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Retornará a La Ruana, adonde regresaron los templarios que derrotó en abril de 2013

Hipólito Mora, libre; anuncia que se incorporará a la nueva policía rural

Deseo la reconciliación; estoy seguro de que el presidente Peña Nieto no nos va a fallar, expresa

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Rueda de prensa tras liberación de Hipólito Mora –de sombrero–, ayer a las puertas del penal de Mil Cumbres, en la capital michoacanaFoto Ignacio Juárez
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Periódico La Jornada
Sábado 17 de mayo de 2014, p. 7

Tierra Caliente, Mich., 16 de mayo.

Con el abogado que le puso el mismo gobierno que lo encarceló a su vera, Hipólito Mora, fundador de las autodefensas, abandonó esta noche el penal de Mil Cumbres, en Morelia, donde permaneció poco más de dos meses, acusado de los asesinatos de dos miembros del grupo de su rival, Luis Manuel Torres, El Americano.

Mora leyó un mensaje tras anunciar que se incorporará a la nueva policía rural que uniforma a las autodefensas: Deseo la reconciliación entre mi gente y que la llegada del desarrollo en Tierra Caliente continúe y se mantenga. Estoy seguro de que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, no nos va a fallar.

La detención de Mora coincidió con el cumplimiento de un plazo que él mismo había puesto: “Si nuestros presos no son liberados en las próximas dos semanas –dijo en el acto por el primer aniversario del alzamiento contra los templarios, el 24 de febrero– bloquearemos las carreteras de todos los municipios donde estamos”.

No llegaron a bloquear nada, porque Mora fue detenido el 11 de marzo, luego de que el grupo de El Americano cercó su cuartel general. La Policía Federal lo sacó de La Ruana, se entendió entonces que para protegerlo, aunque poco después se anunció que había sido aprehendido: Hasta el momento en las pruebas se advierte una posible participación (de Mora), dijo entonces el comisionado federal Alfredo Castillo.

No hay pruebas suficientes para que se pueda determinar que él haya participado, ni aun probablemente, en esos homicidios, reviró ayer su abogado, Eduardo Quintero, una vez que anunció que sería liberado.

El cura y los arrepentidos

El sacerdote José Luis Segura quiso conmemorar “el día que el pueblo derrotó a los templarios”. Mandó hacer una gran manta para recordar el 28 de abril de 2013, cuando los sicarios del cártel atacaron La Ruana, en un intento de retomar la plaza y fueron derrotados por las autodefensas de Hipólito Mora y siete soldados: “Con la ayuda de Dios y los verdaderos comunitarios, La Ruana venció a los templarios… y lo puede volver a hacer”. La manta no fue del gusto de quienes remplazaron a Mora en el control de esta tenencia que oficialmente se llama Felipe Carrillo Puerto: la quitaron de la fachada de la casa parroquial.

Fui a hacer la denuncia con los federales, pero no sucedió nada, dijo el cura, entrevistado antes de que se conociera la liberación de Mora.

En esa charla, el sacerdote afirmó que la gente de Hipólito se está reorganizando para el 15 de mayo, en referencia a la fecha que el abogado del líder había dado para su libertad.

¿Por qué quitaron la manta? Pues porque los derrotados del 28 de abril de 2013 andan ya de nuevo en La Ruana y en otros municipios de Michoacán, ahora en calidad de autodefensas, gracias al perdón que les han otorgado no indagatorias que los exoneren, sino jefes de las autodefensas que validan la sinceridad del arrepentimiento de los antiguos templarios.

El pasado 10 de mayo, en su arenga a los nuevos policías rurales, el comisionado Castillo afirmó, citando a una ciudadana que se le acercó en Apatzingán, que su tarea es lograr que Michoacán no sea el mismo infierno con diferente diablo.

Para el sacerdote Segura y muchos integrantes de las autodefensas que hablan detrás de sus apodos, el infierno ya es peor.

En La Ruana se pasean, ahora con estrellita de comunitarios en la frente, personajes como Alfredo El Monín Quintero Vargas y Manuel Orozco Ureña, El culo bajito, a quienes los lugareños identifican como templarios arrepentidos (aunque, en rigor, según las mismas autodefensas, han negociado el perdón a cambio de fuertes sumas de dinero).

En La Ruana también se ha paseado hombre de apodo El Perro Negro, quien en una foto que ­circula en las redes sociales aparece al lado de Estanislao Beltrán, Papá Pitufo. Yo no sé quién se me arrima, ha dicho en su defensa Beltrán.

A El Perro Negro se le señala en La Ruana como participante en la matanza de cortadores de limón ocurrida el 10 de abril de 2013, cuando los jornaleros viajaron a Cuatro Caminos –donde hay una estatua de Emiliano Zapata­­– para pedir protección al entonces gobernador interino Jesús Reyna. “El Perro fue uno de los que participaron en la matanza de Los Girasoles y ahora se pasea aquí como si nada”, dijo hace unos días un cortador de limón.

Las dos policías de La Ruana

El pasado 13 de abril se celebró una asamblea en la plaza de La Ruana. Se trataba de decidir, mediante votación del pueblo, si el grupo de El Americano seguía haciéndose cargo de la seguridad. No hubo acuerdo posible. Los seguidores de Mora y de Torres se trenzaron en un duelo de insultos y acusaciones y, al final, El Americano anunció que él seguiría a cargo.

Según Alberto Gutiérrez, comandante Cinco, Torres se incorporará a la Fuerza rural. Ayer, al salir de prisión, Hipólito Mora anunció que también lo hará. De modo que está en el aire cuál de las dos policías será la buena en La Ruana.

El 14 de abril, el comisionado Alfredo Castillo tuiteó una fotografía. En ella, se ve a varios de los líderes de las autodefensas levantando la mano en señal de aprobación.

Poco después, el médico Jo­sé Manuel Mireles dijo que el acuerdo incluía la liberación de todos los miembros de las autodefensas presos. Agregó: Es un acuerdo con el comisionado: Hipólito Mora va a salir libre.

Castillo replicó con un comunicado en el que calificó de falso el dicho de Mireles y en ese escrito añadió que los individuos pertenecientes a grupos de autodefensas que están siendo procesados por otros delitos graves, además de la propia portación de arma, seguirán su proceso penal conforme a derecho, tal es el caso de los señores Hipólito Mora Chávez y Enrique Hernández Salcedo (de Yurécuaro).

Cuando regrese a La Ruana, Hipólito Mora encontrará un pueblo diferente. Su cuartel general ya no existe, las barricadas han desaparecido y las huestes de El Americano mandan.

El sacerdote Segura describe: Ahorita la gente quiere paz y tiene miedo. Por eso prefiere aguantar algunos atropellos antes de que la violencia vuelva.

Adicto a las noticias, apartidista declarado (si el mono me gusta voto por él, no por el partido) y admirador del ex presidente Felipe Calderón, Mora dijo anoche que estar en la cárcel probablemente me salvó la vida, porque entonces no había condiciones de seguridad.

Sigue sin haberlas, pues Mora salió del penal en una camioneta blindada y con custodia de la Policía Federal. Algunos de sus colaboradores dijeron que llegaría esta misma noche a La Ruana y otros lo negaron.

Las condiciones de seguridad andan así: los presos de su grupo siguen presos, los otros fueron desarmados y los arrepentidos –que él nunca dejó regresar mientras mandó–, están de nuevo en sus casas.