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A Manuel Quino y su esposa, cambiarse de asientos los salvó de morir en el accidente
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 14 de abril de 2014, p. 33

Xalapa, Ver., 13 de abril.

Manuel Quino Tejeda, de 39 años, y su esposa Lucero Rodas Pérez, de 38, originarios de Teapa, Tabasco, se salvaron de morir en el autobús turístico proveniente de Tabasco que se accidentó en el sur de Veracruz, debido a un malestar estomacal de la mujer.

En la última parada que hizo el camión en el municipio tabasqueño de Cárdenas, Quino Tejeda intentó comprar pastillas para la náusea y vómito que tenía su cónyuge.

Pidió al dependiente de una tienda de autoservicio las pastillas, pero no había. Teníamos los asientos 19 y 20, pero como no pude conseguir las pastillas nos percatamos de que los asientos pegados al baño estaban vacíos; entonces, previendo el vómito, nos fuimos a los asientos de atrás, relató.

Manuel Quino, su esposa y el resto de los pasajeros dormían, cuando “entre las 00:30 y la una de la madrugada sentimos un impacto fuerte, no mucho, pero nos sacudió, incluso recuerdo que por eso no me alarmé".

Pero cuál fue su sopresa que al voltear hacia la cabina del conductor estaba envuelta en llamas, por lo que me apresuré con los puños a romper la ventana porque no tenía ninguna herramienta a la mano.

Como no pudo romper los cristales con los puños, su esposa le indicó la escotilla y tras dos intentos logró abrirla, en medio en una nube de gas tóxico en la que apenas se podía respirar.

El primero en salir fue Bryan Gerardo Álvarez García, después Manuel Quino cargó a su esposa Lucero Rodas; el último fue José Antonio Morgan Candelario, de 24 años. Estando arriba los cuatro ya no escuchamos lamentos, creo que se sofocó la gente, contó.

Manuel y su esposa Lucero iban de paseo a la ciudad de México. Él cree que de no haberse cambiado de asientos no estuviera contando esta historia.

La pareja agradece a Dios haber sobrevivido; sólo reprochan la tardanza de los cuerpos de auxilio, pues tardaron más de 50 minutos en llegar.

También están molestos porque una persona que los auxilió les dijo que tenían dos horas de haber reportado el tractocamión mal estacionado a mitad del acotamiento y a mitad del carril.