Espectáculos
Ver día anteriorDomingo 20 de abril de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 

La puesta en escena, basada en un cuento de Richard Garnett, en el Julio Castillo

Alejar al espectador del celular por un rato, el objetivo de La doncella ponzoñosa
Foto
Las máscaras tienen un papel protagónicoFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de abril de 2014, p. a10

“El objetivo de quienes realizamos la obra de teatro La doncella ponzoñosa es alejar al público durante 90 minutos de sus teléfonos y chats”, dijo en entrevista Martín López Brie, autor de la historia que se presenta los sábados y domingos a las 12:30 horas en el Teatro Julio Castillo, atrás del Auditorio Nacional.

Agregó que la intención le surgió a partir de la lectura de un cuento del inglés Richard Garnett. “Me gustaba la trama, pero no el final, y lo desarrollé desde un lado completamente diferente, por lo que de la idea original sólo quedó el personaje de una mujer que envenena por la piel y que es el instrumento de una venganza. Cuando escribí el texto no pensaba que fuera para hacer una obra para niños o jóvenes, sino para muchachos de secundaria para arriba. El título influye para que se crea que es para menores, por la palabra doncella. La pieza no tiene nada impropio para ellos, tampoco hay nada que no puedan entender, sobre todo los que tienen de ocho años para arriba.

Se cuenta la historia de una muchacha muy hermosa que fue criada por su madre y después por su hermana con embrujos y venenos, de manera que su piel es venenosa al contacto, salvo para esta última, quien fue criada con antídotos. Ésta la lleva a que la conozcan varios generales para que los seduzca y los mate, en venganza contra los conquistadores que han despojado al pueblo. Ella no sabe de lo que puede causar hasta que mata al primero. Se entera de que su piel es venenosa. Ella no eligió ese destino y reflexiona que nunca va a poder amar a un hombre. Eso la pone en una situación problemática.

Aceptación del público

Lo anterior se oye muy parecido a lo que provoca un personaje de X-Men, una muchacha bella que absorbe los poderes de los otros.

La obra lleva apenas cuatro funciones y en el estreno la respuesta fue muy positiva. Me surgió la pregunta de cómo van a reaccionar los niños. Dos hermanos fueron y uno dijo que ya no quería volver al teatro porque lo hacían sentir mal, pero el otro dijo que él sí, porque le gustó, sobre todo cuando al final se da el amor. Eso me pareció interesante porque a los dos les había pasado algo con la obra. Alicia Martínez, que es la directora, y Édgar Saner, que desarrolló el diseño de la plástica de los personajes, hicieron un trabajo formidable.

Precisó que se trata de teatro de acción y casi ningún personaje habla. Hay un narrador que va platicando la historia. El trabajo de la máscara requiere de una técnica muy refinada. El vestuario y las máscaras son muy coloridos y los tonos muy armónicos. Los colores son primarios y con juegos en las tonalidades. La doncella y su hermana usan máscaras que descubren la boca y todas las demás son completas. Hay una bruja que sí habla y un bufón cuya máscara es su casco.

Este autor estudió historia, carrera que no acabó; tenía amigos que sabían de su afición al teatro. Lo invitaron y así cambió su destino. Ya ha escrito cerca de 20 obras, la primera a los 25 años.

La pieza está producida por el Laboratorio de la Máscara, por lo que las máscaras tienen un papel protagónico. Los personajes diseñados por Édgar Saner son provocadores y llenos de imaginación, además de que todos usan máscaras, con lo que asumen su propio lenguaje al crear diversos juegos escénicos. También integra la manifestación urbana e ilimitada del grafiti.

La música en vivo es de Yukari Hirasawa y Vladimir Bendixen, la iluminación de Fernando Flores, la escenografía de Patrick Pasquier y la dirección escénica de Alicia Martínez Álvarez. Actúan: Jessika Gámez, Martín Pérez, Norma Duarte, Sofía Beatriz López, Ruth R. Rosales, Jimena Delgadillo, Guillermo González Islas y José Ponce.

Las funciones son los sábados y domingos a las 12:30 horas en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional. La doncella ponzoñosa estará en temporada hasta junio.