Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 18 de mayo de 2014 Num: 1002

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La memoria de nuestros nombres
Agustín Escobar Ledesma

Edmundo Valadés:
vivir para El Cuento

José Ángel Leyva

El espíritu magonista
en la Casa del Hijo
del Ahuizote

Jaimeduardo García entrevista
con Diego Flores Magón

Esterilidad
Enrique Héctor González

Un fantasma en el
corral de esclavos

Víctor Ronquillo

Bánffy Miklós,
maestro húngaro

Edith M. Massün

Paolo Giordano y
el éxito literario

Jorge Gudiño

Leer

Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Y en el piano… Doctor House

Son muchos los músicos que prueban suerte en la actuación. Algunos, imposible negarlo, incluso han logrado incursiones notables en el celuloide. De David Bowie (Laberinto) a Dexter Gordon (Round Midnight), pasando por Jared Leto (Requiem por un sueño), Björk (Bailando en la oscuridad), Tom Waits (Siete psicópatas), Madonna (Evita) o Sting (Dunas), no parece forzado que quienes se dedican a enfrentar audiencias masivas noche a noche se sientan en control ante una cámara de cine o televisión. Sin embargo, no creemos que pase lo mismo en sentido opuesto. Más allá de los experimentos o negocios prefabricados al vapor que lanzan al canto a algunas “estrellas” de la televisión o la pantalla grande, queda claro que para ser un ejecutante o compositor dotado se requiere de mucho tiempo y sacrificio.

No queremos decir con esto que actuar bien sea sencillo. Es sólo que hay aptitudes innatas, intuiciones escénicas y performáticas que los músicos tienen más a la mano, mientras que la sola técnica para tocar un instrumento o la experiencia para crear una canción exigen forzosamente más hojas del calendario y una dedicación cocinada a fuego lento. Es así que cuando vemos a un actor renombrado destacar en los terrenos del pentagrama de inmediato se nos revela una parte atractiva de su personalidad que, fantaseamos ingenuamente, fue creciendo en paralelo y sin que nos diéramos cuenta.

Por supuesto no hablaremos aquí de las visitaciones que al estudio de grabación ha hecho gente como Johny Deep y los Butthole Surfers, Keanu Reaves y su banda Dogstar, Juliette Lewis y sus Licks, Scarlett Johansson, Russel Crowe u otros actores y actrices que momentáneamente se han entregado a giras y lanzamientos discográficos cumpliendo un hobby o sueño pendiente. Más bien nos referiremos a un caso particular que sobresale y nos compete, pues está a punto de mostrarse en el Auditorio Nacional de México (10 de junio). El de Hugh Laurie, mejor conocido en el mundo de la televisión como Doctor House.

Nacido en 1959 en Oxford, Inglaterra, Laurie es el más joven de cuatro hijos. Su padre fue medallista de oro en las olimpiadas de 1948 como parte del equipo de remo. Estudió Arqueología y Antropología en Cambridge, de cuyo club de actuación, Footlights, llegó a ser presidente en los tiempos en que la actriz Emma Thompson –con quien tuvo una relación amorosa– era vicepresidenta. También fue remero y participó en numerosas competencias mundiales. Su carrera como actor inició en los terrenos de la comedia. Así debutó en la televisión británica, aunque no pasó mucho tiempo para que destacara en el drama y saltara al cine (Stuart Little, The Oranges, Sense and Sensibility, El hombre de la máscara de hierro, El vuelo del Fénix). En 1996, además, publicó su novela The Gun Seller. Cumplida la biografía obligada, vayamos a lo que nos compete este domingo: su carrera musical.

Hugh Laurie toca el piano desde los siete años. Es ése su instrumento principal, aunque hoy por hoy se ha convertido en un multiinstrumentista que puede expresarse con soltura en la guitarra, la batería, la armónica y el saxofón. A ello se suma una voz con la cual ha podido establecerse como un respetado jazzista. Firmado por Warner, en 2011 editó el disco de blues  Let Them Talk. Desde entonces se ha dedicado más a la vida sonora que actoral, dando shows con su sexteto en los cinco continentes. Lo curioso, eso sí, es que, de no tratarse de él, sería imposible que llenara dos noches seguidas el Olympia de París o que soñara con un foro como el coloso de Reforma. Ni su repertorio ni su talento dan para tanto, aunque sean encomiables.

Así las cosas, durante las ocho temporadas que encarnó al hipocondriaco doctor Gregory House en televisión, Laurie ganó dos Globos de Oro para, entre otras cosas, fundar la Band From tv, un noneto con fines altruistas en el que su piano convive con Teri Hatcher (Desperate Housewives), Bonnie Somerville (Cashmere Mafia) y Bob Guiney (The Bachelor) en las voces; James Denton (Desperate Housewives) y Adrian Pasdar (Héroes) en las guitarras; Greg Grunberg (Héroes) en la batería; Jesse Spencer (House) en el violín y Scott Grimes (e.r.) en el teclado. Por supuesto, no es este el grupo que lo acompañará en México.

Ya veremos si quienes asistan a su presentación superan el morbo de imaginarlo en bata tomando pastillas para, ojalá, dejarse llevar por un buen repertorio arraigado en el sur de Estados Unidos. ¿Se le antoja estimada lectora, querido lector? A nosotros sí. Buen domingo. Buena semana. Buena consulta.