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El único adversario de la nación es la desigualdad, dice ya investida desde La Moneda

Momento histórico en Chile: Bachelet jura como presidenta y Allende como líder del Senado

Nueve mujeres y 14 hombres en el gabinete; lamenta la gobernante no alcanzar el equilibrio

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Flanqueada por las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y de Brasil, Dilma Rousseff, la socialista Michelle Bachelet celebra su investidura para un segundo mandato en Chile. La ceremonia fue considerada histórica pues Isabel Allende también asumió como dirigente del Senado. Ambas admitieron que el país enfrenta grandes desafíos y convocaron a construir una nueva naciónFoto Reuters
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Simpatizantes de la gobernante se manifestaron frente al palacio de La Moneda, en SantiagoFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de marzo de 2014, p. 21

Santiago, 11 de marzo.

Dos mujeres socialistas –Michelle Bachelet, hija de un militar constitucionalista asesinado por la dictadura pinochetista, Alberto Bachelet, e Isabel Allende, la menor de las descendientes del derrocado presidente Salvador Allende–, asumieron este martes los principales cargos políticos del país, en medio de fuertes expectativas para emprender cambios en Chile.

Bachelet llegó por segunda vez a la presidencia de Chile y Allende se convirtió en presidenta del Senado, en un hecho inédito en el país. Temprano en el Congreso, la flamante líder senatorial tomó juramento a quien gobernará los próximos cuatro años.

En su discurso de toma de posesión, Bachelet recordó a su padre, quien fue presidente del Senado entre 1966 y 1969. Tanto la presidenta como su madre, Ángela Jeria de Bachelet, estuvieron presas y fueron torturadas durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

Es el triunfo de la vida sobre la muerte, grita un manifestante

La mandataria recalcó la necesidad de una nueva constitución y pidió a la oposición que actué sin pequeñeces, reconociendo la distancia que existe entre los políticos y el pueblo.

A su vez, Allende aseguró: es un gran honor asumir hoy el desafío de ser la primera mujer presidenta del Senado en la historia de Chile y entregar la banda presidencial a otra mujer, Michelle Bachelet. La imagen histórica de dos mujeres ocupando simultáneamente los dos más altos cargos del Estado recorrerá el mundo, agregó.

El triunfo de la vida sobre la muerte, gritó en la calle un manifestante cuando apareció la presidenta en el pórtico del Parlamento, en la ciudad costera de Valparaíso. Poco después, el mandatario uruguayo, José Mujica, pidió: quiéranse, quiéranse entre los chilenos. Cuiden lo que tienen. Previamente, ambas se conmovieron en una ceremonia cargada de simbolismo.

Al salir Bachelet dijo brevemente que asume con la conciencia y la responsabilidad de cumplir un programa. Al pasar por el pasillo de salida se abrazó estrechamente con sus pares argentina, Cristina Fernández, y brasileña, Dilma Rousseff; esta última levantó el puño al estrecharla y expresarle su apoyo.

Tenemos tremendos desafíos: la reforma tributaria, la de educación y una nueva carta magna. Ambas sabíamos que en el Congreso estaríamos pensando en nuestros padres, mencionó Isabel Allende en referencia a las lágrimas de las dos.

Entre las nuevas generaciones de parlamentarios se cuentan los ex dirigentes estudiantiles Gabriel Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson.

Por la tarde, tras la despedida de su antecesor Sebastián Piñera, la mandataria regresó a Santiago y desde el balcón del palacio de La Moneda dirigió un mensaje en el cual señaló que el único adversario de Chile es la desigualdad y se declaró hija de la educación pública, en alusión al compromiso con los estudiantes de sacar adelante una reforma para una enseñanza gratuita.

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Camila Vallejo juró ayer como diputada en la cámara baja, en Valparaíso. Entre las nuevas generaciones de legisladores están los también ex dirigentes estudiantiles Gabriel Boric y Giorgio JacksonFoto Reuters

Afirmó que es hora de poner los sueños en marcha para un Chile diferente y mucho más justo. Prometió una mejor patria para vivir, enseñanza gratuita, promulgar una constitución nacida en democracia, hacer realidad una salud pública eficiente, empleos de calidad y estableció que ha suscrito un contrato solemne con el pueblo y que mantendrá un diálogo con todos los sectores.

Reiteró que habrá una reforma tributaria, trabajos decentes, un mejor medio ambiente, prometió combatir el delito, pero también trabajar en la prevención, dijo que intentará dar voz a lo local y reconoció: tenemos urgencias y para enfrentarlas se necesita trabajo y compromiso.

La presidenta llegó a Santiago desde Valparaíso en helicóptero que aterrizó en un suburbio de la capital desde el cual hizo un rápido recorrido en auto cerrado para luego cambiarse a un vehículo descapotado y a dos cuadras de La Moneda se bajó y caminó entre miles de personas que la vitoreaban y le lanzaban flores.

El que no llegó fue el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien envió a su canciller, Elías Jaua, que informó que el presidente no asistió porque en su país ha derrotado un intento de golpe de Estado y no era conveniente que el gobernante saliera de su patria.

El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, se mostró alegre y despreocupado entre los chilenos que se encontraban en la calle festejando la investidura de Bachelet, mientras ue el presidente de Bolivia, Evo Morales, participó en el Encuentro de unidad por los pueblos, que se realizó en el Teatro Caupolicán, en Santiago.

En tanto, el presidente peruano, Ollanta Humala, informó que Lima y Santiago cumplen en plazos adecuados con los dictámenes del reciente fallo de La Haya sobre el límite marítimo.

El ex presidente Sebastián Piñera se fue manejando su auto en medio de la multitud apostada frente al Congreso. El empresario anunció una cena en su residencia particular para sus ex ministros, a quienes recomendó calzar zapatos para bailar.

Al tomarse una foto con su gabinete, Bachelet lamentó que sólo tiene nueve ministras contra 14 varones.

Durante la mañana de la histórica jornada, movimientos anarquistas y de derecha intentaron poner barricadas en varios puntos de tránsito conflictivo de la ciudad. Igualmente trataron de ocupar la sede de la Democracia Cristiana (DC), donde se les desalojó en medio de insultos pero sin violencia. Los manifestantes desplegaron un cartel en que se leía: Bachelet y la Nueva Mayoría gobiernan para la burguesía.