Río de Janeiro/Berlín, 14 de julio.

La selección alemana, campeona del mundo, fue el último equipo en salir de Brasil, con rumbo a Berlín, donde más de 400 mil aficionados esperan su arribo al aeropuerto, en el que estaba estacionado el majestuoso turibús Imperial, que aguardaba para transportarla a la Puerta de Brandeburgo, lugar de los festejos del país reunificado.

Antes de dejar Río de Janeiro, Christoph Kramer, quien sufrió una conmoción cerebral tras recibir un duro golpe en la cabeza al chocar con el hombro de Ezequiel Garay, comentó: No me acuerdo de gran cosa sobre el partido, definitivamente nada respecto al primer tiempo. No recuerdo cuando me llevaron a los vestidores. El partido, en mi cabeza, comenzó en la segunda mitad.

Por otra parte, el mediocampista Bastian Schweinsteiger quiso dedicar este logro al ex presidente del Bayern Munich, Uli Hoeness, en prisión por evasión fiscal.