de los puntos torales de la ineludible y constante expulsión de indocumentados: diseñar programas para enseñarles español, pues muchos al regresar a México no lo hablan.

Pero sin micrófono y más allá de las demandas comunes, cada cual tejía sus mundos de aspiraciones, de demandas, como el caso de Syndi Mireille Amador, campeona mundial minimosca de boxeo, quien, ataviada con elegancia, entregó al mandatario una carta pidiendo ayuda para ‘‘arreglar mi situación migratoria’’, o Víctor Manuel Sánchez, quien como parte del Club de Zacatecanos en California pidió por la libertad del doctor José Manuel Mireles y se quejó de no poderse acercar a decírselo directamente al Presidente.

Hace mucho que el gobierno federal sabe de la dimensión de las cifras de migrantes y hoy Peña Nieto las trajo a cuento: uno de cada diez estadunidenses es de origen mexicano, y uno de cada tres californianos, también. Finalmente, uno de cada tres habitantes de esta ciudad de Los Ángeles tiene raíces mexicanas. Para hablarles también de las reformas está hoy aquí.