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En el libro Tratos y retratos ofrece clases magistrales impartidas por personajes del siglo XX

La entrevista debe ser un monólogo provocado, apunta Silvia Lemus

Lleva a papel y tinta las conversaciones que desde hace 20 años ha sostenido en Canal 22 con pintores, escritores, músicos e historiadores

Carlos era una delicia para un entrevistador; daba una gran oportunidad de aprender

El libro se presenta en la feria de la lectura de Yucatán

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Tennessee Williams me hizo temblar un poco, recordó LemusFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de marzo de 2014, p. 8

Cada una de las entrevistas que Silvia Lemus presenta en su libro Tratos y retratos, son una suerte de clases magistrales impartidas por autores como Derek Walcott, Günter Grass, Toni Morrison, Arthur Miller, Salman Rushdie, Gabriel García Márquez, Susan Sontag o Carlos Monsiváis, entre otros.

Así lo considera la periodista, quien luego de dos décadas de transmitir por televisión sus charlas con muchos de los más notorios artistas e intelectuales del siglo XX y comienzos del XXI, presenta ahora en un libro una primera selección de 24 entrevistas, de las más de 300 que ha realizado.

Editado por el Fondo de Cultura Económica, el volumen pretende ser “una invitación para que los lectores conozcan o reconozcan a autores que ofrecen en su charla verdaderas clases magistrales. El historiador inglés John Elliott, profesor emérito de la Universidad de Oxford, premio Príncipe de Asturias y autor, entre otros libros, de La España imperial e Imperios del mundo atlántico”, reitera en entrevista con La Jornada.

Nunca entro en vidas privadas, podría hacerlo, podría tener un programa, ¿por qué no?, pero estoy más interesada en la profesión, la tarea, la carrera y la vocación de mis entrevistados.

Evocaciones con nostalgia

La plática con este diario se realiza en su casa de San Jerónimo, donde cada rincón conserva la presencia de Carlos Fuentes, su compañero por más de 40 años, fallecido en mayo de 2012. En la conversación es inevitable hablar de él, con nostalgia, sí, pero sin tristeza, con una profunda admiración y, por supuesto, un inconmensurable amor.

Fue precisamente Fuentes quien siempre la animó a publicar sus entrevistas en un libro. Por eso, Tratos y retratos incluye, al final, la conversación periodística que sostuvieron en 1982, cuando vivían en Princeton, Nueva Jersey, “en el número 42 de la calle Cleveland Lane. Ahí llegamos en 1978 y nos instalamos con nuestros hijos, que entonces tenían tres y cuatro años, Carlos y Natasha. En esa época Carlos ejercía la docencia en universidades estadunidenses. Por esta entrevista siento un gran cariño. Con un Fuentes que contagia intensidad, fiel a él mismo. Se le parece muchísimo.

El programa de Silvia Lemus se estrenó en el Canal 22, el 17 de julio de 1993, con una entrevista realizada en Cartagena de Indias, Colombia, a Gabriel García Márquez. Entonces la televisora era dirigida por José María Pérez Gay.

“Tratos y retratos quiso ser un espacio para la revelación de una vida y del esfuerzo necesario para la creación. El entrevistado habla de su vida profesional como quien se para frente al mundo para dejar ver su verdadero rostro, o bien confiesa lo que nadie le había preguntado, por eso era importante dejar la entrevista por escito. Un libro lo tomas en el momento que deseas consultar alguna de las entrevistas, cosa que no puedes hacer con la televisión”, explica la autora en la presentación del libro.

En septiembre de 2012, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incluyó la serie en la lista de las aportaciones mexicanas a la Memoria del Mundo.

Apuntes sobre el género

Lemus es, como Fuentes le dijo en una entrevista: Tú recuerdas más cosas que yo, tú eres la alcancía de mi memoria, y también da cátedra cuando habla de su manera de hacer periodismo: “Para mí, la entrevista es como lo demostró The Paris Review en los años 50. Era una revista creada por jóvenes universitarios estadunidenses, salidos de Harvard, entre ellos Harold L. Humes, Peter Matthiessen, George Plimpton y Sadruddin Aga Khan, quienes tenían la inquietud de escribir; eran poetas, escritores que comenzaban y querían ganar dinero con su revista para continuar maestrías y estudios. Ahí surgió un modelo de entrevista que es estupendo: primero una introducción y luego pregunta y respuesta, sobre todo, dejar totalmente las respuestas.

“Muchas veces el periodista escribe a partir de sus impresiones, de su recuerdo de lo que habló con su entrevistado, y transmite sus ideas, no deja las respuestas completas. A mí me parece más interesante transcribir la respuesta que hacer una interpretación de la misma. Es la idea de entrevista que realizo: mi pregunta es generalmente corta y concisa, porque no debo competir con mi entrevistado, a quien le tengo gran respeto. Si interrumpo de pronto con una idea que me surge del discurso que expone, lo que va a suceder es que le corto la fluidez, y cuando retome, ya no lo haga igual y nos iremos por otro rumbo, nos perderemos de las ideas y los conceptos de ese autor; eso es lo que creo que se debe respetar.

