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Creadores escénicos realizan debate por 80 años del recinto cultural

Montar teatro en el Palacio de Bellas Artes es una asignatura pendiente: De Tavira
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de mayo de 2014, p. 3

La vocación teatral que actualmente debería tener el Palacio de Bellas Artes no se ha cumplido, es una asignatura pendiente que el gobierno nos sigue debiendo, para redificar en nuestro país un recinto que sea emblemático del teatro nacional, reclamó el creador escénico Luis de Tavira, en el debate efectuado en la Sala Manuel M. Ponce, para celebrar los 80 años de ese recinto.

De Tavira, así como el arquitecto y escenógrafo Alejandro Luna, y el director Enrique Singer, deploraron que hoy el Palacio de Bellas Artes funciona más para conciertos, danza y ópera, pero no para un montaje teatral. Existen una serie de condiciones técnicas, administrativas y de programación que dificultan la realización de ese arte escénico, coincidieron en señalar.

“Sin duda –dijo De Tavira– el teatro en el Palacio de Bellas Artes ha sido una presencia constante, pero también excepcional. Aquí se han llevado a cabo estrenos y representaciones muy importantes e imprescindibles en la historia del teatro mexicano. Sin embargo, la vocación teatral del recinto se ha transformado. No creo que el público de teatro sienta al Palacio de Bellas Artes como su lugar, en cambio el público de la ópera y la música sí sienten que ésta es su casa.

México, como cualquier nación, sigue necesitando un recinto emblemático para el teatro nacional, el Palacio de Bellas Artes no lo es, apuntó De Tavira.

Alejandro Luna recordó cómo fue que se celebraron los 50 años del recinto cultural, con la adaptación de la obra La verdad sospechosa, con dirección de Héctor Mendoza, y llamó la atención sobre la acústica del Teatro del Palacio de Bellas.

Para hacer teatro sólo hay dos caminos: que los actores usen micrófonos, como si estuviéramos en un autocinema o que, como aquellos que había a principios del siglo XX, tengan una proyección vocal; actores que hoy ya no existen.

Explicó que cuando se habla de buena o mala acústica de un teatro, la pregunta que nunca se hace es, ¿para qué? Distinguió tres tipos: acústica para música o conciertos, para la ópera y para la palabra humana o el teatro. No hay ningún recinto que sirva para todo. El Palacio de Bellas Artes siempre tuvo acústica para música y ópera, no para teatro. Lamentablemente la sede del teatro no es Bellas Artes, por ello se aspira a un teatro nacional que sí lo sea, dijo Luna.

Enrique Singer habló sobre sus experiencias personales y profesionales en Bellas Artes. Consideró que no es el lugar, por las condiciones, para hacer teatro.

Esa responsabilidad, explicó, de cierta manera se desplazó al Teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque, a partir de 1957, año en que se acabó el teatro en Bellas Artes.