Sociedad y Justicia
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Sufrir discapacidad o ser indígena agudiza esta condición: Hernández Licona

En México, 53.8% de los menores de 18 años viven en la pobreza, dice el Coneval

De ellos, 12.1% enfrenta miseria extrema

Sin cobertura de seguridad social, 65.6%

 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de febrero de 2014, p. 42

Se estima que 53.8 por ciento de los mexicanos menores de 18 años viven en la pobreza. De ellos, 12.1 por ciento enfrenta miseria extrema.

Pese a los programas de apoyo y atención de la infancia, las condiciones de mayor marginación se concentran entre los menores de 12 años, donde 55.7 se ubica en la pobreza y un 11 por ciento en condiciones de carencia extrema.

Al participar en el Seminario sobre Bienestar, Desarrollo y Discapacidad Infantil en México, Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), alertó que la pobreza la sufren en mayor medida los más jóvenes. Y se agudiza si enfrentan alguna discapacidad o son indígenas.

De acuerdo con datos del Coneval sobre población infantil, pobreza y discapacidad, señaló que 53.7 por ciento de los menores de 18 años con alguna discapacidad son pobres, y al menos 13.1 por ciento se encuentran en pobreza extrema. Se estima que ocho de cada diez vive con alguna carencia básica de acceso a la salud, vivienda, alimentación, educación o seguridad social. Y su tasa de rezago educativo, triplica la de aquellos que no enfrentan una discapacidad.

Ante especialistas en desarrollo y pobreza infantil, Hernández Licona señaló que la población menor de 18 años sin discapacidad también enfrenta retos por carencias en servicios de salud, ya que 19.7 por ciento no tienen acceso y 65.6 por ciento no cuenta con cobertura de seguridad social.

En cuanto a condiciones de vivienda, señaló que 18.5 por ciento enfrentan condiciones que no aseguran espacios dignos y que 24.9 por ciento no tiene acceso a los servicios básicos dentro de su hogar.

Sin embargo, reveló que el acceso a una alimentación adecuada aún no es un derecho pleno para 25.4 por ciento de los niños y jóvenes.

En el encuentro, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Nacional de Seguridad Pública (INSP), María Caridad Araujo, especialista del BID en desarrollo infantil temprano, destacó que en América Latina y el Caribe se ha detectado que si bien la desnutrición crónica de los niños ha disminuido en la región, a escala nacional hay marcadas diferencias, pues en México se estima una tasa de 15.5 por ciento para los menores de cinco años, pero hay que observar por entidad y zona este indicador.

En el caso del desarrollo cognitivo de los niños, destacó que estudios aplicados en Ecuador, Nicaragua y Perú revelaron que los niños de seis años en condiciones de pobreza tienen un vocabulario similar al de un niño de cuatro años con mejores condiciones socioeconómicas, y estas diferencias, advirtió, se mantienen en el tiempo, pues se constató que la experiencia escolar no permite reducir las diferencias entre pobres y ricos.

La atención previa al momento de la escolarización es fundamental, pero también mejorar la calidad de su experiencia educativa.

En el caso de los servicios de cuidado diurnos, a través de guarderías, explicó que han funcionado para permitir mayor inserción de las madres en el mercado laboral, pero la calidad en la atención del menor, es baja.

Mauricio Hernández, director general de INSP, reconoció que en acceso a la salud, la población joven es la de mayor rezago, en el caso de la cobertura del Seguro Popular, y aseguró que “si logramos que ingresen podremos aplicar acciones más efectivas de planificación familiar y salud reproductiva.

Necesitamos mejorar la coordinación de las instancias de gobierno, para que no se nos queden agendas sin atender, concluyó.