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Zoé, únicos latinoamericanos en el festival; éste es ahora un paraíso comercial: consultor

Coachella es un minisueño; de repente ya bajaste del escenario

La actuación de la agrupación mexicana es una versión reducida de la gira Prográmaton

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León Larregui, cantante de Zoé, en el festival el fin de semana pasadoFoto Daniel Patlán/LifeBoxet
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de abril de 2014, p. 8

Los Ángeles, 19 de abril.

Disfrutando de la serenidad que aportan la experiencia y las casi dos décadas de convivencia sobre los escenarios, los mexicanos Zoé son la única banda latinoamericana que hará sonar su rock alternativo en el aclamado festival estadunidense de Coachella este domingo.

Estamos en un muy buen momento. Se vive una etapa más madura de la banda, afirma el tecladista Jesús Báez. “Con Prográmaton –su disco más reciente, publicado en 2013, que los llevará de gira por todo Latinoamérica y España de mayo a octubre– nos dimos toda la libertad de experimentación, con la diferencia de que ahora nos toma menos tiempo llegar a ciertos objetivos de sonidos”.

El grupo afirma que éste es el resultado de la forma en que trabajaron con los cinco discos anteriores. Pero, sin duda, el que marcó un antes y un después fue MTV Unplugged: Música de fondo, que cuenta con la colaboración de Enrique Bunbury y Chetes.

Lo más importante es que aprendimos a usar objetos que no necesariamente eran instrumentos pero, con que sónicamente nos gustaran, los utilizábamos, señala Báez sobre ese disco, con el que ganaron en 2011 un Grammy Latino a Mejor álbum de música alternativa, y otro a Mejor canción rock por Labios rotos.

Esquema aburrido

La banda –una de las más famosas del rock alternativo mexicano, compuesta por León Larregui (voz), Sergio Acosta (guitarra), Ángel Mosqueda (bajo), Rodrigo Guardiola (batería) y Báez– también ha evolucionado en un sentido visual. Creemos que ese esquema de grupo de rock (baterista, bajista, guitarrista y cantante) ya es una cosa aburrida, apunta Mosqueda. Nos gusta mucho movernos y en vivo estamos tocando instrumentos diferentes. Nos gusta salirnos de ese esquema; creo que nos ha venido muy bien.

Eso le da riqueza, diversidad y color al espectáculo, asienta Báez.

Larregui firma todas las letras de Prográmaton, un disco que habla del amor, de las cosas que le pasan al vocalista y de la conexión que los humanos tienen con el universo, muy en sintonía con los demás discos. Este, sin embargo, abandona el acento electrónico de los inicios de la banda y experimenta con sintetizadores.

Por otra parte, sus incondicionales también han percibido que el cantante ha evolucionado hacia la simplicidad y que las letras son más fáciles de digerir. 10 am, Game over Shanghai y Arrullo de estrellas son algunos ejemplos, a diferencia de Asteroide (2001), con el que empezaron a hacerse un hueco en la escena musical.

Zoé es el único grupo latinoamericano invitado al festival Coachella, donde ya tocaron el pasado fin de semana. Su actuación es una versión reducida de la gira, pero salpicada de la improvisación y el desenfreno característicos del festival.

Bombay Bicycles Club, Pharell Williams, Lana del Rey y Pet Shop Boys son algunos artistas que integran el cartel del festival de este año, que se realiza los fines de semana del 11 al 13 y del 18 al 20 de abril y que reúne a cientos de miles de personas.

Tiene una dosis de mucho nervio, de incertidumbre, afirma el bajista Mosqueda sobre Coachella. Es como un momento en tu vida que pasa sin que haya un razonamiento, un minisueñito de 45 minutos. De repente ya estás bajando del escenario, confiesa.

Rolling Stone: el espectáculo se ha convertido en destino para aficionados y marcas

Ap

Indio, California, 19 de abril.

Cuando se inició, en 1999, el festival de Coachella contaba con un par de escenarios y una carpa para bailar. Los boletos costaban 65 dólares. Unos cuantos puestos polvorientos vendían hot dogs y bebidas gaseosas. Era el fin del movimiento grunge y el comienzo de un nuevo milenio; únicamente había música todo un fin de semana.

Ahora, los boletos cuestan 375 dólares. Abundan los menús gourmet y paquetes VIP. Decenas de compañías se han subido al tren Coachella, convirtiendo el festival musical –ahora de dos fines de semana consecutivos– en punto de concentración comercial. Adidas, la revista Details, Harper’s Bazaar y Lacoste son sólo algunas de las marcas que patrocinan actividades alternas al festival para celebridades invitadas.

Nathan Brackett, editor ejecutivo de la revista Rolling Stone, dijo que el Festival de Música y Arte del Valle de Coachella se ha convertido en un destino para los aficionados y marcas porque los organizadores presentan regularmente alineaciones fascinantes de actos musicales diversos y poco convencionales. Un OutKast reconciliado encabeza el festival de este año, y otros actos incluyen a Arcade Fire, Lorde, Haim, Lana Del Rey y Muse.

La multitud de Coachella quizá llegue para escuchar música bajo el caliente sol del desierto, pero los vendedores están ahí para las celebridades y la multitud, que es joven, está entusiasmada y tiene dinero para gastar.

Gente bonita, presente

La música es una plataforma de comercialización para muchas marcas que venden estilos de vida, dice el experto en mercadotecnia Tom Julian, director de la consultoría en comercialización The Doneger Group. El circuito del festival se vuelve tan importante como una campaña de publicidad, agrega.

La idea es transferir el factor grandioso de Coachella a la marca misma, y trasladar eso a ventas: la moda durante el festival se convierte en sinónimo de estilo de primavera para los consumidores jóvenes, justamente al inicio de la temporada de vacaciones. El aire casual, veraniego, de Coachella proporciona un excelente lugar para las marcas de la moda, dijo Megan Reynolds, editor de compras de la revista Harper’s Bazaar, la cual realizó su segunda actividad anual en el festival de este año.

Las marcas establecen negocios en los cercanos elegantes hoteles de Palm Springs, donde se hospeda la gente bonita, luego ofrecen fiestas, mercancía y acceso al festival a celebridades a cambio de publicidad y la atención de una muy anhelada audiencia en Twitter. Los medios de comunicación social proporcionan al festival un alcance más allá de los aficionados a la música y lectores de revistas sobre celebridades.

Otros patrocinadores del festival, como Heineken y Fruttare, tienen casas en los terrenos en los que se realiza el concierto donde los 100 mil asistentes pueden entrar para refrescarse, escuchar melodías y recibir productos de muestra.

H&M, patrocinador del festival durante los pasados cinco años, realizó su segunda fiesta anual posterior al Coachella el fin de semana pasado, y atrajo a Jared Leto, Robert Pattinson, Kate Bosworth y Fergie. También, Marybeth Schmitt, vocera de la compañía, describió al festival como el punto de reunión ideal para lanzar nuevas líneas de H&M. La empresa anunció el fin de semana pasado su colaboración con el diseñador Alexander Wang.