Sociedad y Justicia
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Obligar a los niños a abordarla en edad muy temprana puede causarles aversión

Lectura en prescolar, reclamo comercial de escuelas privadas, alerta académico

En países como Finlandia el tiempo señalado es los siete años; la SEP sigue criterio similar

 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de julio de 2014, p. 42

Obligar a los niños a leer o escribir a edad muy temprana conlleva el riesgo de que terminen sintiendo aversión por ello y vean a la escuela como un lugar de imposición y opresión, en vez de un sitio para la exploración y el descubrimiento.

De acuerdo con Marco Antonio Delgado Fuentes, especialista en educación e infancia temprana de la Universidad Iberoamericana (Uia), esto se deriva de la competencia existente entre las prescolares privadas, las cuales para impresionar a los padres y ganar nuevos alumnos ofrecen en su publicidad volver bilingües a los niños o que sabrán leer y escribir al terminar sus estudios de prescolar.

La idea de que es mejor que los niños aprendan cuanto antes a leer y escribir es completamente equivocada, explicó el académico, quien añadió que en países como Finlandia la edad oficial para comenzar la enseñanza de la lectura y la escritura es de siete años.

De hecho, la Secretaría de Educación Pública en su programa de educación prescolar dice que en ese grado no se enseña a leer y a escribir, pues no es adecuado para la edad de los niños, lo cual, indicó, ignoran las escuelas privadas debido a la competencia que hay entre ellas.

Delgado Fuentes recomendó a los padres con hijos que asistirán a clases por primera vez explicarles detalladamente sus nuevas actividades, la forma en que se estructura el día escolar, así como lo que se espera de ellos.

Lo anterior debido a que usualmente los adultos olvidan que los niños pequeños desconocen por completo lo que es una escuela, así como las actividades y papeles que seguirán. Muchas veces los maestros se limitan a asumir su función y dan por hecho que los niños conocen en qué consiste la escuela.

Tras iniciar las clases, argumentó, los padres deben estar pendientes de la opinión que sus hijos tienen del ambiente predominante en sus escuelas, lugares que ante la falta de seguridad se han convertido en el primer sitio de socialización para los infantes.

Si bien hacer la tarea con sus hijos no es una actividad popular entre todos los padres de familia, éstos deben estar conscientes de que la educación no puede recaer de forma exclusiva en los maestros, por lo que el acompañamiento a los niños en la realización de sus tareas no sólo permitirá a los padres conocer lo que sus hijos están aprendiendo, sino estrechar los lazos afectivos con ellos.