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Armando Pous participa con sus piezas en muestra del Franz Mayer

Coleccionar radios se hizo patológico... se empieza con uno y se acaba con 700
 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de mayo de 2014, p. a13

La primera exposición de la radio que hubo en México fue en 1927 en el Palacio de Minería. Para el coleccionista Armando Pous la segunda gran exhibición es la que ha organizado el Museo Franz Mayer (MFM), ya que comprende más de 300 aparatos que abarcan un periodo a partir de 1920 hasta la actualidad; 90 por ciento funciona.

Mientras que los primeros radios, unas cajas de metal oscuras, parecen funcionar con base en la magia, ya que carecen de baterías y bocinas, con el tiempo desarrollaron diseños muy elaborados como el de un porta bar con vasos de diferentes tamaños y licoreras, una figura del Llanero Solitario, una pelota de béisbol, un barco o con compartimientos para acetatos y tocadiscos.

De acuerdo con Pous, uno de los siete coleccionistas particulares participantes, coleccionar radios es una pasión que se vuelve patológica, ya que se empieza con uno y se acaba con 600 o 700. La exposición El radio en México: historia, diseño y tecnología incluye aparatos provenientes de Europa, Estados Unidos, Japón y México. Salvo cinco piezas, todos fueron comprados aquí y 95 por ciento en La Lagunilla o diferentes tianguis, o mercados de pulgas, que hay en la ciudad de México.

Pous recuerda sus excursiones a las seis de la mañana a Santa Cruz Meyehualco, Acatitla, Calzada de la Naranja en Azcapotzalco, incluso al Callejón de los Sapos en la ciudad de Puebla: El rescate llega a ser enfermizo porque a veces se necesitan 10 piezas para hacer una, ya que en uno se le rompió el gabinete, a otro le faltaron las perillas, en otro el transformador. Cuando se logra el radio terminado, es una expectativa increíble.

Según Héctor Rivera Borrell, director del MFM, en cuanto la radio ingresó a las casas, volviéndose parte de nuestra vida cotidiana, tuvo que vestirse en algunos casos de mueble, en otros de objeto portátil, de allí que ha estado sujeto al diseño. La muestra, agrega, también es un homenaje al coleccionismo: ¡Cuántos de estos aparatos quizá se habrían ido a la basura, o habrían sido desmantelados para sacar piezas. Es gracias al gusto por tener cosas que existen los museos, que se hacen estudios para poderles dar el sustento.

Influencia de las corrientes artísticas

A finales de los años 20 del siglo pasado, cuando los radios se empezaron a diseñar, no escaparon de las corrientes artísticas del momento, como el art decó, influencia de largo aliento, o el modernismo. La muestra comprende radios tipo consola, fabricados en madera; otros tipo lápida, diseñados en madera, baquelita y espejo, que semejaban las lápidas de estilo neogótico de los cementerios estadunidenses; otros tipo capilla, fabricados en madera y cuyo diseño tenía influencia de las capillas europeas.

Radios de baquelita, material sintético patentado en 1911, caracterizado por sus tonos oscuros en café y negro, y aquellos fabricados con el plástico de catalín, material que se volvió popular por su maleabilidad y brillantes modelos en diversos colores, diseños y acabados.

Para la exposición al equipo curatorial les interesó presentar, en primer lugar, al radio como el protagonista de un fenómeno, sobre todo enfocado en el caso mexicano, dado su empatía con el público actual. También les pareció pertinente hablar de “estas historias que trascendieron los límites y objetivos en sí mismos del radio. Por ejemplo, es muy interesante revisar a partir del fenómeno de la radio la construcción de la imagen y deber ser de la mujer durante cierto periodo hacia mediados del siglo XX.

El radio se convirtió en aquel aparato ideal, complemento perfecto para las labores del hogar, pero también en aquel electrodoméstico, al igual que el refrigerador y el televisor, en cierto momento símbolo de la modernidad, hito de la vida cotidiana, que podía encontrarse al interior de un hogar.

Tampoco se olvida la evolución tecnológica del radio. Incluso, hay ingenieros que son parte del directorio de los coleccionistas participantes en este fenómeno vintage o retro. Los radios de ayer se han convertido en los iPods de hoy.

Debido al interés que ha suscitado, El radio en México... extiende su exhibición hasta el 18 de mayo. El Museo Franz Mayer se ubica en avenida Hidalgo 45, Centro Histórico.