Madrid, 22 de mayo.

Pase lo que pase este niño va a morir cubierto de piojos, aseguró desesperado el padre de Salvador Dalí ante la persistente mala ortografía de su vástago, quien, sin saberlo, escribía intencionadamente mal sólo para enfrentar su autoridad.

Este detalle, además de varios estudios cromáticos y más de dos décadas analizando cada detalle del cuadro El nacimiento intrauterino de Salvador Dalí, confirmó que la obra es del pintor catalán y que ésta la creó cuando tenía 17 años, con lo que adquiere una dimensión de pintura histórica.

El lienzo ha generado un largo debate de dos décadas, cuando surgieron sobre todos dos vertienes: la de quienes creían, como el pintor e investigador mallorquín Tomeu L’Amo, que era la primera obra surrealista de Dalí y la única en la que plasmó con su pincel una idea que siempre le obsesionó: su propia imagen en el vientre materno. Y, por otro lado, la de quienes consideraban que no era del pintor nacido en Figueres el 11 de mayo de 1904 y que sólo era una mera imitación, con la que se pretendía alterar la biografía artística y, posiblemente, hacer negocio con la obra.

Finalmente las conclusiones son inequívocas, al menos para L’Amo y para la empresa Art&Signatura, especializada en la investigación y venta de obras de arte, que sostienen que nos encontramos ante una pintura histórica de enorme valor

En una presentación mundial, efectuada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, explicaron algunos de los métodos y técnicas utilizados para concluir que la obra es de Dalí.

El cuadro pertenece a L’Amo, quien lo compró hace 25 años cuando lo deslumbró el huevo en llamas, símbolo del huevo alquímico donde el ser se transmuta para alcanzar la inmortalidad, en cuyo centro el artista se representa a sí mismo como el hijo de David y un arpa que representa la nostalgia por el retorno al vientre materno. El cuadro lo compró por 25 mil pesetas (unos 150 euros).