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Veinte aniversario luctuoso del periodista, escritor y diplomático

Fedro Guillén, desde su trinchera, apoyaba a los más débiles

Era un hombre enciclopédico y generoso, dice su hija Claudia

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Dolores Castro (1923), Fedro Guillén (1921-1994) y Rosario Castellanos (1925-1974) en una de las múltiples reuniones de los tres poetasFoto Archivo de Claudia Guillén
 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de mayo de 2014, p. 6

Fedro Guillén Castañón (Chiapas, 1921-DF, 1994) era un hombre apasionado por la vida, por su país y por las causas, desde mi punto de vista, nobles; era un hombre de izquierda comprometido desde su trinchera en apoyar a los más débiles. Así describe Claudia Guillén a su padre, periodista, escritor y diplomático con motivo de su 20 aniversario luctuoso.

Guillén Castañon, respetado catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante 37 años, escribió obras como Atrás está la bruma, Rodeado por el sueño, Finisterre y Simbad y Ulises, entre otras.

Fue maestro de las primeras generaciones en Ciencias Políticas, junto con Raúl Cardiel Reyes, Rubén Salazar Mallén, Horacio Labastida, Javier Rondero, Pablo y Henrique González Casanova, y amigo de Ernesto Cardenal, Rosario Castellanos, Carlos Pellicer, Dolores Castro, Tito Monterroso y José Vasconcelos.

Claudia Guillén, hija del comiteco Fedro Guillén, recalcó que su padre creó un vínculo con el exilio español y también con los latinoamericanos a partir de que vivió su infancia en Guatemala, debido al exilio de su abuelo Flavio Guillén.

Cuando sucedió el golpe en Guatemala, mi padre siendo secretario tercero del consulado mexicano, el más mínimo grado, logra meter al consulado a Tito Monterroso, a Carlos Illescas y les salva la vida. Era un hombre de causa que iba, insisto, con el exilio, la no violencia; incluso se llegó a escribir con la esposa de Martin Luther King.

Seductor con la palabra

Al evocar la figura de su padre, Claudia Guillén comenta que fue un hombre enciclopédico, que tenía conocimiento de todo, pero siempre lo compartió con la gente. Era muy generoso, no tenía que citar para que se le reconozca, así también era José Emilio Pacheco, Alí Chumacero, que saben de todo y no te hacen sentir menos, al contrario, te integraban a ese mundo que tú desconocías, a tal grado que no sentías ese paso del desconocimiento al conocimiento. Creo que la generosidad es el signo que lo distingue, más allá de que fue mi padre.

En la casa ubicada en Yácatas 339, donde Fedro Guillén compartió veladas con José Vasconcelos, Dolores Castro y José Revueltas, la autora de Pecados predecibles recordó que Miguel Ángel Granados Chapa, cuando ganó el Premio Nacional de Periodismo, indicó que Guillén nunca le enseñó a redactar una nota, pero le enseñó mucho más que eso: el humanismo.

“Cuando se murió mi padre, hace 20 años, en la Facultad de Ciencias Políticas, Granados Chapa, Gonzalo Celorio, –entonces coordinador de Difusión Cultural de la UNAM– y Henrique González Casanova organizaron un homenaje al que acudieron sus alumnos y se convirtió en una fiesta”.

En la charla con La Jornada, la poeta Lucía Rivadeneyra, quien fue colaboradora del periodista en la UNAM, definió a Guillén como un maestro afectuoso y generoso, que escuchaba a todos. Era un maestro, no un profesor, de esos que te abren puertas y ventanas; era un hombre que no llegaba con la metodología estricta, pero nos hacía una cita de un autor y con eso nos enriquecíamos mucho.

Rivadeneyra, Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino, comentó que el día del funeral de Guillén era un festejo de vida por la cantidad de alumnos que se dieron cita.

La poeta, además de revivir momentos compartidos con Guillén y sus caminatas por las calles de la ciudad de México, indica que el autor de Simbad y Ulises era un seductor con la palabra. Seducía a todo el mundo con la palabra, recuerdo un brindis de la facultad, donde se forman grupos de tres o cuatro personas y de pronto todo mundo estaba callado y sólo escuchaban a Fedro Guillén.

Guillén, autor de cuento, poesía, crónica, biografía, ensayo, reportaje, columna, artículo de opinión y de comentario, murió el 29 de mayo de 1994 en la ciudad de México.