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México: 19/29

Haití crece más

¿Sólido motor?

C

on más entusiasmo que elementos reales, el inquilino de Los Pinos ha reiterado su promesa de que 2014 será un buen año para la economía mexicana, pues México cuenta con un sólido motor para lograr un crecimiento económico elevado, sostenido y de largo plazo. Ello, a pesar de que a lo largo del primer trimestre nadie, salvo el propio gobierno federal, ha considerado viable la proyección oficial de crecimiento (3.9 por ciento). De hecho, la norma ha sido el recorte de tal estimación por parte de organismos nacionales y foráneos, incluso a un nivel muy alejado (2.7 por ciento) del promovido por el ministro del año.

Lo anterior no arredra a Enrique Peña Nieto y genios que lo acompañan, en el entendido de que el resultado económico en 2014 sería mejor al de 2013, toda vez que se parte de una base muy baja (1.1 por ciento del año pasado). Entonces, de que el balance sería mejor, pues sí, cabe esa posibilidad, pero ello no quiere decir que será un buen año, sobre todo si se recuerda que lo mínimo requerido para comenzar a salir del hoyo es 6 por ciento sostenido.

Qué bueno, pues, que el inquilino de Los Pinos esté entusiasmado y reparta flores cada que toma el micrófono, pero en realidad son muy pocos los que comparten ese estado de ánimo, pues a lo largo de los últimos 30 años los mexicanos han visto y padecido cómo se ha reformado todo para que todo permanezca igual, con listones nuevos y coloridos, sí, pero con los mismos resultados (de hecho cada vez peores), con el agravante de que cada reforma que se concreta representa un enorme costo social.

Cómo estará el ambiente, que hasta uno de los grandes socios del gobierno mexicano y corresponsable de los cambios de las últimas tres décadas, el Banco Mundial, ni de lejos comparte el entusiasmo peñanietista, pues advierte que en 2014, si bien va, el potencial de nuestro país sería apenas superior al de Belice, pero inferior al de Honduras, y hasta donde se sabe ninguna de esas dos naciones presume cotidianamente que su economía es un navío de gran calado. Vamos, una vez más deja en claro que Haití crecerá mucho más que México. De ese tamaño.

No es novedad, pero el Banco Mundial también recortó la estimación sobre el crecimiento económico mexicano: de 3.4 por ciento por él proyectado a principios de 2014, ayer lo redujo a 3 por ciento, una proporción coincidente con prácticamente todas las revisiones que hasta ahora se han hecho por organismo internacionales y por consorcios financieros que operan en el país. Así, de cumplirse esta expectativa, la tasa anual promedio en el primer bienio peñanietista sería de (¡sorpresa!) 2 por ciento, es decir, el mismo promedio que el registrado en las últimas tres décadas. Ahora bien, si el ministro del año le atina, tal media sería de 2.5 por ciento, y se requiere 6 por ciento.

El propio organismo financiero multilateral no pierde la ocasión para recordar que (para México o América Latina en su conjunto) una tasa de crecimiento cercana a 2.5 por ciento sería claramente insuficiente para mantener el ritmo de progreso social al que la región se acostumbró en los últimos diez años. Y por si alguien lo ha olvidado, el inventario mexicano de pobres supera 61 millones de personas, y contando.

Entonces, de acuerdo con la clasificación del Banco Mundial, en el buen año de 2014 la economía mexicana se ubicaría en la posición número 19 de 29 posibles en el contexto latinoamericano. Claro está que los voceros oficiales y oficiosos no desperdiciarán la ocasión para presumir que entre 2013 y 2014 se registra un notorio avance, pues el propio organismo multilateral detalla que el año pasado la poderosa economía mexicana ocupó el escalón 27 de 29 posibles.

El gran salto mexicano (versión oficial) que se produciría en 2014 ubicaría al potencial económico nacional entre el registrado por Belice y Honduras, y el ministro del año podría presumir que el navío de gran calado reportó mejores resultados que Trinidad y Tobago, El Salvador, Jamaica, Antigua y Barbados y Granada. También que tras de sí dejó a Brasil, Argentina y Venezuela, con gobiernos que a últimas fechas en materia económica no han dado una.

El Banco Mundial justifica que México, uno de los gigantes de América Latina, podría recuperarse del ínfimo crecimiento registrado en 2013, aunque su proyección se ha reducido en la revisión de los pronósticos. Eso sí, como corresponsable de las reformas el organismo multilateral no deja de ponderar que “la audaz ola de recientes reformas –banca, educación, telecomunicaciones, fisco y energía– provoca el optimismo de los inversionistas y la mejoría de las perspectivas de crecimiento más allá de 2014” (lo mismo pronosticó para para 2013 y ya ven; de hecho, lo repetirá en 2015 y subsiguientes).

Pero bueno, el hecho es que el inquilino de Los Pinos está entusiasmado con su sólido motor, y ayer dijo a los empresarios agrupados en la Caintra de Nuevo León que la reforma energética representa el cambio económico más importante de los últimos 50 años en el país, es decir, cuando el entonces presidente de la República, Adolfo López Mateos, recién había nacionalizado (1960) la industria eléctrica, hasta ese momento en manos extranjeras, y los mexicanos lo seguían celebrando. Hoy es exactamente al revés.

Por cierto, comparten el entusiasmo, pero el calendario no es coincidente entre el inquilino de Los Pinos y el ministro del año. Al contrario de lo dicho por Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, su secretario de Hacienda de visita en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, consideró que las reformas hasta ahora aprobadas son las más profundas realizadas desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (que arrancó en 1994), y abren un importante potencial de crecimiento, inversión y empleo en sectores claves como el energético. Todo, dijo, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las familias mexicanas, es decir, lo que han repetido a lo largo de los últimos 30 años. Por lo visto, también la creatividad retórica de nuestra gloriosa clase política es nula.

Las rebanadas del pastel

El coctel explosivo (salarios de hambre más inflación creciente) no deja de dar frutos: en marzo, las ventas en supermercados y tiendas departamentales cayeron 3.1 y 1.2 por ciento, respectivamente… Aporte información a la Encuesta Nacional de Productos Básicos (del 4 al 12 de abril) que levanta el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM. Su participación es fundamental.

Twitter: @cafevega