Opinión
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Infancia y Sociedad

El fin de la infancia

¿A

qué edad se deja de ser niño? Depende la época, la cultura y la clase social a las que se pertenezca. Hay seres que nunca dejan de ser niños por su genialidad y compromiso con la belleza, el asombro y la libertad como Chaplin, Picasso o el epistemólogo Jean Piaget, quien declaró a sus 80 años: Yo quiero ser niño hasta el final, porque, como comprobó, los niños poseen un pensar científico que él admiraba.

Para el historiador francés Philippe Ariès la idea de infancia es muy reciente; lo demuestra en su obra Centuries of Childhood. Hace apenas dos siglos la infancia existe como la pensamos aún; que se la distingue como etapa singular de la vida. Es una construcción social de la modernidad que hoy, sin embargo, la hace su víctima: la guerra, el hambre, la esclavitud, la prostitución y el abandono estatal la destruyen a diario. Como salidos de cuentos de horror, acosan a los niños ogros, brujas, robachicos, monstruos armados y otros espantos peculiares. (Una diputada israelita, Ayelet Shaked, exhorta a sus compatriotas a derramar toda la sangre palestina y la escritora Ann Coulter pide que EU imite a Netanyahu y bombardee la frontera con México para detener la migración).

Pareciera que nunca antes en la historia contemporánea fue tan difícil ser niño, sobrevivir y crecer protegido hacia un futuro de promesas para la realización humana. Hoy, mientras los niños palestinos son blanco de la operación genocida Borde Protector israelita, los menores mexicanos y latinoamericanos se enfrentan con la Border Patrol; una princesa de 10 meses de edad llega sola como ilegal a España y en casi todo el mundo el hambre es una bruja que pone a los niños en manos de la delincuencia y la explotación, o que disfrazada de viejita buena, como en Michoacán, los atrapa en la casa de dulce que se convierte en cárcel, como en Hansel y Gretel.

En México la política de Estado para la infancia es la simulación y el abandono. En estos días, por ejemplo, se han entregado miles de laptops a escolares (cuya compra, sin duda, dio ganancia a funcionarios) para que la foto de primera plana muestre un México moderno, mientras miles de escuelas carecen de techos, baños y agua. El propio INEE informa que por día abandonan la escuela 5 mil niños, y sabemos que muchos de los que esta semana recibieron laptops viven en casas donde no hay señal de Internet, ni drenaje ni dinero para alimentar a la familia.

Signo ominoso es la situación de los niños, sin cuya salvación no encontraremos la nuestra.

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