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Tenoch 40 pasó de reducto del hampa a punto de convivencia

Hubo quienes apostaron al fracaso del centro DIF en Tepito: habitante

En lo que fue La Fortaleza hay kínder, preparatoria y actividades recreativas

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Los habitantes de la calle Tenochtitlán hacen uso de las áreas deportivas y de acondicionamiento físico en lo que fue La FortalezaFoto Roberto García Ortiz
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Instalaciones del Centro DIF que se ubica en el número 33 de la calle Jesús Carranza, en Tepito, que antes era el predio conocido como La Fortaleza. Cuenta con áreas deportivas, consultorios médico y dental y una preparatoriaFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Martes 18 de febrero de 2014, p. 31

En pleno corazón de Tepito, el Gobierno del Distrito Federal desarrolla (GDF) uno de los principales proyectos de rescate de espacios que eran reducto de la delincuencia, y que este mes cumple dos años de prestar servicios a la población por medio de talleres, actividades lúdicas, físicas y artísticas.

La Fortaleza o Tenoch 40 era una vecindad de 5 mil 600 metros cuadrados y 130 viviendas; donde muchos aseguran que no sólo eran bodega de los comerciantes del barrio, sino que ahí se producían y distribuían drogas y artículos de piratería. La fama era tal que, según se dice, ni la misma policía entraba a ese inmueble, al cual lo mismo se entraba por Jesús Carranza 33 que por Tenochtitlan 40.

En febrero de 2007, el GDF realizó un fuerte operativo policiaco para desalojar esa vecindad y expropiarla. Posteriormente la demolió y construyó el Centro de Desarrollo Comunitario Cuauhtémoc, del DIF-DF, el cual no comenzó a operar al ciento por ciento hasta febrero de 2012. Los instructores de las actividades físicas y recreativas son los mismos vecinos de Tepito.

Hoy día, explica Salvador Gutiérrez, responsable de ese espacio, se imparten, entre otras actividades, clases de natación, zumba, capoeira, ballet, masoterapia y pintura. Además se instaló aquí la preparatoria José Guadalupe Posada, donde 85 jóvenes cursan el bachillerato y aspiran a llegar a ser profesionistas, ya sea sicólogos, periodistas, administradores de empresas, policías federales o especialistas en ciencias forenses, amplía el director, Ernesto Ruiz.

María Eugenia Navarro tiene todos los años de vivir en la colonia Morelos, y es uno de los adultos mayores que toman clases de zumba. Hace un balance de lo que antes era La Fortaleza y lo que es hoy: Antes era muy peligroso pasar por aquí; casi nadie se asomaba, ni la policía. ¡Fíjese, cómo estaría! Pero ahora todo está cambiando; con ese centro ha bajado la delincuencia y ha ayudado a mejorar la convivencia en la zona.

Luz María Franco Vela es la instructora de zumba y también vecina de Tepito. Afirma que, lejos de irse de este barrio o buscar trabajo en otro punto de la ciudad, prefirió quedarse aquí a dar estas clases, a sabiendas de que las poblaciones más castigadas en este lugar son las personas de la tercera edad y los niños. Trabajo en mi barrio porque quiero que se le desetiquete de que sólo hay gente nociva para la sociedad. No todo es así; aquí también hay gente muy talentosa, muy buena, trabajadora, y por eso hay que seguir aquí.

En la parte baja se instaló un cuadrilátero, un gimnasio y un área de spinning, donde lo mismo se ve a jóvenes entrenando o a amas de casa, quienes pueden realizar estos ejercicios mientras esperan que sus hijos salgan del kínder, también instalado en este espacio de 5 mil 600 metros cuadrados, donde además se cuenta con dos médicos generales y dos dentistas, cuyas consultas cuestan cuatro pesos.

Hubo quienes apostaron a que esto sería un elefante blanco, al cual nadie acudiría, pero los hechos nos demuestran lo contrario; hoy la gente se ha apropiado de este espacio y lo cuida, remata Salvador Gutiérrez.