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Ofrecen charlas por el sureste del país

Luchan apicultores contra cultivos de soya transgénica

Alertan sobre riesgos para 20 mil productores

 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de abril de 2014, p. 18

Apoyados por investigadores, productores de miel de Quintana Roo, Yucatán y Campeche reforzaron su batalla contra la siembra de soya transgénica con recorridos por diversas comunidades para convencer a los agricultores de que la sustituyan por la variedad Huasteca, creada por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, la cual tiene un rendimiento 10 por ciento superior a la que vende Monsanto.

Además, señalan, esta compañía utiliza varios agrotóxicos, entre ellos el glifosato (herbicida), el pyraclostrobin y el epoxiconazole. El pyraclostrobin es moderadamente tóxico para las abejas y en extremo para los peces; irrita la piel humana y es peligroso si se inhala. Por su parte, el epoxiconazole es muy tóxico para animales acuáticos y de muy alta persistencia en el ambiente, y está catalogado como probable cancerígeno en humanos. Éstos son los venenos que Monsanto oculta y de los que se habla poco, es parte de la información que los apicultores, muchos de ellos también agricultores, presentan en sus charlas.

En esta lucha contra la expansión de los cultivos de soya transgénica en el sureste está en juego la supervivencia de más de 20 mil apicultores de la península de Yucatán, quienes con sus 35 a 40 colmenas obtienen ingresos no mayores a 2 mil 300 pesos mensuales, los cuales complementan con las cosechas de maíz.

Detectan contaminación por transgénicos en miel

Luis Arturo Carrillo, de la red MA OGM Colectivo sin Transgénicos, del sureste de México, comentó que las 14 mil hectáreas de soya transgénica sembrada hace dos años se convirtieron en un foco rojo, pues por las intensas lluvias del año pasado, los agricultores no pudieron quitar el rebrote de la planta, la cual florece cuando no hay otras flores disponibles y en los análisis de laboratorio se detectó contaminación con transgénicos en la miel. Esto muestra que la naturaleza no se puede controlar y que deben aplicarse los principios precautorios.

Sin embargo, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) se niegan a aceptar los riesgos que para los apicultores trae consigo el otorgamiento de permisos para cultivar soya transgénica en la región y que ponen en riesgo las exportaciones de miel orgánica.

De acuerdo con datos de la Sagarpa, en el país se producen más de 57 mil toneladas anuales de miel y se tiene un inventario de 1.9 millones de colmenas. Yucatán, Campeche y Jalisco aportan tres de cada 10 toneladas. Yucatán es el mayor exportador de miel orgánica a Europa y ha incrementado su producción en casi 60 por ciento en los recientes años.

La confirmación de que la producción de miel del segundo ciclo del año pasado está contaminada con transgénicos, como lo mostraron Maricarmen Quirasco Baruch y Amanda Gálvez Mariscal, de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (La Jornada, 17 de abril) motivó a los apicultores a seguir su batalla no sólo legal contra las siembras de transgénicos –ganaron ya dos juicios de amparo– sino para exigir a la Sagarpa que declare zona libre de transgénicos la península de Yucatán. El gobierno de Yucatán lo aprobó, así como los cabildos de los 10 municipios con mayor vocación apícola, pero la Sagarpa mantiene desde hace año y medio en bodega los documentos y también se resiste a aplicar el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo referente a la consulta a los pueblos originarios, abundó Carrillo.

Las autoridades deben entender que está en peligro la salud de los habitantes, el medio ambiente y la economía de cientos de familias, acotó.