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Ishmael Randall-Weeks monta Escombros, su segunda exposición en México

Un artista peruano trae obra llena de reflexiones sobre la fragilidad de la vida

En la muestra, que incluye esculturas, estructuras y fotografías, destacan cuatro columnas de hormigón armado que aluden a los pilares de la educación, dice a La Jornada

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Mis obras tienen que ver con la libertad, y mi necesidad de dejar huella, que sean una referencia real de mis actitudes y visiones acerca del mundo que vivimos, expresa Ishmael Randall-WeeksFoto cortesía de la Galería Arroniz
 
Periódico La Jornada
Martes 13 de mayo de 2014, p. 7

Jugar a destruir y construir, enfrentarme a la realidad que de la nada sale algo que a la vez es nada, eso es lo que me interesa del arte, señala Ishmael Randall-Weeks (1976, Cusco, Perú), artista que exhibe por segunda vez en México una obra llena de reflexiones sobre la fragilidad de la vida.

Esta ocasión su propuesta se enfoca principalmente a la escultura y la estructura. La exposición Escombros se presenta en la Galería Arroniz e incluye fotos.

Destacan cuatro columnas de hormigón armado, en cuyos pilares se observan libros apilados, tallados en una especie de erosión, los cuales aluden, explica el artista, a los pilares de la educación, o a los que sostienen el peso de la vida, que están a medio hacer, y son reflejo de algo entre olvidado o por hacer, en su parte superior sobresalen varillas, que en Perú llamamos fierros de la esperanza, esperanza por ver crecer la familia o el propio hogar.

Son piezas, añade Randall en entrevista con La Jornada, que si bien no son utilitarias, sí son reflexivas, y tienen que ver con la libertad, y mi necesidad de dejar huella, que sean una referencia real de mis actitudes y visiones acerca del mundo que vivimos.

Por apoyar a noveles artistas

Randall-Weeks indica que si bien su obra ya forma parte del mercado del arte, donde hay personas que compran sus piezas, algunas de las cuales son destinadas a museos, no me dejo presionar por modas o tendencias, estaría fallando como artista. Mi trabajo es hacer lo que creo es necesario hacer, si me pusiera a pensar en todo lo demás, perdería mi ruta.

No obstante, lo piensa unos segundos y reconoce que en algún momento, tal vez por la presión de las ferias del arte he producido otras cosas y me he sentido mal. Nadie puede apagar mi voz, si sigo en este, mi camino, es por algo, si viene un poco de lanita con eso, está bien, pero no es lo principal, pues he hecho cosas invendibles y otras que se venden muy bien.

Señala que alrededor de 10 por ciento de sus ingresos por cada obra lo invierte en comprar obra de jóvenes artistas. “Me gusta apoyarlos, porque lo mismo hicieron conmigo. Cuando se tienen 22 o 23 años es difícil sostener y arrancar una carrera artística.

A quienes se inician en esto les recomendaría que continúen trabajando y no olviden que lo más importante es hacer comunidad y los artistas que los rodean, pues estando juntos, en grupo, se crece, y que no dependan tanto de las galerías comerciales, que busquen otros espacios.

Considera que su generación es la primera que utiliza de lleno los recursos que la tecnología ofrece, “y es muy mediática. Los más jóvenes, incluso, están más sincronizados con los medios.

En cuanto a temas, a pesar de la tan mencionada globalización, cada quien se enfoca a cuestiones locales, y en cada sitio hay intereses distintos. Hay mucha referencia a la calle, algo que no veo tanto en la generación que está atrás de mí que son más introspectivos. Nuestra generación tiene más de involucrar en las obras que hacemos a las ciudad de donde venimos, algo que ya hicieron los artistas de los años 60, tal vez tenga que ver con la política. Los que vienen, en contraste, hacen cosas que jamás se me hubieran ocurrido a mí, como mezclar tecnología con escultura y medios visuales.

Ishmael vive y trabaja entre Nueva York y Lima. Estudió artes plásticas en el Bard College, Annandale-on-Hudson de Nueva York (2000), y cursó en el Skowhegan School of Painting and Sculpture, en Skowhegan, Maine.

A partir del año 2000 ha tenido exposiciones individuales en Nueva York, México, Bolivia y Perú. También también ha participado en muestras colectivas internacionales, incluidas las bienales de La Habana y de Cuenca.

La exposición Escombros, que terminará el 5 de julio, se presenta en la Galería Arroniz (Plaza Río de Janeiro 53, PB, colonia Roma).