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Cumple 50 montajes La otra verdad, con alumnos de El Círculo Teatral

Al enseñar, comparto el viaje de dualidad que logra el actor: Alberto Estrella
 
Periódico La Jornada
Martes 18 de febrero de 2014, p. a10

Un pareja renta cuartos en su departamento. Por el momento tiene sólo un habitante, un artista callejero. Pronto recibe nuevos inquilinos: una pariente lejana, una chica provocadora y una mujer misteriosa con la ropa manchada de sangre, que llega al lugar por accidente.

En la historia, todos sacan la savia de la mentira, detonante para colapsar un frágil equilibrio.

Se trata de una historia de ficción cuyo origen es un fragmento de una de las obras del dramaturgo Emilio Carballido: ¿Qué fue eso? ¿Tiros? No, no fueron tiros, son cuetes de la iglesia...

Ahora es un montaje escénico, escrito por el actor, director y profesor Alberto Estrella, a quien le prendió esa idea luego de leer las palabras de Carballido y a partir de esa cuestión tan extraña que comentaba Víctor Hugo Rascón Banda: Finalmente, uno se vuelve vehículo cuya energía extraña dicta que ya no somos dueños de lo que escribimos.

La otra verdad la escenifican incipientes histriones, enjundiosos alumnos que están tomando forma en ese nicho actoral llamado El Círculo Teatral, donde Estrella, con la complicidad de Víctor Carpinteiro, enseña el noble oficio de convertirse en otro.

La otra verdad, en la que Ana Kupfer, Fátima López, Alejandro Alonso, Martín Reynaldo, Marisela García y Karola Miskezz prestan su cuerpo a los habitantes de un apartamento en el que la falacia tiene variadas formas y tonos, es el ejemplo de que hacemos lo creemos, lo que nos gusta y apasiona, asegura Estrella, quien ha participado en casi 70 películas, unas 20 telenovelas e innumerables piezas teatrales.

Esta obra, en la que el espectador forma parte del inmueble, y en la que se puede percibir el olor de los personajes, es el kilometraje arriba de un escenario que los profes Estrella y Carpinteiro ofrecen a las nuevas actrices y actores que se enfrentan a este mundo de felicidad, pero cruel y descarnado.

Con sus errores y virtudes, los noveles faranduleros dan todo de sí, ya que llevan tatuado el hecho de que tienen que predisponerse, disponerse y darse en el foro, cualquiera que sea.

“Todo el apoyo que tuve con el maestro Héctor Mendoza y Manuel Montoro –quienes de manera desinteresada daban clase y formaban grupos– me inyectó esa pasión por el teatro; es algo que quiero compartir. Lo que uno da se lo da a sí mismo. En este medio existe la voracidad por conseguir, porque se maneja el yo, pero el hecho creativo debe ser un acto que se debe compartir. Cuando uno no sabe compartir se queda tullido emocionalmente”, comenta Alberto Estrella a La Jornada, en una charla entre canapés y un leve trago de vino, que los discípulos llevaron para celebrar las 50 representaciones de La otra verdad, cuyo tema es saber ¿qué es peor: engañarse a uno mismo o engañar a los demás?

Sobre verdades absolutas

La verdad es subjetiva, asegura Estrella, quien defiende su texto: No hay verdades absolutas. Todas son relativas. Cada personaje en este montaje tiene la suya, y para mostrarla debe ocultar cosas, mentir, y en esa dualidad nos quedamos con el hecho de saber qué es la mentira y qué es la verdad. Sin embargo, sí hay valores absolutos; esos no cambiarán jamás; éstos son los que tienen qué ver con la solidaridad, la honestidad ante uno mismo, con el valor de confrontar las cosas.

El ahora dramaturgo tiene cerca de 10 textos que por cobardía no se había atrevido a sacar a la luz. Comenta haber estado cerca grandes escritores teatrales como el Carballido, Jesús González Dávila y Víctor Hugo Rascón Banda, quien un día le dijo que tendría que seguir escribiendo. Ahora sigue en ese viaje fascinante.

Afirma: “Uno se endiosa al convertirse en otro. Hay una dualidad extraña, una dicotomía en la que se está consciente e inconsciente de lo que pasa; es un viaje maravilloso que comparto cuando doy clases. Yo soy el que más aprende. Héctor Mendoza, ya en sus últimos años, comentaba que la palabra encarnación le chocaba. Pero al fin de su vida se dio cuenta de que era un calificación acertada para el actor.”

La otra verdad, cuya escenografía e iluminación son de Mónica Kubli, el vestuario de Cristina Sauza y la asistencia en la dirección de Claudia Frías, se escenifica los sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas en el foro Víctor Hugo Rascón Banda, de El Círculo Teatral (Veracruz 107, Condesa.) Costo: 100 pesos, general, y 70 estudiantes. Cupo: 30 personas.