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Carlos Fuentes, pareja de Silvia Lemus por más de 40 años, decía que la periodista era la alcancía de mi memoria. En la imagen, en el jardín de su casa, con ValerioFoto María Luisa Severiano

No necesito ni me interesa ser protagónica; no quiero demostrar que le puedo completar la conversación, ni demostrar si sé mucho o más. Lo siguiente será una nueva pregunta que va a provenir de lo que él ha expuesto, eso lo tengo muy en cuenta siempre. Sobre todo, como periodista entrevistadora, debo de hacer, en primer lugar, mi tarea, es decir, leer, estudiar a fondo y con profundidad a la persona. Luego, poner toda mi atención a lo que el entrevistado va diciendo, y tener paciencia, esperar, dejarlo hablar. La entrevista debe ser un monólogo provocado.

–¿Le han tocado personajes parcos en su manera de responder? ¿Cómo motivarlos a hablar, a compartir sus historias?

–Así era Juan Rulfo, corto en sus respuestas. Había que volverse muy creativo para lanzar la siguiente pregunta que lograra hacerlo hablar más y con gusto. La suerte tiene mucho que ver, y la he tenido. Es una delicia encontrar a personas que hablan como escriben, así con Susan Sontag, o la actriz Jeanne Moreau.

–¿Con quiénes ha tenido mejores encuentros: escritores, pintores, músicos o historiadores?

–Los escritores me entusiasman mucho, tienen una gran imaginación y bordan sus ideas cuando responden. Saben usar las palabras. Pero vuelvo a lo mismo, hay que conocer muy bien la obra. Si ésta nos fascina u obsesiona, sabes cómo hacerlos hablar. No debemos cansarlos, por eso, generalmente, hago entrevistas de una hora. Hay tiempo para que digan mucho.

“En un próximo libro incluiré más pintores e historiadores. Tengo a muchos artistas mexicanos. Pero también a muchas personas que salen de esos grupos, como al doctor Étienne-Émile Baulieu, creador de la píldora abortiva RU-486.

–¿Alguno de sus entrevistados la ha puesto nerviosa?

–Sí, claro: Tennessee Williams. Lo entrevisté en Londres, en el hotel Savoy, donde él estaba instalado. Estuvo allí porque habían montado su obra Un tranvía llamado deseo. Nos vimos en un rincón del lobby. Me hizo temblar un poco verme frente al autor de piezas de teatro como El zoológico de cristal o Dulce pájaro de la juventud. Era verano, llevaba una camisa blanca de manga corta, acompañado, nada menos, que por Claire Bloom, la protagonista de El tranvía... De pronto me invadieron los nervios, nadie lo notó más que yo, y me pregunté, ‘¿cómo voy a empezar?’, cuando de pronto explotó una de las luces de iluminación del equipo, él soltó una carcajada y las cosas se relajaron.

“Eso mismo me pasó con la dramaturga estadunidense Lillian Hellman, pero ahí no fue sólo un foco. Conectar todo el equipo de iluminación provocó un apagón en su departamento, y fue ella la que empezó a ponerse nerviosa, pues después de nuestra entrevista tenía una cita con su oculista. En otra ocasión, Jacobo Zabludovsky me pidió que fuera a entrevistar a los campeones ajedrecistas Bobby Fisher y Boris Spassky a Islandia, y a pesar de que era todo tan lejano y tan extraño, ahí no estuve nerviosa.

Creo que depende de los personajes, pero, a pesar de todo, uno sabe que debe hacer el trabajo y lo hace. Tú sacas fuerza. Reflexionando, cada vez que voy a hacer una entrevista siento que voy a presentar un examen y que debo pasarlo. Por eso insisto: hay que hacer la tarea previa, leer todo lo que puedas y desde luego sus libros, o cuando menos el libro sobre el cual lo vas a entrevistar, conocer todo el territorio en el que el personaje se sitúa. De lo contrario, sale una entrevista, claro, pero siempre será más rica y profunda, si uno tiene conocimientos bien cimentados.

–La entrevista con Carlos Fuentes que incluye en su libro es una joya.

–Carlos era una delicia para un entrevistador. Sus respuestas siempre iban a darle un excelente lugar a la pregunta. Si la pregunta era sobre un tema en específico, él extendía el tema a todo un territorio. Si era sobre pintura, lo combinaba con la música, la literatura, la poesía. Entrevistarlo daba una gran oportunidad de aprender.

Mi trabajo no es trabajo, es aprendizaje constante.

El libro Tratos y retratos de Silvia Lemus se presenta el próximo 13 de marzo en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán.