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La Jornada en Brasil 2014

Luché por llegar al Mundial y ahora quiero aprovecharlo, señaló

Mi ambición por la gloria no ha alcanzado su límite: Peralta

En el Tri no hay titulares ni suplentes, advierte el atacante del América

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En su debut mundialista, Oribe Peralta ya anotó su primer gol. En la gráfica, festeja con Miguel Layún el tanto ante CamerúnFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de junio de 2014, p. 6

Natal, 14 de junio.

En su debut mundialista, Oribe Peralta escribió un capítulo más de su consagración como el nuevo héroe mexicano. Sin embargo, el delantero al que la fama le llegó casi a sus 30 años, afirma que su ambición por la gloria todavía no alcanzó su límite.

Soy alguien que trabaja, que trata de esforzarse por los compañeros dentro de la cancha y nada más. Soy el que hace los goles porque es el que está más cerca del arco rival, nada más. Todo tiene su tiempo y Dios ha puesto las cosas así por algo, afirmó el goleador.

Obviamente, los mejores momentos hay que crearlos. No puedes quedarte parado esperando a que te lleguen. Siempre trato de esforzarme y buscar más, dijo el ex futbolista del Santos Laguna, quien la próxima temporada jugará con el América.

El atacante debutó el pasado viernes en una Copa del Mundo y anotó el único gol del Tri en la victoria 1-0 sobre Camerún.

Siempre que consigues algo importante te quedan esas ganas de querer más, de trascender, de ir a buscar lo que quieres conseguir, dijo el delantero.

No quiere hablar en público del sueño que significa para su vida estar viviendo un Mundial en primera persona, pero en el fuero íntimo su familia convivió con la obsesión del atacante por estar en la cita de Brasil 2014.

Su mujer, Mónica, empezó a tomar clases de portugués desde hace un año con la madre de un compañero del colegio de sus hijos y hoy acompaña, junto a los niños Diego y Romina, al héroe de la afición mexicana.

Su historia es digna de un guión hollywoodense sobre un jugador de futbol: niño nacido en un barrio pobre, con relación muy cercana a su humilde padre, que sufre una grave lesión que amenaza su carrera y consigue la gloria mucho después de lo esperado.

La pasión de Peralta por el balompie nació en sus primeros años de vida, cuando su padre Miguel Ángel lo llevaba a ver cualquier partido que se disputase cerca de su pueblo natal, La Partida, de apenas 4 mil habitantes.

Papá, ¿qué es lo que se necesita para jugar en televisión?, le preguntó un pequeño Oribe de entonces siete años a su progenitor, cuando ya empezaba a definir el rumbo de su vida.

Más tarde se produjo una fractura de tibia y peroné que lo dejó fuera del Mundial Sub-17 en Nueva Zelanda y el pedido de su propio padre a los entrenadores del Centro de Sinergia Futbolística de La Laguna para que convencieran a un Peralta de 15 años de no abandonar la actividad y someterse a un trabajo extenuante de recuperación.

Estoy muy contento, motivado y disfrutando cada momento que se pasa acá. Luché mucho por llegar aquí y ahora quiero aprovecharlo, sentenció el Cepillo.

Peralta empezó a saborear el dulce del éxito hasta los 26 años, cuando se asentó como titular del Santos y llevó a su equipo a la final del torneo Bicentenario.

Luego llegaría el momento que significaría un antes y un después para su vida: el 11 de agosto de 2012, en el estadio de Wembley: anotó los dos goles de la final de los Juegos Olímpicos de Londres contra Brasil y concedió a su país el logro futbolístico más importante de su historia.

Hoy, en Brasil 2014, 10 de los 23 convocados por Miguel Herrera pertenecen a la generación de ese oro olímpico.

Con un grupo así, que ya coincidió y probó el sabor de la gloria, lo mejor que puedes hacer es repetirlo y contagiar a los compañeros que no lo han logrado todavía, aseguró Peralta.

En ese mismo certamen surgió la sociedad con Giovani dos Santos, con quien hoy comparte la delantera titular, en detrimento del jugador más mediático del conjunto, Javier Chicharito Hernández.

Sobre la suplencia de este último, comentó: Cuando hay una competencia así en el grupo es un beneficio para la selección. Ser titular hoy no me deja nada escrito. Acá no hay titulares ni suplentes. Los que tienen que jugar deben representar bien a todos sus compañeros de la banca y a la afición de México.