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A la mitad del foro

El resto es silencio

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El escritor Gabriel García Márquez en la puerta de su casa, con motivo de su 87 cumpleaños, el 6 de marzo pasadoFoto Reuters
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as primeras planas, todas las primeras planas de los diarios prematuramente condenados a ser eco de las redes electrónicas, del sonido y la furia que nos legó Faulkner, inspiración y maestro de Gabriel García Márquez. La ausencia física del Gabo nos deja la nostalgia, el sentimiento que invadió a Aureliano Buendía al enfrentar el pelotón de fusilamiento. Las palabras permanecen. Son lo que son. En el principio fue el verbo.

Homenaje universal al autor formidable, inolvidable, inevitable. Y mañana se le rendirá homenaje a sus cenizas en el Palacio de Bellas Artes. Mañana montarán guardia sus amigos. No todos, García Márquez vivió para hacer amigos: son legión y cada día nacerá otro y otro y otro. Luego, los breves discursos del mundo oficial, el del poder que atrajo la atención del hombre de oficio reportero, como los pájaros de oficio carpintero que cantó López Velarde. Del poder que desnudó, que denunció sin alardes, sin retórica rimbombante. Habrá que leer, una y otra vez, el discurso de García Márquez al recibir el Premio Nobel de Literatura. La palabra permanece. Las cenizas, todas o parte de ellas, volarán con rumbo a su tierra, al país natal del más grande colombiano de todos los tiempos, diría el presidente Juan Manuel Santos.

Y volverá ese nómada andariego que llegó a México para quedarse, para ofrecernos el don de la amistad y el milagro del genio. Hay dolores que se dicen callando, expresa Eduardo Galeano. En silencio, como el portento que hace posible el Réquiem de Mozart con el que recibirán y despedirán a Gabriel García Márquez en la Catedral de Bogotá. Sin los silencios, las notas musicales resultarían alarido, preludio de la nada. Sin pausa y sin pasmo, nada dicen las palabras. No hay adiós para las de García Márquez, permanecen, persistirán, revelarán cada vez la magia maravillosa de su genio, de su oficio. El resto es silencio, mucho más doloroso, alarmante, inexplicable que el así expuesto por la palabra de Shakespeare.

Y ahora, al ritual, a la puesta en escena del vía crucis, crucifixión, muerte y resurrección del Jesús Nazareno Rey de los Judíos. Del hijo del hombre. Y la lenta muerte de los que padecen hambre, que carecen de todo. Los cientos de millones de pobres en el jardín de las delicias de la minoría pequeñísima en cuyas manos se concentra toda la riqueza de la Tierra. A las playas de Acapulco, al descanso merecido por sobrevivir decenas de crisis recurrentes; al contraste bestial de las tumbas colectivas descubiertas en el interior del estado de Guerrero. La tierra de Juan Álvarez, hoy isla Barataria para que la desgobierne Ángel Aguirre; botín en pugna en nuestra democracia sin adjetivo, con el pequeño Manuel Añorve como favorito para candidato del PRI en las elecciones de gobernador del año entrante.

Al otro lado del espejo, Tampico es campo de batalla, mientras Egidio Torre Cantú, gobernador de Tamaulipas, celebra el récord Guinness: el coctel de camarones más grande del mundo. Da grima. Si impera el silencio y no la ley, se impondrán el caos de la ausencia de Estado y el dominio de los violentos que han llenado el vacío. Se puede reducir el vía crucis a parábola del padecer de migrantes en el infernal ferrocarril al que montan con la ilusión de llegar al otro lado y en el que son víctimas de policías y ladrones, de traficantes que los esclavizan, los venden, los matan... impunemente. Pero es inconcebible que mientras los panistas suspenden su contienda interna en estos días de guardar, se deje la tribuna a las acusaciones de la senadora Luisa María Calderón y de la dirigente interina del PAN, Cecilia Romero, quien fue directora del INM en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, hermano de la senadora y candidata a gobernar la tierra de la familia.

Días de infinita miseria. La desigualdad es fiel de la balanza para los partidos de nuestro sistema plural, para los que sustituyeron el IFE por el INE y debaten pacientemente las leyes secundarias que nos devolverán la reelección y ya han abierto las compuertas al diluvio del centralismo, del pasado que se disfrazó de transición en presente continuo. PAN y PRD viven ya en luchas intestinas. Los panistas saben cómo marchan los cangrejos; se identifican con el grito de ¡Viva Cristo Rey! Los del PRD se proclaman izquierda moderna, en el centro equilibrado de toda oposición leal a su majestad: eso o el repudio: la condena en boca de Andrés López Obrador, a quien han señalado ya como incapaz de alcanzar el porcentaje de votos necesarios para que Morena obtenga el registro.

Cualquiera diría que han llegado los días de lanzar cohetes para Enrique Peña Nieto y el PRI; para utilizar las varas que recogían y sus aliados, tal como expresó y prometió Graco Ramírez, gobernador de Morelos, militante del PRD que se subió a tiempo al ferrocarril, aunque padezca la temible proliferación de los secuestros. Nada hay que festejar. Nada impide el clamor de los de abajo, de las víctimas, de los marginados. En Temacapulín, Jalisco, los inconformes con las obras de la presa El Zapotillo, sentenciados a dejar a sus muertos y sus tierras que serán inundadas, reviven la costumbre popular de quemar Judas con la efigie de políticos: Hoy, un monigote que representa al gobernador priísta de Jalisco, Aristóteles Sandoval.

En Guanajuato, los habitantes de la comunidad de San José de Llanos se quejan del olvido de las autoridades; gobernador panista, pero informan Juan G. Partida y Carlos García, corresponsales de La Jornada: “Los pobladores reclaman empleo ‘Pensamos que nos iba a ir mejor con Peña Nieto, pero esto está de la chingada. No avanza uno, no hay dinero, no hay trabajo. Nuevamente tendré que irme de mojado’, dijo Gabriel Ramírez, acompañado de su esposa y tres hijos”. Helen Clark, administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, declaró: En el rango de las acciones para combatir la pobreza es elemental la protección social y la creación de trabajos con salarios justos. Por supuesto, la economía debe crear el espacio para eso, pero la inclusión es necesaria, sobre todo en países de renta media como México. ( El Universal, 19/4/14).

Crónicas de desastres anunciados, ignorados por el imperio del capitalismo financiero. Naufragios que cobran cientos de vidas de jóvenes estudiantes en Corea del Sur. Choques de autobuses en los que mueren decenas de jóvenes estudiantes mexicanos. Y las batallas por el control del mercado del gas shale en fantasiosa resurrección de la guerra fría. Golpe de Estado en Ucrania y el avance inminente de las fuerzas de la OTAN, que iniciaron su marcha en el muro de Berlín y ya han integrado a Polonia y las naciones del Báltico. Ahora Ucrania y los ductos del gas ruso que alimenta la energía de la Unión Europea: pleito por el control del mercado.

Y los recuerdos del porvenir: Nikita Kruschov, borró Crimea del territorio ruso y la transfirió a su nativa Ucrania. Vladimir Putin ha recuperado Crimea, rusa desde tiempos de Catalina la Grande. Y hay quienes piden someter a juicio a Mijail Gorbachov por haber disuelto a la URSS. Olvidan que, convocados por Boris Yeltsin, los presidentes de siete repúblicas soviéticas se reunieron en Kiev, donde bajo los eufóricos efectos del alcohol resolvieron disolver la Unión Soviética y declararse repúblicas soberanas. Con las vueltas del tiempo, responde un rebelde en Donietsk: No soy ucraniano. No soy ruso. Soy soviético. El resto es silencio.